El Rototom, principal festival europeo de reggae, que celebra su vigésimo segunda edición del 15 al 22 de este mes de agosto, depara poderosos motivos para acercarse una vez más a Benicàssim.
Son 22 años ya los que han pasado desde que naciera en Friuli (Italia), y seis desde que abandonase el país transalpino-ante el hostigamiento legal del gabinete Berlusconi-y se instalase en Benicàssim. El Rototom Sunsplash se ha convertido a lo largo de todos estos años en la primera referencia europea en cuanto a sonidos de procedencia jamaicana. Y mucho ha tenido que ver en ello también su habilidad para olfatear en géneros y estilos colindantes, lejos de cualquier ortodoxia, siempre a la busca de nombres que, al margen de su indudable interés, oficien de banderín de enganche para un público nutrido.
Este año vuelve a ofrecer algunas exclusivas. Leyendas de la música tricolor (las que asociamos siempre a la clásica bandera rastafari, vaya), algunos nombres punteros de la escena pop internacional y un completo programa de actividades paralelas, con especial hincapié en esos foros de debate que hacen de él un certamen que siempre oferta un valor añadido. Porque el Rototom es un espacio para la diversión pero también para la reflexión.
30.000 espectadores diarios (las cifras récord en las que se mueven en los dos últimos años) es el umbral mínimo de asistencia que espera congregar un festival sobre el que vuelve a cernirse la amenaza del traslado de fechas: El ayuntamiento benicense conmina a sus gestores a que la cita se celebre a finales de agosto o principios de septiembre, pero el festival reclama su hueco tal y como viene celebrándose durante el último lustro, a mitad de agosto. ¿Razones para resistirse al traslado? Las facilidades para aprovechar las giras europeas de sus principales estrellas y la propia procedencia de gran parte de su clientela, también europea. A la espera de que el pulso se resuelva (hay incluso una recogida de firmas popular para evitar ese cambio de fechas), estas son nuestras cinco recomendaciones para la edición de este año. Cualquiera de ellas bien vale el viaje, sin duda.
#1 Major Lazer
Es cierto que sus álbumes no suelen apuntar tan alto (ni en la estima crítica ni en las listas de éxitos) como sus explosivos singles, pero Major Lazer son, sin duda, una de las bandas del momento. El principal culpable de ello es su principal mente pensante, el DJ y productor norteamericano Diplo (Thomas Wesley Pentz para los amigos), quien se ha convertido en los últimos tres años en uno de los ingenieros de sonido más solicitados del star system del pop internacional. Su firma representa tanto un aval para propuestas emergentes como un sello de modernidad para estrellones en apuros. Algo de eso podrían contar, al menos, Robyn, Bruno Mars, M.I.A., Snoop Dogg, Shakira o la mismísima Madonna, quien debe buena parte de la intermitente efervescencia de su último álbum (Rebel Heart, 2015) a su rúbrica.
Transitando mayoritariamente entre la EDM, el dancehall jamaicano, la música brasileña y estilos al alza como el trap o el moombathon, Diplo se ha consolidado como un diestro rastreador de sonidos de procedencia no occidental, fagocitando algunos de sus hallazgos en beneficio propio. Coraza electrónica y chasis multiculturalista para una propuesta que, más allá de cualquier debate sobre su licuación de nutrientes originales, detenta una innegable eficacia. Y Major Lazer, el trío que forma junto a Jillionaire y Walshy Fire, es la mejor concreción. De hecho, este “Lean On”, extraído de su reciente tercer álbum (Peace Is The Mission, 2015), en connivencia con DJ Snake y Mø, es uno de los singles del año, con más de 370 millones de visitas y varios números uno en las listas de medio mundo. Su actuación del lunes 17, por cierto, es exclusiva. Será la única que ofrezcan este año en suelo hispano.
#2 Lee Scratch Perry
No tiene el aura de borrosa modernidad de Major Lazer, desde luego, pero no hay figura más patriarcal que la de Lee Scratch Perry en la edición de este año. A él se le debe, en gran medida, la invención del dub, ese subgénero de la música jamaicana que representa algo así como la versión más electrónica del reggae, y que ha infectado de cadencias brumosas e hipnóticas a gran parte de la producción pop más aventurada y mestiza de las últimas décadas, desde PiL a Primal Scream, pasando por Massive Attack. Sin los hallazgos de este hombre en el sello Upsetter Records y en su estudio The Black Ark, en los años 70, quizá no se entenderían todos esos discos. 79 años le contemplan, así que su actuación del 21 de agosto es una buena ocasión para comprobar el estado de forma de alguien que es toda una leyenda.
#3 Marleymanía
El cordón umbilical que une a la familia Marley con el festival viene de lejos: Damian Marley, Rita Marley, Ziggy Marley y algunos otros destacados miembros del clan han sido protagonistas del cartel del Rototom en ediciones pasadas. Por eso tiene su lógica que, en ausencia de cualquiera de ellos este verano, sea un plantel de músicos de procedencia muy diversa la que rinda homenaje a quien fue el principal difusor del reggae por todo el globo, amén de su figura más icónica. Especialmente cuando algunos de ellos tuvieron en su momento un trato profesional muy cercano a él, como es el caso.
En primer lugar, con el concierto de Junior Marvin (guitarrista de los Wailers, la banda que le acompañó a finales de los 70 y principios de los 80) el sábado 15. En segundo lugar, con el set de Bunny Wailer el lunes 17, en el que los hits de los Wailers originales también serán protagonistas. Y en tercer lugar, con el concierto de tributo a Marley que ofrecerá el jueves 20 un plantel de músicos estatales, compuesto por Mala Rodríguez, Amparo Sánchez, Roberto Sánchez, Sr. Wilson, Soul Rebel o Salda Dagó, con The Blackstarliners como banda de acompañamiento.
#4 Bad Manners
Son una auténtica institución del ska británico. No tienen el pedigrí de The Specials, The Selecter o The Beat (no digamos ya de Madness, quienes sí han estado en este recinto, pero formando parte de otro festival: el FIB), pero representan como pocos hoy en día a aquella generación de jóvenes ingleses que a finales de los años 70 asumió con entusiasmo y una absoluta falta de prejuicios (sonoros pero también raciales) los presupuestos de la versión más trotona y acelerada de la música jamaicana, a través del inspirador filtro del punk. No han dejado de editar discos desde 1980, y se espera que su actuación del jueves 20 sea una auténtica fiesta. Incombustibles.
#5 El Foro Social
Como avanzábamos, uno de los principales activos del Rototom es su condición de espacio alternativo para el ocio (es uno de los festivales más familiares) y también para la reflexión, concretada en una prolija nómina de personalidades del mundo del periodismo, el pensamiento y el activismo social. Este año podremos ver cómo Aminatou Haidar explica de primera mano las raíces del conflicto saharaui, cómo Juan Carlos Monedero participa en un debate sobre la controvertida situación política en Ucrania, cómo la periodista Cristina Sánchez hace lo propio respecto a los principales conflictos bélicos del planeta o cómo su colega Rosa María Calaf modera una charla en torno al auge de la islamofobia en Europa. Se puede consultar aquí toda la programación, del 16 al 22 de agosto. Un ciclo de debates que se suma a actividades paralelas como la Reggae University Camp, el Rototom Circus o el Mercado Artesano.
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