El Club de Lectura de David Bowie es una invitación al goce de leer, a través de los 100 libros que cambiaron la vida del mito, escrito por el periodista John O’Connell y editado por Blackie Books, y es, a la vez, una guía a través de las influencias, intereses, manías y obsesiones que marcaron a uno de los artistas más icónicos y fascinantes del siglo 20.
Esta lista, compuesta por el centenar de títulos que el artista enumeró como los que ejercieron una mayor influencia a lo largo de su vida, formó parte de la exposición David Bowie Is y, sin duda, posee las claves de un personaje poliédrico, que consiguió marcar una época y encandilar a una legión de seguidores.
O’Connell usa este inventario para jugar a descifrar las pistas que permitieron el nacimiento de este visionario, pionero de la transgresión, que se convirtió en el autor de un himno generacional como es “Heroes”. El Club de Lectura de David Bowie retrata a un apasionado de la lectura, al dueño de una curiosidad inmensa y una capacidad enorme de fagocitar aquello que leía, para convertirlo en parte de la performance que fue su trayectoria.
Además, el autor se afana en encontrar el cruce entre las lecturas y las producciones de Bowie. A través de las páginas del libro, busca unir los puntos que enlazan la lectura de determinados títulos con el imaginario del artista. En esta tónica explica la relación de 1984 de George Orwell en el disco Diamond Dogs, especialmente en la canción “We are the Dead” y elucubra sobre la posibilidad de que Cuerpos Viles de Evelyn Waugh inspirase el tema “Aladdin Sane”.
En este intrincado laberinto de poesía, cuentos, ensayos, cómics, novelas y tratados sobre música y arte, hay, como señala O’Connell, libros apasionantes, divertidos, informativos, importantes y algunos, esenciales. Cada libro enumerado aparece acompañado por dos recomendaciones: la de un tema para escuchar mientras se lee el título en cuestión y la sugerencia de otro volumen de temática similar.
Hay cabida para clásicos como La Iliada de Homero, que se recomienda escuchar al ritmo de “Wishful Beginnings”; volúmenes imprescindibles como Madame Bovary de Gustave Flaubert y Lolita de Vladimir Navokov que apetece maridar con “Life on Mars?” y “Little Bombardier”, respectivamente, o cómics como Raw, que debería leerse mientras suena “Somebody Up There Likes Me”.
A pesar de que la mayoría de los títulos contenidos en el volumen están firmados en masculino, destaca la presencia de autoras como Christa Wolf (Reflexiones sobre Christa T.); Angela Carter (Noche en el Circo); Susan Jacoby (The Age of American Unreason); Camille Paglia (Sexual Personae: arte y decadencia desde Nefertiti a Emily Dickinson) y Nella Larsen (Claroscuro).
Y si bien es cierto que es una selección muy anglófila, en la que no hay espacio apenas para la literatura hispanoamericana —lo más cercano a una referencia latinoamericana es La Maravillosa Vida Breve de Oscar Wao de Junot Díaz, autor nacido en República Dominicana y criado en Estados Unidos— España aparece citada cuando se hace referencia al libro de Richard Cork, dedicado al artista británico David Bomberg, autor de los cuadros Amanecer en las montañas Picos de Asturias y Ronda Morisca, Andalucía, que formaban parte de la colección de Bowie, y que se vendieron en Sotheby’s tras su muerte.
Uno de los aspectos más lúdicos de El Club de Lectura de David Bowie es el desgrane de jugosas anécdotas como esa en la que descubrimos que, mientras celebraba una fiesta en su casa, Bowie se enzarzó en una discusión con Gary Lachman, antiguo bajista de Blondie, a propósito de Colin Wilson, autor de El Desplazado, que se zanjó mostrándole la puerta hacia la calle a Lachman; o la ocasión en que el artista viajó en el Transiberiano, por el que se paseaba vestido con un kimono y custodiado por un par de fornidas rusas, que no consiguieron evitar que el cantante tuviera un enfrentamiento con dos guardias.
Sin duda, este listado de lecturas, y las reflexiones en torno a ellas, forman parte del legado del que es considerado uno de los artistas más grandes del siglo pasado. Es una estrella en la constelación de su herencia y contribuye a que su luz continúe brillando. El Club de Lectura de David Bowie es un mapa, un acertijo escondido entre cien títulos, un collage, una biografía encriptada para descubrir al artista que construyó su propia leyenda.
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