Se han cumplido 10 años de la muerte de Luis Alberto Spinetta, la mayor figura de la historia del rock argentino, el hombre que lideró una de las bandas fundacionales, Almendra, y que estuvo en primera línea con otras bandas eternas como Pescado Rabioso, Invisible, además de su propia carrera en solitario, siendo la figura en la que se miraron todos los demás mitos del país de Maradona, gente como Charly García, Fito Páez, Gustavo Cerati o Andrés Calamaro, artistas que cayeron rendidos ante la figura del Flaco Spinetta, que colaboró con todos ellos. El peso de su obra es tan grande que el gobierno argentino declaró el 23 de enero, el día de su cumpleaños, como el día del músico nacional.
A continuación voy a aprovechar 15 temas imprescindibles de Spinetta para hacer un recorrido por su maravillosa carrera, desde sus inicios con Almendra a sus discos de los años 90, sin olvidar su inolvidable andadura por Pescado Rabioso o la creación de su obra maestra, Artaud.
Almendra – “Tema del Pototo (Para Saber Como Es La Soledad)” (1968)
Almendra provenía de la fusión de dos grupos beat que cantaban en inglés, Los Larkins, que se convertirían en Los Mods, donde tocaban Spinetta y Rodolfo García, y Los Sbirros, donde estaban Edelmiro Molinari y Emilio del Guercio. Esos cuatro fueron los miembros de Almendra, con Spinetta como cantante principal y guitarrista rítmico, García como batería, Molinari como guitarrista principal y del Guercio como bajista. La banda ya estaba formada cuando Los Gatos publicaron la fundamental “La Balsa”, la canción que dio partida a eso que los argentinos llaman rock nacional y mezcla la música anglosajona con la porteña y tiene al español como idioma de elección, pero tuvieron que esperar un año a su debut discográfico porque el batería tuvo que hacer el servicio militar.
Al final, su primer sencillo vino protagonizado por esta canción compuesta por Spinetta y Molinari, en la que tanto el órgano como la melodía se sitúan entre la psicodelia y el pop barroco, con clara influencia de los Beatles, y una letra que Spinetta había compuesto un par de años antes cuando le comunicaron que un amigo del colegio había fallecido. Un inicio de lo más prometedor.
Almendra – “Muchacha Ojos de Papel” (1969)
Posiblemente la canción más mítica de su carrera, Spinetta se había enamorado de Cristina Bustamante, la vecina de Del Guercio, y había comenzado una relación con ella. Sus armonías con sabor Laurel Canyon se fundían con ligeros toques del tango y el folklore argentino para conseguir la más hermosa de las canciones, una canción en la que rompía tabús, insinuando a las claras su relación sexual, muchacha pechos de miel, no corras más, quédate hasta el día. Básicamente el mismo tema que utilizaban los Stones en su Let’s Spend The Night Together, pero cambiando la lascivia de Jagger por la poética de Spinetta.
Almendra – “Rutas Argentinas” (1970)
Para 1970 Spinetta estaba inmerso en el LSD y el hipismo, intentó hacer una Ópera Rock con Almendra pero el proyecto no llegó a salir, aunque algunas de las canciones se colaron en el segundo disco de la banda, el doble conocido como Almendra II, para entonces el rock argentino se había ido endureciendo con la aparición de Manal, una gran banda de blues rock, que a Spinetta le impactaron bastante. En cierto modo la música de la pegadiza “Rutas Argentinas” es un homenaje a aquella banda, mientras que la letra habla sobre esos viajes hippies/ beatniks a dedo, con una mochila como único equipaje.
Pescado Rabioso – “Blues De Cris” (1972)
La separación de Almendra se juntó con otra que todavía le marcó más, la de su novia, Cristina Bustamante, aquella muchacha de ojos de papel con la que quería quedarse hasta el alba. Tras un periodo tumultuoso, con drogas, endureciendo su sonido con Pappo y viajando por Europa, Spinetta regresó a Argentina y formó una nueva banda a la que llamó Pescado Rabioso, la primera formación estaba formada por el propio Spinetta a la voz y la guitarra, Black Amaya a la batería y Osvaldo Frascino al bajo. Con ellos grabó el primer disco de la formación en 1972, que se llamaba Desatormentándonos, y se abría con esta pieza en la que se veía que había cambiado a los Beatles por Led Zeppelin como guía, y en cuya letra afrontaba su separación con Cris(tina), “atado a mi destino sus ojos al final olvidaré“, algo que, como veremos a continuación tampoco consiguió del todo…
Pescado Rabioso – “Post-Crucifixión” (1973)
Spinetta dejó claro cuál era su objetivo con Pescado Rabioso: Con Pescado intenté romper la ternura y el eje sensible de Almendra… Había partido de una música esencialmente ciudadana, tanguera, con reflejos de bossa-nova, con aires de jazz e influencia de Piazzolla, y ahora me rebelaba contra eso creando riffs… Creo que fue una etapa medio punk. Un ejemplo perfecto de todo eso es este “Post-Crucifixión”, un sencillo de comienzos del 73 con el que la banda estrenaba formación, se añadía el teclado de Carlos Cutaia y se produce un cambio fundamental, sale Frascino y entra el imprescindible David Lebón, un guitarrista formidable que haría las labores de bajista. La canción está llena de riffs zeppelianos y malos augurios sobre el futuro con el gobierno militar, siento presagios de lo que vendrá.
