En el año del desastre del cómic español, el guionista Jorge Riera ha reunido a más de 25 dibujantes con el loable propósito de contar su propia vida, sus fracasos como cineasta y sus tendencias politoxicómanas. Putokrío (Edicions de Ponent) nos ofrece una versión más intimista del personaje que hemos podido disfrutar en el programa Alaska y Coronas.
No está escrito en ningún sitio que haya una línea recta que pueda llevarte de una librería de cómics de Valencia a la pomada de Madrid, pero en su momento Jorge Riera fue espabilado, supo aprovechar las oportunidades y se convirtió en guionista. A punto de franquear el pórtico escalofriante de los cuarenta, Riera vuelve a explicarse a sí mismo, a través de su alter-ego Putokrío, aunque su nuevo libro de historietas esté cargado de una inesperada ternura y un tono reflexivo e intimista, diferente a las soflamas misántropas de otras encarnaciones del personaje, como la que hemos podido disfrutar durante 13 semanas en el programa de La Dos, Alaska y Coronas.
Es un auténtico placer inquietante poder leer las desventuras de Riera/Putokrío, especialmente si, como él, has nacido a mediados de los 70, has sido un friki de los tebeos –incluso antes de que ese término existiera– y has vivido tu adolescencia en los descampados de una gran ciudad que quizás por casualidad es Valencia. La autoficción autobiográfica de Riera incluye a su padre levantador de pesas, sus fracasos como cineasta y el exorcismo de la propias tendencias autodestructivas que, en su caso, se manifiestan en la adicción a las cervecitas y en una politoxicomanía benévola. Riera es incluso incisivo al demostrar cómo le templa el espíritu a un hombre de treinta y tantos una novia diez o doce años más joven.
Con prólogo del ponderado Oscar Aibar y epílogo de un desencadenado Hernán Migoya, Putokrío (Edicions de Ponent) reúne historias escritas por Riera y dibujadas por una variada selección de artistas: Ata, Santiago Sequeiros, Juaco Vizuete, Enric Rebollo, Javier Peinado, Natacha Bustos, Pablo Vigo, Cristóbal Fortúnez, Pablo Ríos, Carla Berrocal, Miguel Ángel Martín, Francisco Redondo, Miguel Porto, Borja González Hoyos, Darío Adanti, Mortimer, Félix Ruiz y Sergio Bleda. En todos estos “relatos gráficos”, destaca el respeto y la hondura visual con que los dibujantes han recreado en la página los textos de su neurótico guionista, quizás porque unos cuantos comparten también coordenadas emocionales con la época y el tipo de vivencias que se recrean.
Completan el volumen varias bolas extras en forma de historias escritas y/o dibujadas por otros sospechosos habituales como Alberto González, JAB, Eugenio Merino, Jordi Costa, Joaquín Aldeguer (colaborador de EL HYPE), Álex Mendíbil, Mauro Entrialgo, Néstor F., Álvaro Ortiz y María Rubio. Algunos de ellos son conocidos, amigos íntimos y hasta la actual pareja sentimental de Riera, y sus aportaciones añaden matices épicos a su automitología compulsiva, como cuando se presentó borracho en casa de Jordi Costa y destrozó por accidente la batería de juguete nuevecita de sus hijos. Putokrío suena como rock and roll para el alma en el precarizado paisaje actual del cómic español.
Ilustraciones: Ata, Francisco Redondo, Darío Adanti.
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