Chiara Bersani lleva más de 10 años en la escena contemporánea europea. Desde Italia, esta actriz y performer de 34 años y 98 centímetros ha ido trazando una carrera escénica junto a importantes directores como Rodrigo García, Alessandro Sciarroni o Jérôme Bel. En 2012 comenzó a dirigir piezas con otros artistas como Marco D’Agostin (The Olimpic Games, Formazione) y en los años siguientes sacó adelante su trilogía Family Tree, premiada en diversos foros de danza italianos.
El último paso en la carrera de Bersani ha sido la creación de su primera pieza en solitario, Gentle Unicorn, trabajo que, estrenado el pasado mes de julio en el festival de Santarcangelo di Romagna, llega ahora a la sala Hiroshima de Barcelona, (2 y 3 de febrero) dentro de la programación del festival Sâlmon, ese encuentro anual de inclasificables propuestas artísticas que, voluntariamente, trascienden la escena (Barcelona, del 22 de enero al 10 de febrero).
La de Bersani es una pieza aparentemente sencilla que parte de su concepto de cuerpo político y despliega un catálogo de gestos y movimientos, precisos y sutiles, haciendo servir la metafórica figura del unicornio, el ser mítico, bondadoso y bello, pero también desarraigado y algo vapuleado por la narrativa tradicional. El unicornio ha sido un ser sin patria y sin historia, el ser humano lo ha usado y ha abusado de él, lo ha privado de la palabra. Lo quiero resarcir de todos los males, regalarle una historia, un amor, una elección, afirma Bersani.
Experiencias únicas
Si volvemos a la programación del Sâlmon surge un tema importante: ¿bajo qué etiqueta englobar una programación que en tres semanas abarca híbridos lenguajes escénicos, que abre las puertas de los estudios donde trabajan los artistas, pretende ampliar y crear comunidad, hacer transmisión de procesos, transgredir, sorprender y mantener su coherencia? Para situar a todos, artes vivas contemporáneas y experimentación son palabras clave. Otra clave de esta séptima edición, la amplitud de canales por los que nos llega su programa: salas (Antic, el Mercat de les Flors, Hiroshima); cines (Zumzeig); centros de arte (MACBA y Fundacion Joan Miró); fábricas de creación (Graner, donde germinó el Sâlmon, y Fabra i Coats) y espacios de ensayo y exhibición (La Poderosa y La Caldera).
El festival acoge hasta una Bacanal, la que durante todo el sábado 26 permite acercarse a las creaciones de Martí Sales, Big Bouncers, Óscar Bueno, Maria Acaso, Javier Cruz y otros muchos artistas de aquí y ahora. También estará Marc Sempere, quien el año pasado cocinó una paella gigante en el escenario del Mercat de les Flors mientras El Niño de Elche adelantaba algunos temas de su último disco, se proyectaban fragmentos del documental que sobre el ilicitano estaba grabando Sempere, y René Pacheco, arqueólogo y miembro de Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, hablaba del trabajo en las fosas comunes del franquismo. Todo un reto que concluía cuando la paella estaba lista y se comía entre todos los presentes.
Este año Sempere y Lipi Hernandez parten en Cuerpo Cosmos de rituales trance para acercarse a Paquito el Chocolatero, la rave y, de nuevo, la paella. Del baile de efectos lisérgicos al atracón colectivo.
En torno a la comida gira parte de Olla común, de Laida Azkona y Txalo Toloza. En Tierras del Sud, trabajo escénico documental que trata sobre las relaciones entre las poblaciones indígenas latinoamericanas y su explotación (antigua y actual) por parte de las grandes empresas globales, nos hablaban del pueblo Mapuche. Ahora proponen un viaje guiado a Puelmapu para acercarnos a su paisaje, a su historia y a esa olla que se cocinará con lo que todos aporten.
Lo último de lo último
Rodrigo Cuevas ha alcanzado una gran popularidad con sus bizarras puestas en escena de electro-folk. Convertido en icono de la irreverencia performativa, el asturiano se encontrará con sus seguidores para hablar de sus fuentes, musas y referentes. Una charla con sorpresa garantizada.
Manuel Rodríguez, Paz Rojo, Carmelo Salazar amplían su investigación en torno al cuerpo con trabajos que proponen, exploran, intentan ir más allá de la contemplación del espectador. Iniciativa Sexual Femenina presenta Catalina desde una perspectiva feminista, libertaria y antiacademicista; Mariona Naudin bucea en la biografía de su abuelo en VIP Homenaje a Severiano Naudin, Premio del Jurado del teatro Hebbel am Ufer en el festival 100ºBerlin; El pollo campero, comidas para llevar se atreve con la redes sociales en Parecer felices; la Orquestina de Pigmeos propone una performance a partir de textos y obras del cineasta Jonas Mekas, un grupo de mujeres rumanas y un músico colombiano.
Mi padre no fue un famoso escritor ruso de Bárbara Bañuelos trata sobre la relación entre la salud mental y el cuerpo desde múltiples perspectivas, por eso la programación expandida del festival incluye la colaboración entre esta y el equipo de Radio Nikosia, emisora formada por personas con diagnósticos de trastornos mentales. Transmisiones en directo, encuentros con artistas y una programación especial que se pueden seguir en www.radionikosia.org y www.contrabanda.com.
El 27 de enero el Sâlmon tiene como invitada de lujo a la artista caboverdiana Marlen Monteiro, galardonada en 2018 con el León de Plata de la sección de danza de la Bienal de Venecia por una presencia electrizante que encuentra inspiración en las tradiciones carnavalescas de su isla natal. Bacanal – Preluido para una purga es su original aproximación a las Bacantes de Eurípides con 12 bailarines y músicos. Intenso, abierto, impuro, así ha calificado la critica su trabajo. Un modus operandi que casa con la filosofía del Sâlmon, siempre a contracorriente.
Foto de cabecera © Roberta Segata.
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