Pescado Rabioso – “Credulidad” (1973)
El segundo disco de Pescado Rabioso, ya con Lebón y Cutaia como miembros fijos fue el último propiamente dicho de la banda. Como en el caso de Almendra se trató de un disco doble llamado Pescado 2. Allí la paleta se ampliaba y Spinetta recuperaba en algunos temas la acústica como en esta preciosidad en la que se veía que la muchacha de ojos de papel seguía revoloteando en su memoria, las uvas viejas de un amor en el placard. Tres minutos, que parecen muchos más, llenos de cambios y de intensidad en los que, sin embargo, no hay un estribillo claro. Puede que aquí ya se adelantase a los próximos coqueteos con el rock progresivo.
Pescado Rabioso – “Todas las Hojas Son del Viento” (1973)
Como ya le había pasado antes, su amplitud de miras acabó con el proyecto, Lebón, Amaya y Cutaia se querían mantener dentro del blues rock más pesado pero Spinetta quería ampliar la paleta de nuevo, jugar con la música y las palabras sin restricciones. Al final se quedó solo y decidió grabar un nuevo disco que, bajo el nombre de la banda, encubría una obra en solitario, aunque puede que haya que darle la razón cuando decía eso de que Pescado Rabioso era yo.
Fue así como grabó la que es considerada su obra maestra, Artaud, un disco tan increíble que no he podido sino elegir tres temas del mismo. La primera es esta maravilla folk que lo abre, “Todas Las Hojas Son Del Viento”, en la que Spinetta toca y canta todo lo que suena, volviendo a la sensibilidad de “Muchacha (Ojos de papel)”. No es casualidad que, líricamente, también vuelva a Cristina Bustamante, su antigua pareja, que ahora está embarazada de otro y piensa incluso en abortar. Spinetta la aconseja de forma ambivalente pero totalmente humanista, cuídalo de drogas / Nunca lo reprimas, dale el aura misma de tu sexo.
Pescado Rabioso – “Cantata de Puentes Amarillos” (1973)
“Cantata de puentes amarillos” se llama así en homenaje al cuadro El puente de Langlois en Arles de Vincent Van Gogh (Aquellas sombras del camino azul/¿dónde están?/yo las comparo con cipreses que ví/sólo en sueños) y comienza con un ligero riff de guitarra acústica tras el que Spinetta comienza a cantar en falsete, en uno de los inicios de canción más bellos que haya escuchado el que esto escribe. Claro que ese inicio se ve correspondido por el resto del tema, uno de los grandes monumentos de la música popular en castellano, en el que Spinetta filosofa sobre el surrealismo, el arte y el artista, la poesía, Artaud, el emperador Heliogábalo y el propio Van Gogh. Nuestro protagonista vuelve a ser el encargado de todo lo que suena, guitarra acústica, eléctrica, maracas, platillos y una de las mejores interpretaciones vocales de su carrera. Son cerca de diez minutos de genialidad cercana a la locura, llena de cambios, riffs y nuevos descubrimientos en cada escucha.
Pescado Rabioso – “Bajan” (1973)
“Bajan” es la mejor canción eléctrica de Artaud, además de otra de las imprescindibles de su carrera. Spinetta está acompañado por su hermano Gustavo a la batería y su ex compañero en Almendra, Emilio del Guercio, al bajo. Aquí se puede ver que su amor por los Beatles no se ha ido a ninguna parte, con un inicio que parece sacado del Abbey Road de los de Liverpool, eso sí el flaco vuelve a demostrar su maestría melódica con una canción que vuelve a serpentear como solo él sabe y en la que entrega frases tan icónicas como esta “Y además vos queres sol/ despacio también podés hallar la luna“. Spinetta se dobla con la guitarra eléctrica y vuelve a demostrar que, además de un compositor asombroso, era un guitarrista con pellizco. En 1993 Gustavo Cerati, el líder de Soda Stereo, haría una versión en solitario, lo que le valió para que Spinetta le invitara a tocarla con él en su mítica actuación en el Estadio José Amalfitani de Buenos Aires, el 4 de diciembre de 2009, en un concierto titulado Spinetta y las Bandas Eternas en el que el artista hizo un extenso repaso a su carrera de más de 40 años, reuniéndose con miembros de todas sus bandas.
