“Can’t take my eyes off you” es el momento de felicidad y unión postrero de un puñado de tíos a los que la guerra de Vietnam va alterar sus vidas de manera dramática. Así de capital es el uso de esta canción de Frankie Valli en El Cazador.
El cine más o menos reciente parece emperrado en revivir el recuerdo de Frankie Valli & The Four Seasons, una formación mítica que, al menos en España, sí necesita retasarse, cuando no descubrirse. El caso es que films del año pasado como Jersey Boys de Clint Eastwood, que era directamente un biopic del grupo, o Northern soul (en la que la inconmensurable The night suena en varios momentos clave), pueden ser muy útiles para darnos cuenta de que, en realidad, estamos mucho más familiarizados con la música de Frankie Valli de lo que nosotros mismos podríamos suponer: es el tipo que cantaba el tema principal de Grease, los clásicos del doo-woop Big girls don’t cry, Walk like a man o la archiconocida Can’t take my eyes off you.
Algunos asociarán esta pieza original de 1967, casi un estándar del repertorio clásico de cualquier show de Las Vegas o de cualquier espectáculo nostálgico de la edad de oro de la disco music, a Andy Williams, a Gloria Gaynor, a Boys Town Gang, a Pet Shop Boys, a Lauryn Hill o cualquier otro que la haya versionado, que son legión. Y los cinéfilos de corta memoria es posible que recuerden a Heath Ledger interpretándola en la escena principal de 10 razones para odiarte.
Sin embargo, los amantes de las películas con unos recuerdos de más largo recorrido, no podrán separar nunca este tema de El cazador, la obra maestra de Michael Cimino. Forma parte de una de las muchas secuencias rituales y de vínculo masculino que aparecen en la primera parte del film. Además, tras esta canción, la película dobla una esquina: después del sing-along casual que se marcan estos amigotes mientras juegan al billar, nada vuelve a ser lo mismo y el resto de su vida se convierte en una ruleta rusa.
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