He aquí algunas conjeturas sobre lo que nos depara y lo que debería sorprendernos en la edición de la Berlinale 2017, que comienza el 9 de febrero.
Atención, spoiler: esta selección no incluye T2 Trainspotting.
El tráiler de Logan, la nueva entrega superheróica de la Marvel, transcurre al ritmo de “Hurt”, de Johnny Cash. No sé si es un guiño a su director, James Mangold, responsable entre otras de Walk the Line, aquella película en la que Joaquin Phoenix encarnaba precisamente al cantante americano. Quizá, la explicación es otra, y la voz honda de Cash va de la mano del Logan que veremos en la pantalla: taciturno, solitario, doliente. La imagen del héroe crepuscular. El atribulado Lobezno se presenta ante nosotros de la mano de unos versos que lo describen a la perfección: I hurt myself today, cantaba el hombre de negro, To see if I still feel / I focus on the pain / The only thing that’s real.
Logan llegará al final de la Berlinale 2017, en una sesión fuera de competición, presumiblemente, para aligerar la carga de un festival que suele armarse de contenido y que acostumbra a descuidar las formas. Si la Berlinale ha destacado por algo en los últimos años es por su voluntad de ahondar en lo social. Sin ir más lejos, la pasada edición tuvo como ganadora del Oso de Oro Fuego en el mar, el documental de Gianfranco Rosi sobre la isla de Lampedusa, sobre dos realidades que conviven en el mismo espacio pero que apenas se miran: la de los habitantes del lugar y la de los refugiados que anhelan llegar a la costa.
Como esta pieza no pretende realizar una mirada retrospectiva sino imaginar lo que puede depararnos el festival este año, pasaré de puntillas sobre Fuego en el mar y me centraré en una suerte de apuesta (con los ojos vendados) de algunos de los títulos más esperados de esta edición:
Decía lo de Fuego en el mar, porque una de las películas más esperadas de esta edición supone el regreso de Aki Kaurismäki a la Berlinale. Lo hace de la mano de un relato con dos protagonistas cuyas historias comienzan corriendo en paralelo: la de Khaled, un chico sirio que busca asilo político en Finlandia, y la de Wikström, un hombre que acaba de montar un restaurante.
La mirada humanista de Kaurismäki, su querencia por retratar la necesidad de funcionar como una comunidad, se antoja más necesaria que nunca en estos días en que Europa da la espalda a los refugiados y se desgarra también por dentro.
No terminó de convencerme Gold, el western excesivamente cauto de Thomas Arslan. Y, sin embargo, sigue siendo uno de los nombres más interesantes del panorama del cine alemán actual, y uno de los cineastas que mejor sabe apelar y dar la vuelta a la tradición de los géneros. En Bright Nights, los códigos genéricos parece que se cuelan en forma de una road movie en torno a un padre y un hijo que llevan años sin verse.
La ópera prima de Carla Simón se presentará en la sección Generation Kplus de la Berlinale. De tintes autobiográficos, la película trata de una niña de seis años que llega a la casa de sus tíos, la familia que la acaba de adoptar tras la muerte de su madre.
Uno de los directores felizmente más prolíficos del cine contemporáneo se presenta en la Berlinale con una película que tiene mucho que ver con Alemania. Younghee, la protagonista de la última película de Hong Sang-soo, es una actriz que ha decidido tomarse un tiempo de asueto, viaja a Hamburgo, donde gozará de tiempo para pasear y para pensar en el amor.
A Álex de la Iglesia le gustan los espacios cerrados. Los que le permiten diseccionar el mundo a partir de una pequeña prueba. Un lugar como el edificio de La comunidad o como el plató de Mi gran noche. Parecería que El bar, la película que presentará en la Berlinale 2017 se encierra en otro lugar pequeño, el local que le da título. Ahí se enclaustra un grupo de personas, tras un extraño accidente.
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