Invisible – “Durazno Sangrando” (1975)
Tras el maravilloso Artaud Spinetta volvió a crear otra de sus Bandas Eternas, en esta ocasión, Invisible, un trío formado por él mismo, Hector ‘Pomo’ Lorenzo y Carlos Alberto ‘Machi’ que venían de Pappo’s Blues, pero esta vez Spinetta iba a pasar de la distorsión guitarrera tan en boga en la época, buscando un sonido en el que se combinara el lirismo de Almendra con la fuerza de Pescado Rabioso, aunque también estuvo influido por el rock progresivo de la época. El segundo disco de la banda, que se llamó como esta canción, Durazno Sangrando, era una obra conceptual sobre el libro tradicional chino El secreto de la flor de oro, obra taoísta que se dio a conocer en Occidente gracias a Richard Wilhelm y Carl Jung. La canción es otra de las más bellas de su repertorio, con un complejo arreglo instrumental sobre el que flota la sinuosa melodía.
Invisible – “El Anillo del Capitán Beto” (1976)
Invisible alcanzó su cumbre con su tercer, y último, disco, El jardín de los presentes, una obra que se abría con este tango rock espacial sobre un astronauta argentino, en el que el Mayor Tom se porteñiza en el Capitán Beto y se rodea de la imaginería más personal de la carrera de Spinetta, el River Plate, el mate, la foto de Carlitos o la vieja.
Invisible – “Los Libros de la Buena Memoria” (1976)
Otra joya de El jardín de los presentes, la canción en la que Spinetta mezcla a la perfección los aires tangueros con su propia poética, con maravillosas contribuciones de la guitarra de Tommy Gubitsch y del bandoneón de Juan José Mosalini. Tango progresivo y surreal sobre el que flotan las palabras de Spinetta Mas si la luna enrojeciera en sed o las impalas recorrieran tu estanque ¿No volverías a triunfar en tu alma? Yo sé que harías largos viajes por llegar. Otra clara candidata a la canción más bonita de su carrera.
Spinetta – “Canción para los días de la vida” (1977)
A 18′ del sol fue el tercer disco en solitario de Spinetta, tras Spinettalandia y sus amigos y Artaud, pero fue el primero que venía firmado solo por él. Fue también el disco donde más se acercaba al jazz rock, aunque su mejor momento poco tenía que ver con aquella música, se trataba de esta preciosidad acústica que rescató de la Ópera Rock perdida de Almendra a la que cambió un poco la letra para poder dedicársela a su primer hijo recién nacido, Dante Spinetta.
Spinetta – “No te alejes tanto de mí” (1983)
En medio de la aventura con Spinetta Jade, el cantante argentino grabó su sexto disco como solista, Mondo di cromo, una obra en la que aparecía esta canción en la que se apreciaba que Spinetta, tras 15 años de carrera, seguía bien atento a lo que sucedía, lo que en ese momento era la Nueva Ola. Y es que este “No te alejes tanto de mí”, era casi como el reverso del “Don’t Stand So Close To Me” de los Police, contando con ironía una historia de celos obsesivos que sonaba más cerca del “Every Breath You Take” de los de Sting. Como acompañantes otros dos viejos conocidos, Pomo Lorenzo de Invisible y David Lebón de Pescado Rabioso que es el encargado del solo final. Una canción irresistible que sirvió para clausurar el mítico recital de las Bandas Eternas, siendo la canción número 51 que interpretaba tras cinco horas de concierto, supera eso Springsteen…
Spinetta y Los Socios del Desierto – “Cheques” (1997)
Si con la canción anterior se notaba que había estado escuchando Nueva Ola, con este éxito de los 90 se notaba que también había prestado oídos a la explosión del rock alternativo de los 90, con un riff de guitarra está más cerca de Red Hot Chili Peppers que de Black Sabbath, en la letra metía el dedo en la llaga sobre la enorme deuda externa acumulada durante el gobierno de Medem y el corralito ya se veía al final del pasillo: De nuestro amor tan solo me queda hoy un absurdo secador, me fundiste hasta el BMW y yo lo que hago es garpar cheques, cheques, cheques, cheques, cheques. Musicalmente, Spinetta volvía al rock de guitarras y rejuvenecía su sonido junto a Marcelo Torres al bajo y Daniel Wirtz a la batería.
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