Si existe un personaje dentro del universo de Star Wars que encarne toda su esencia, ese es Obi-Wan Kenobi. Este maestro jedi puede considerarse, sin lugar a dudas, un libro de historia dentro de la saga creada por George Lucas. Vivió los días esplendorosos de la República Galáctica, luchó en las Guerras Clon, sobrevivió a la purga de los jedi, fue testigo del ascenso del Imperio y entrenó a dos padawans de la estirpe Skywalker en los caminos de la fuerza. Incluso, después de muerto, susurró a la joven Rey acerca de sus primeros pasos como guardiana de la paz y la justicia. Kenobi es, definitivamente, la personificación de la odisea espacial más famosa del cine.
Todos estos factores hacen de este sabio eremita uno de los más queridos personajes de esta epopeya, haciendo que los fans desearan ardientemente un relato independiente centrado en su figura. Los rumores inundaron las redes, muchos periodistas preguntaban insistentemente a Ewan McGregor sobre el posible retorno de Kenobi a la pantalla. Finalmente, las especulaciones se hicieron hechos durante la convención D23 de 2019, cuando el sucesor de Alec Guinness anunció que volvería a vestir la túnica de jedi provocando que una avalancha de gritos de histeria fan asolara la sala.
La historia de esta miniserie está ambientada una década después de los dramáticos acontecimientos de Star Wars: la venganza de los sith. El fuego de los jedi ha sido, prácticamente, extinguido, los últimos reductos de la orden se encuentran ocultos y dispersos por toda la galaxia. Obi-Wan Kenobi se encuentra exiliado en el apartado, pequeño y pobre planeta Tatooine, llevado una solitaria vida de ermitaño, esquivando la atenta mirada de los inquisidores, siniestros agentes imperiales dedicados a la caza y asesinato de los jedi supervivientes.
La responsable de la obra es Deborah Chow, quien debuta, en esta ocasión, como directora creadora. No obstante, alberga una extensa experiencia dentro del mundo de las series, ya que ha ejercido el rol de directora adicional de capítulos de ficciones televisivas como Crónicas vampíricas, TURN: espías en Washington, Mr. Robot o Better Call Saul. Es más, no es la primera vez que se sumerge en el universo Star Wars, ya que también encabezó el rodaje de dos episodios de The Mandalorian, llegando incluso a hacer un pequeño cameo en la misma.
Deborah Chow en el set de The Mandalorian.
Al igual que otras muchas producciones de Lucasfilm, dentro del imperio de Disney, Obi Wan Kenobi representa un infinito espacio de nostalgia fan. El principal objetivo de sus autores es el de transmitir a los incondicionales de la saga, la sensación de encontrarse con un viejo amigo. La serie consigue ser un recurso ideal para llevar a cabo tal cometido, ya que hacía más de diez años que sus seguidores no veían a su maestro jedi favorito de nuevo en acción. Además, el épico regreso de Darth Vader en Rogue One les había provocado un irrreflenable deseo de una mayor presencia de este en los siguientes proyectos galácticos.
No obstante, debe reconocerse que el fan service en esta serie está bien llevado, ya que supone un efectivo recurso para establecer puentes con las series de animación y los videojuegos de Star Wars. Además, aquellos espectadores que no hayan tenido la oportunidad de disfrutarlos, veran cómo los nuevos elementos son introducidos sin dar nada por sentado, haciendo para el público comprensible su rol dentro de la historia.
A pesar de la sagacidad con la que se ha manejado el elemento nostalgia, la obra presenta ciertas deficiencias. Desde el prisma técnico, su dirección artística, un tanto pobre, hace que la serie resulte más un fan film de Star Wars que una producción de Lucasfilm. Esta sensación se acrecienta al escuchar su banda sonora, compuesta por Natalie Holt, simplemente genérica e incapaz de establecer el nexo emocional con el espectador, como sí lograron las cintas anteriores. Ni tan siquiera el tema principal, obra del maestro John Williams, logra dotar de personalidad artística a la serie.
Por otro lado, su historia no presenta una estructura susceptible de adaptar al formato de serie de televisión, sino más bien al largometraje cinematográfico. Este planteamento narrativo hace que los capítulos resulten un tanto insulsos, haciendo que la trama dependa especialmente del carisma de sus personajes clásicos, quienes tampoco consiguen que apenas se mueva nada dentro del alma de la audiencia. Todo ello hace que Obi Wan Kenobi constituya un simple entretenimiento más de Star Wars, ni más ni menos.
Darth Vader, el otro gran deseado de los fans.
Obi Wan Kenobi era la serie de Star Wars que los warsies necesitaban, pero no la serie que merecían. Una lástima, teniendo en cuenta el icono que representa el maestro jedi aprendiz de Qui Gon Jinn. No obstante, supone un breve y efímero abrazo a una figura querida, un referente paternal, protector e indulgente, y una dolorosa y eterna despedida del maestro, cuya efigie se emborrona cada vez más por las lágrimas que invaden nuestros ojos.
Hasta siempre, querido maestro. Que la Fuerza te acompañe…
Nadie ha publicado ningún comentario aún. ¡Se tú la primera persona!