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Cine y Series

«Ballers», al rescate de los huérfanos que dejó «El séquito»

En Pérdida de series, Cine y Series 4 julio, 2015

Emilio Doménech

Emilio Doménech

PERFIL

La nueva serie producida por Mark Wahlberg para HBO tiene a Dwayne Johnson como jugador de fútbol americano retirado que se pasa a la asesoría.

A la espera de saber más acerca de la nueva (y genial) segunda temporada de Halt & Catch Fire, con la que todavía tengo algunas dudas por resolver, nunca está de más recomendaros un nuevo díptico. Aviso: encantará a los huérfanos de El séquito (Entourage). La serie de HBO que aterrizó en forma de película en las salas norteamericanas hace apenas unas semanas, acompañada además de rajes brutales por parte de toda la prensa del país, dejó sin recompensa veraniega a los amantes de la comida basura televisiva por excelencia cuando puso fin a su emisión.

No penséis que voy a ponerme pesado con El séquito, pues muy al contrario fui un fan acérrimo de la serie y creo firmemente que es la serie más binge-watcheable que jamás ha existido, pero tenemos que admitirnos, de tú a tú, que es difícil aprobarle el test de Bechdel -ya saben, que las mujeres tengan el mínimo protagonismo independiente- a cualquiera de sus capítulos. Y no hablemos ya del (descarado) abuso que se hizo del bellísimo reparto de extras que paseó por las calles de Los Ángeles durante las ocho temporadas que duró en antena.

Claro que hoy estamos aquí por otra cosa: por sustitutos. En este caso, desde el banquillo salen dos series de televisión que gozan de muchas de las virtudes de El séquito, pero también de algunos de sus defectos. La primera es Ballers, y voy a hablar antes de ella porque su estreno se produjo también en la HBO hace apenas dos fines de semana y os viene perfecto para engancharos a ella (Canal+ la emite los lunes en VOSE).

El séquito. Entourage

Mark Wahlberg, que también produjo El séquito -demonios, aquella estaba basada en su vida- lidera la producción de Ballers junto a Dwayne ‘The Rock’ Johnson, que sigue empecinado en demostrar que puede aportar algo al marco interpretativo hollywoodiense lejos de Viaje al centro de la tierra, San Andrés y la saga Fast & Furious. Aquí se pone en la piel de un jugador de fútbol americano retirado que se dedica a la gestión financiera de otros atletas.

Consecuente con sus herencias, Ballers toma parte de ese retrato de Los Ángeles del glamour novato, el despilfarro infantil y la fama de las puertas de coche que abren en vertical para parecerse a su evidente antecesora. Es un cosmos lo suficientemente atractivo como para llamar la atención del espectador falto de gancho entouragiano, pero la NFL no es Hollywood y Ballers necesita más que traspasos y conflictos de interés como para asegurarse ser elegida en el draft de la audiencia.

No le queda mal a The Rock quedar enmarcado en un mundo tan complejo como el del fútbol americano, y más cuando el foco queda sobre los años posteriores a la retirada de algunos profesionales, pero a su Spencer no se le han cargado demasiado los hombros dramáticamente como para sacar muchas conclusiones acerca de su interpretación o de su atractivo como personaje protagonista.

Ballers

Donde sí parece que sabrá convertir touchdowns Ballers es en el tipo de cuestiones que pueden dar arcos argumentales y emocionales interesantes a sus personajes. Quién se va a preocupar de un defensa cuando su vida como profesional ya haya terminado. Quién va a controlar los gastos de un jugador al que su familia y amigos le agotan cada recurso. Quién necesita estar pendiente de un delantero que no está al máximo nivel y decepciona a los suyos en cada batallita nocturna grabada y subida a Twitter. Lo importante es el quién porque la fama se construye sobre los demás y porque, cuando desaparece, hay que correr muchas yardas para encontrar amigos que quieran ofrecerte un impulso. Eso es algo que puede aprovechar Ballers para importar más de lo que lo hizo El séquito.

Lo que le falta por decidir a Ballers es si quiere divertirse consigo misma, a costa de sí misma o de si está tomándose lo suficientemente en serio como para descartar las ligas inferiores y aspirar al mercado de la SuperBowl del cable televisivo. Su techo de ambiciones no es todavía demasiado alto, pero el fútbol americano tiene muchas sombras y puede que haya llegado el momento de echar luz sobre la controversia. Déjenme adelantarles: sistema de pagos (nulos) a jóvenes atletas universitarios, consecuencias cerebrales de jugadores con largas carreras en las ligas profesionales, violaciones en los campus, etc… No es algo que la serie haya siquiera planteado en los dos capítulos que hasta ahora se han emitido, pero sin duda cabe plantearlo para ver qué tipo de lanzamientos quiere, se propone o le dejan hacer a Ballers.

Oh, la otra serie con la que quería cerrar era Survivor’s Remorse, pero ya no me queda espacio. Les resumo. Aquella tenía bastante más claro lo que quería hacer: divertirse mucho, con mala leche y apostando fuerte por varios personajes potentes. Esa sí que no deberíais perdérosla por nada. Y está renovada.

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