En Decision to Leave, la última película de Park Chan-wook, Hae-Joon, un policía insomne, obsesionado con su trabajo, perfeccionista y minucioso en la cocina, resignado a la abstinencia sexual y a un matrimonio a distancia, mientras trabaja en Busan, se enfrenta a la resolución del misterio de una aparente muerte accidental. La consecuencia inmediata será un vuelco irreversible en su vida. Protagonizada por Park Hae-il y la icónica Tang Wei (Deseo, peligro, 2007), Decision to Leave es un filme de texturas, en el que la atmósfera creada por el director de fotografía Kim Ji-yong resulta envolvente, en ocasiones las habitaciones funcionan como una caja, un contenedor o un pequeño escenario de cámara, que nos obliga a ser conscientes de los límites físicos —el techo y paredes— que acotan a los personajes y sus conversaciones.
Ya sea en la cuidada ambientación en interiores —como nos tiene acostumbrados el director coreano— y cuya estética es muy significativa, aquí por ejemplo, lo que sugiere el papel pintado, o en paisajes grises, azulados, brumosos y movimientos de cámara que nos hacen creer haber visto lo que no se muestra, este thriller nos mantiene alerta cada segundo, incluso seducidos en algunos momentos a pesar de que el ritmo nos pueda hacer perder pie. En Decision to Leave, el director también se sirve de los mensajes de móvil como elemento narrativo, resultando en algún momento molestos, como disruptores de una atmósfera más próxima a la fascinación que a la tecnología, decisión que tiene visos de ser deliberada, ya que en la última parte el policía deja de utilizar su iWatch, de manera totalmente coherente con su nueva vida.
Siguiendo punto por punto las reglas del crimen con muchas sombras de duda, y del thriller erótico, Park Chan-wook —ganador de una Palma de oro con Old Boy (2004) y del Premio del jurado en 2009 con Thirst —muestra los recovecos de la trama, dosificando la información y trazando un retrato de la viuda, investigada y observada, que irá engrandeciéndose y puliéndose al mismo tiempo que añade más interrogantes a la historia. Las escenas de interrogatorio son antológicas y transmiten desde el primer minuto el impacto y las consecuencias que para la investigación tendrá la profunda impresión que la femme fatal causa en el policía. El personaje de Seo-rae está cuidadosamente escrito y su capacidad de seducción, entre la inocencia y la perversidad resulta de una frescura capaz de sostener el filme y aportar verosimilitud.
Cuando estamos seguros de su inocencia en la muerte del marido, un nuevo elemento vuelve a abrir el misterio, con la misma cadencia que el investigador va enredándose más a fondo en la fascinación de una mujer con múltiples facetas. El guion, escrito junto a su colaboradora habitual Jeong Seo-kyeong (La doncella), trenza la investigación con un romanticismo tan profundo como fatalista, jugando en varios aspectos con la doblez y la dualidad: Ella tiene dos maridos, él oscila entre la sospechosa y su mujer, la viuda es china pero también coreana, la inocencia y la culpabilidad, el adulterio y la fidelidad.
La humilde cuidadora de ancianos, con una coartada perfecta, juega inmisericorde con un investigador cada vez más entregado, que al mismo tiempo va distanciándose de su esposa, sin que la duda le abandone, a su pesar. La historia de Seo-rae (Tang Wei) la convierte en víctima, cuando sabemos que llegó desde China a Corea ilegalmente, y que consiguió su naturalización gracias a que su abuelo fue un soldado condecorado en la guerra contra Japón. Hae-Joon, por su parte, cae rendido en el juego de seducción, arriesgando su propia carrera, convirtiéndose a su vez en víctima de una manipulación cuyas cartas nunca se quedan al descubierto.
Decision to Leave ha sido seleccionada para el Oscar a la Mejor película extranjera, así como en los Critics’ Choice Awards y Golden Globes, también opta a cuatro premios BAFTA: Mejor director, Guion original, Montaje y película extranjera.
Artículo actualizado en enero de 2023.
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