Cuando estamos metidos en la vorágine del día a día no somos conscientes de cuántas actitudes nos bloquean, en lugar de ayudarnos a avanzar. Con tantos días de fiesta la posibilidad de reflexionar sobre nosotros aumenta considerablemente, o eso creo, máxime cuando todo el mundo te esta deseando un año nuevo maravilloso. Después de estas reflexiones, he hecho una lista de 7 cosas que puedo ir vaciando de mi mochila para caminar más ágil en los próximos meses.
#1 Renunciar a tener razón siempre.Estoy convencido de que esta manera de comportarme me aleja de personas que realmente importan, al crear conflictos que, sin lugar a dudas, podría evitar. Es mucho más inteligente querer entender al otro que tratar de doblegarlo con el peso de la razón.
#2 Dejar de quejarme por todo.Instalarme en la queja me ha traído, generalmente, sentimientos de pena y de tristeza, así como de rabia y de insatisfacción. Aceptar las cosas como vienen y pasar a la acción, para resolver las situaciones a medida que van llegando, quizá es más provechoso que un quejío continuo sobre situaciones y personas.
#3 Abstenerme de criticar.Es muy fácil entrar en la crítica a personas, comentarios, imágenes, vestidos, comportamientos, etc, en ocasiones, muy destructivas. Estoy convencido que esa crítica rápida no ha llevado la suficiente reflexión y como decía Sócrates una vida sin reflexión sobre ella misma, sin examinarse, no vale la pena vivirla. Cambiar la perspectiva de nuestro pensamiento crítico puede ser una gestión inteligente de nuestra vida.
#4 Dejar de etiquetar.Ponemos etiquetas a personas, a situaciones, a comportamientos, etc. porque son raros, diferentes o se salen de nuestro concepto de normalidad. Abrir nuestra mente es un gran ejercicio para comprender que en este mundo cuanto más la amplías más oportunidades tienes de disfrutar en esta vida.
#5 Olvidarme de culpar a los demás.Darnos cuenta de que tenemos la responsabilidad absoluta de todo cuanto nos sucede es un pensamiento mucho más sano y efectivo que echar la culpa a cualquiera de las cosas que nos suceden. Desde nuestra responsabilidad podemos resolver, desde la culpa la solución depende de otros.
#6 Que no se me ocurra poner excusas.Los miedos sociales son tremendos y excusarse por no decir las cosas como son, para quedar bien o no molestar, es algo que no me hace sentir bien conmigo. Atreverse a ser veraz seguro que es más gratificante.
#7 Dejar pasar la necesidad de controlar.Ese querer que sucedan las cosas como yo creo que tienen que suceder, antes de que pasen, es un sinvivir que no siempre resulta atractivo. Dejar aflorar la posibilidad de que otros actúen libremente, decidan, o que una situación se desarrolle de manera natural es una actitud que nos quita muchos pesos de encima.
Estoy convencido de que probar a disminuir el peso de estos comportamiento en nuestro día a día, en la medida de lo posible, nos va a proporcionar una vida mucho más placentera y saludable.
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