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Tres anuncios, una mujer empoderada y cócteles molotov

En Cine y Series miércoles, 10 de enero de 2018

Xavi Sánchez Pons

Xavi Sánchez Pons

PERFIL

Vayamos al grano: lo de Tres anuncios en las afueras ha sido una sorpresa y de las gordas. Nada hacía pensar que Martin McDonagh, un dramaturgo inglés de padres irlandeses que hasta ahora había brillado de forma discreta en sus aventuras cinematográficas, iba a clavarlo en un thriller ambientado en la América profunda sobre un crimen sin resolver, entre policías zopencos y un pueblo conservador, tirando a racista.

¿El argumento suena trillado verdad? Pues bien, McDonagh logra esquivar los lugares comunes del género gracias a una historia que cada media hora toma un camino inesperado. Esos giros que no vemos venir tienen una particularidad que los hace aún más sonados: son tan sorprendentes para los espectadores, como para los personajes que protagonizan este relato coral y atípico de perseverancia y redención, liderado por una mujer empecinada en resolver el violento asesinato de su hija.

Tres anuncios en las afueras (Martin McDonagh, 2017)

Las reseñas más torpes de Tres anuncios en las afueras utilizarán la figura de su protagonista, la madre interpretada por Frances McDormand, para compararla con Fargo y otros neo-noirs de los hermanos Coen. Pero craso error. La grandeza del nuevo filme de McDonagh radica en que ofrece su propia versión del, en apariencia, típico, como decíamos antes, thriller yanqui pueblerino.

El director de Escondidos en Brujas deja claro que esto será otra cosa desde la primera y alucinante secuencia de la película: unos planos entre brumas de tres anuncios abandonados en una carretera de Ebbing, símbolo de los fantasmas del pasado y de la moral empantanada del pequeño pueblo de Misuri​​; tres grandes paneles que unos instantes después servirán de acicate para denunciar el crimen no resuelto que sirve de macguffin argumental.

La cinta de McDonagh tiene la apariencia de un drama criminal, pero en realidad utiliza el género para retratar la idiosincrasia del atavismo violento de los Estados Unidos, el machismo inherente a esa América primaria, y para realizar también un retrato de personajes complejo y lleno de matices que huye del maniqueísmo y de la superficialidad. Tanto la madre coraje de Frances McDormand (uno de los personajes femeninos y feministas más potentes del cine americano reciente), víctima de un repugnante y constante mansplaining, como el jefe de policía campechano de Woody Harrelson o su subordinado xenófobo interpretado por Sam Rockwell, tienen luces y sombras, y acabaran encontrando su camino y a ellos mismos, de formas poco convencionales y sin necesidad de cerrar el círculo.  

Tres anuncios en las afueras (Martin McDonagh, 2017)

Tres anuncios en las afueras subvierte el clasicismo de su puesta en escena –su andamiaje visual se acerca a la pericia que podría tener un realizador artesano con muchas horas de vuelo– gracias a su caligrafía emocional impresionista y libre, y a unos latigazos de humor cáustico que suavizan la dureza de lo que aquí se cuenta. Y es que McDonagh logra un filme totalmente librepensador que, además, contiene algunas imágenes que deberían quedar grabadas para siempre en las retinas de todos. Un ejemplo: esa Frances McDormand tirando cócteles molotov a una comisaría de policía. ¿Alguien dijo cine punk?

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