El segundo documental de Joshua Oppenheimer incide de nuevo en las heridas abiertas por el horror en Indonesia, contrastando con hermosas metáforas una masacre cuya huella llega a nuestros días. Crítica de Gian Giacomo Stiffoni, con motivo de su estreno en el pasado Festival de Venecia.
Siguiendo en el mismo temal documental de The Act Of Killing, el realizador estadunidense Joshua Oppenheimer relata los asesinatos en masa de supuestos comunistas, ocurridos en Indonesia después del golpe de estado de los militares (hoy en día todavía en el poder), del 1965, en The Look of Silence. Una verdadera masacre de casi un millón de campesinos que nada tenían a que ver con el comunismo.
A Oppenheimer le interesa sobre todo el problema de la memoria; la de las víctimas que no pueden olvidar y la de los verdugos incapaces de ver y asumir del todo las consecuencias atroces de sus actos. No es una casualidad que el hilo conductor sean las visitas que el hermano de una de las víctimas hace a varios ejecutores de las matanzas para medir su vista con un instrumento de oftalmólogo. La metáfora es evidente así como sorprende constatar la incapacidad de los entrevistados para reconocer sus actos, de los que a menudo se enorgullecen contando detalles macabros de los asesinatos.
El documental consigue relatar la historia, como las repercusiones de la misma en sus protagonistas, con gran simplicidad y sin esconder asperezas y momentos de desasosiego. Todo utilizando sólo la narración oral dentro de un marco visual armonioso, muy controlado y con imágenes refinadas pero impactantes por su belleza formal. Una interesante mirada sobre una etapa terrible de la historia de una país lejano, hoy en día casi desconocida.
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