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69 Festival de Cannes #10 «Mimosas», oda a la copia imperfecta

En Cine y Series 7 junio, 2016

Violeta Kovacsics

Violeta Kovacsics

PERFIL

Oliver Laxe presenta un trayecto espiritual por el paisaje marroquí en su película Mimosas

Souviens toi de Dieu (acuérdate de Dios), se puede leer en una pegatina que adhiere un hombre en la parte trasera de un coche. La etiqueta aparece en Mimosas, la última película de Oliver Laxe, la rugosa joya de texturas minerales que se pudo ver en la Semana de la crítica de Cannes. La película, rodada en Marruecos, despliega un viaje espiritual, el de un grupo de hombres que pretende enterrar el cuerpo de un Cheikh, cuya última voluntad es ser sepultado en su hogar.

El trayecto deviene tanto introspectivo como físico. A la manera de Jauja, de Lisandro Alonso, la película de Laxe busca una elevación espiritual que en este caso no llega. Lo mejor, aquí, es el camino, y sobre todo el paisaje que retrata; y aunque aparentemente la copia que se vio en Cannes no era óptima, la película se presenta por momentos como si fuese una pintura en movimiento. No en vano, el operador de cámara del filme es Mauro Herce, director de la fascinante Dead Slow Ahead. El plano de una montaña por la que pasan los personajes resulta la mejor definición de un filme que elabora el discurso intelectual (en torno a la religión, la fe y la búsqueda) a partir de lo plástico. Las figuras empequeñecidas de los personajes se funden con el paisaje, como si ellos fuesen una más de las piedras marrones y grises de la rocosa pared escarpada.

Los personajes de Mimosas emprenden un trayecto para poder otorgar un entierro digno al cadáver que transportan. La protagonista de La fille inconnue, la última película de los Dardenne, presentada también en Cannes, inicia un periplo por las calles y lugares de Lieja, con la intención de descubrir el nombre de una mujer hallada muerta y devolverle así su identidad.

Ambas películas plantean una búsqueda, un viaje. También, suponen una aproximación tamizada al género. Mimosas se presenta como un western metafísico y espiritual por el árido paisaje marroquí. La fille inconnue emula libremente las maneras del thriller. Los Dardenne filman incluso una persecución, la de la joven doctora, que sigue a dos chicos en moto.

De la misma manera, Personal Shopper, de Olivier Assayas, plantea un filme de fantasmas que en realidad es un lúcido retrato de los tiempos modernos. Aquí, de nuevo, hay un trayecto, un deambular de la protagonista (Kristen Stewart), en moto por las calles de París, en tren desde la capital francesa a Londres. La película de Assayas es también una obra de texturas, que no son minerales ni naturales sino digitales. Es la pantalla de un teléfono móvil. Es la masa inaprehensible de un fantasma que aparece como si fuese humo, sin cuerpo, sin rostro, sin identidad. Es el retrato perfecto de una contemporaneidad líquida.

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