La cosecha de series recolectada en lo transcurrido de este 2021 no pasará a engrosar espacios sinápticos de larga permanencia, más bien lo contrario. Los estragos y los parones derivados de la pandemia se han hecho notar, tal y como era previsible, en el riego de ficción que llega a los principales puertos del streaming, dejando una escasez pronunciada tal solo alterada por productos de limitada adhesión y volátil recuerdo (Them, Qanon, Generation, Los niños de la estación del zoo…) Sin embargo, coincidiendo con los primeros claros de la pandemia, parece que la tendencia del primer trimestre del año se corrige con la llegada de las últimas remesas.
A continuación, examinamos alguno de los productos catódicos más atractivos desembarcados en las últimas semanas. Un conjunto de cuatro series de ficción y dos series documentales para transitar con garantías por la primavera hasta los espacios lumínicos del verano.
Libertad (Movistar +)
Movistar + emprendió una ambiciosa aventura empresarial con esta ficción estrenada en dos formatos, que no terminó de cuajar por culpa de una mala praxis comunicativa. Sin embargo, tras el esfuerzo de Enrique Urbizu, con guion de Miguel Barros y Michel Gaztambide (el mismo equipo creativo detrás de Gigantes), sobresalía un western bandolero muy digno en su traslado de los códigos del género yanqui a la iconografía y escenografía de la España bandolera del siglo XIX, sin excluir un tapiz contemporáneo por las actuales sensibilidades identitarias.
Una aventura apuntalada por un reparto en estado de gracia y la caligrafía contrastada del director de “No habrá paz para los malditos” con la que insuflar veracidad y pulso a un relato férreo. Eso sí, dados a elegir entre la serie y la película, quien escribe recomienda optar por el film ya que cuenta lo mismo que el serial pero con solo un tercio de su metraje.
Perdiendo a Alice (Apple TV +)
La ficción israelí, sin tanta bibliografía como la nórdica, ofrece de vez en cuando placeres estimulantes como para figurar con mayores consideraciones. La última de estas fue la adquirida por el gigante Apple tras presentarse en Canneseries. La serie escrita y dirigida por Sigal Avin se edifica como un thriller psicológico, y de deje erótico, alrededor de una directora de cine sumida en una crisis existencial y profesional cuya vida dará un vuelco tras un inocente viaje en tren de vuelta hacia casa. ¿El detonante? El encuentro ¿fortuito? con una estudiante de cine admiradora suya con la que formalizará un vínculo obsesivo de connotaciones turbias y ambiguas.
El producto bebe sin pudor de los clásicos del suspense como Hitchcock como, especialmente, de sus variantes modernas y postmodernas como el cine de Verhoeven, Lynch, Fincher, o films noventeros como Durmiendo con su enemigo o Calma total. Lo mejor de su visionado es un perfilado guion que va introduciendo el desconcierto y los giros malsanos con un medidor muy ajustado y sin perder de vista la verosimilitud en ningún momento.
Exterminad a todos los salvajes (HBO)
El trabajo de no ficción de Raoul Peck pasa directamente a engrosar esos visionados de valor incunable por la complejidad que desentrañan y la clarividencia con la que lo logran. El director de I’m not your negro propone una revisión histórica del colonialismo, la civilización, la esclavitud y la historia de las naciones modernas a través de una deconstrucción de la narrativa imperante.
Un vivaz y agudo trabajo de escrutinio histórico cosido mediante imágenes de archivo, grabaciones caseras del propio autor, películas hollywoodienses formateadas con ironía y recreaciones ficticias que propone una perspicaz y absurda (y precisamente en su absurdidad halla el sinsentido del gen colonialista) historia alternativa. La absorbente voz en off de Peck impulsa la clarividencia de este apasionante y revelador trabajo que cruza los universos de Adam Curtis y James Baldwin. Imprescindible para los ávidos de las entre líneas de esa historia escrita por los vencedores.
Calls (Apple TV+)
El auge de los podcasts y el formato audio alcanza su paroxismo con este notable producto de Apple TV + que decide prescindir de la banda visual para centrarse plenamente en el audio como vehículo para articular tensión, desconcierto e interés a lo largo de diez cápsulas de apenas 20-30 minutos.
La serie de Fede Álvarez adapta para la televisión norteamericana el formato francés ideado por Timothée Hochet. En su nueva versión la trama gravita alrededor de relatos puramente orales que logran captar la atención del oyente/espectador con los mínimos elementos al alcance. Diálogos absorbentes, un guión sin fugas, doblaje por actores de primer orden (Nick Jonas, Lily Collins, Rosario Dawson, Pedro Pascal, Mark Duplass, Judy Greer, Aubrey Plaza, Riley Keough, Aaron Taylor-Johnson, Jennifer Tilly, Nicholas Braun, Danny Huston, Stephen Lang, entre otros), y unas mínimas modulaciones del audio en pantalla para recordar que es un trabajo audiovisual, son los elementos que conjuga esta hermana menor (y de mínima producción) de La dimensión desconocida. Una capa fantástica y sci-fi que poco a poco va calando en estas instantáneas dialogadas en las que el espectador se cuela como si hubiera pinchado la línea telefónica. Un menos es más en toda regla.
Palomares (Movistar +)
También la aportación nacional a los documentales de ficción tiene un espacio en esta lista con esta producción de 93 Metros para Movistar +. Palomares se centra en los pormenores del accidente de aviación norteamericano sobre suelo levantino que a punto estuvo de sentar un fatídico antecedente español a la catástrofe nuclear de Chernobyl.
El interés del trabajo de Álvaro Ron, más allá de revelar la sucesión de acontecimientos ocultados durante años por las autoridades franquisas y estadounidenses (cómplices en su intento por ocultar la gravedad del siniestro), estriba en el testimonio a cámara de algunos de los protagonistas de esas tensas jornadas de búsqueda desesperada de las cuatro cabezas nucleares esparcidas por la zona de la costa española, como por destapar imágenes desclasificadas por primera vez. Ahí donde no llega con estas, invierten en recreaciones ficticias ajustadas a la medida de la ambición y el acierto de esta docuserie.
Mare of Easttown (HBO)
Hemos tenido que esperar cuatro meses para recibir una ficción con los garantes de calidad con los que fue reconocida la HBO. Y pese a que solo se han podido ver dos capítulos, Mare of Easttown ya ofrece suficientes cualidades como para ganarse esa distinción del canal de cable. La ficción escrita por Brad Ingelsby , y dirigida por Craig Zobel, se ubica en uno de esos pueblos perdidos de Pennsylvania donde los locales o bien hacen lo posible por marcharse de ahí o arrastran el escozor por no haberlo hecho durante el resto de sus existencias.
Una de las que no pudo largarse es la Mare que da nombre al título de esta miniserie de ocho suministros, una sargento de policía malhumorada, afectada por desgracias familiares, divorcios y un misterioso caso sin resolver que reflotará tras la misteriosa muerte de una joven. Lo mejor es el discurrir ralentizado de la serie, sin urgencia por inscribirse en el thriller ni en subrayar el misterio alojado en las vidas de esos habitantes atrapados en el lodazal de la América profunda. Si con este escenario tan apetitoso no fuera suficiente para agarrarse, Kate Winslet pone todo su poderío actoral para convertir esta Mare en un personaje memorable, pese a la antipatía que genera en su entorno ficticio, todo lo contrario para la parroquia seriéfila, que deposita en ella gran parte de las esperanzas del curso seriéfilo 2021.
Nadie ha publicado ningún comentario aún. ¡Se tú la primera persona!