La gratitud reduce la ansiedad y la depresión y ha demostrado ser uno de los métodos más fiables para aumentar la felicidad y la satisfacción con la vida.
Dicen que existen tres palabras que abren el alma de las personas: lo siento, por favor y gracias. Yo más que sentir que tienen que ver con el alma, considero que tienen mucho que ver con la educación, el respeto, la convivencia y especialmente con la calidad humana de las personas.
Quiero referirme al tema del agradecimiento porque llevo unas semanas que, a pesar de ocupar parte de mi tiempo en hacer trabajos, desinteresados y sin mediación pecuniaria, a determinadas personas, la sensación que tengo es que todavía les debo algo. Estoy convencido que uno de los pensamientos que más rondan sus cabezas es que soy tonto y el otro debe ser que me hacen un favor pidiéndome las cosas más variopintas.
No es que haya recibido un simple gracias por aquello que he entregado en las perfectas condiciones demandadas, sino que el imperio del silencio se ha instalado en una relación que, hasta ese momento, era más o menos cordial.
Lejos de coger un cabreo monumental, de emitir juicios criticables o de impregnar de improperios sibilinos a cualquiera de estas personas, lo que siento es tristeza. Tristeza y pena por darme cuenta, “después de…”, del tipo de personas con las que en determinado momento me relaciono, en lugar del “antes de…” Por otra parte, agradecimiento por ayudarme a valorar todavía más a esas personas que están a mi lado de manera incondicional, que sin pedir nada a cambio te ofrecen su amistad para cuando quieras cogerla y que, de vez en cuando, te hacen la vida más agradable con su compañía.
Además, esto me ha permitido descubrir ciertos estudios científicos sobre los beneficios del agradecimiento que me voy a permitir compartir en estas líneas y que estoy convencido que sorprenderán a más de uno tanto como a mí. La gratitud reduce la ansiedad y la depresión y ha demostrado ser uno de los métodos más fiables para aumentar la felicidad y la satisfacción con la vida, así como para aumentar los niveles de optimismo, alegría, placer, entusiasmo y alguna cosa más. La gratitud fortalece el sistema inmunológico, reduce la presión arterial y nos hace menos susceptibles al dolor y otras molestias. La personas agradecidas duermen mejor… si quieres dormir profundamente cuenta agradecimientos, no ovejitas…
Seguramente existirán más, pero lo que yo deseo ahora es agradecer efusivamente a todos los que se lo merecen, porque eso me ayudará a acaparar esa ristra de beneficios que tiene un simple Gracias.
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