O cinco razones para entender por qué es la mejor época del año en la ciudad.
#1 El plan cinéfilo.
Meterse en una sala oscura una tarde fresca de otoño, puede que sea de los planes que mayor felicidad traen. Más aún, si lo que puedes ver es la selección de las mejores películas que se estrenarán de aquí al año que viene. El New York Film Festival inaugura su 52 edición con Perdida, la adaptación de David Fincher (oh, Dios Fincher, te alabamos) del bestseller de Gillian Flynn; la película central será la que dicen es la nueva obra maestra de Paul Thomas Anderson, Inherent Vice, y en la clausura, Birdman, de Iñárritu. Y entre una y otras: ’71, Eden, Foxcatcher, Heaven Knows What, Mr. Turner, Pasolini, Whiplash, The Wonders… Y después de cada pase, conferencia con sus directores y protagonistas. Es EL plan.
#2 El plan natural.
Hay pocas cosas de las que los neoyorquinos puedan sentirse tan orgullosos. Una es la pizza. Otra es el foliage o la caída de la hoja. La razón por la que el otoño en Nueva York es la mejor época del año. Porque, sin necesidad de salir de la ciudad, se pueden ver los cambios de color más espectaculares: en Central Park, en Prospect Park, en el Botánico, el Hudson River Park… Elige tu paseo para enamorarte más de esta ciudad.
#3 El plan cultural.
Otoño es el momento de la inauguración de las grandes exposiciones del año: Matisse en el MoMA, los cubistas en el Metropolitan… Antes de que arranquen y acaparen atención, nos quedamos con una muy newyorker: Mac Conner: A New York Life en el Museum of The City, es una retrospectiva de este ilustrador de revistas y admirador de Norman Rockwell, que dibujó la vida urbana del Nueva York de los cincuenta y sesenta y habría trabajado con Peggy y Don en las oficinas de los Mad Men.
#4 El plan alcohólico.
En Nueva York se celebra el Oktoberfest con alegría y alboroto. Y no sólo en las cervecerías alemanas. La escena cervecera artesanal saca sus mejores líquidos dorados, cobrizos y oscuros durante casi un mes en fiestas a lo largo de la ciudad. Lo mejor es celebrarla aprovechando los últimos días cálidos en los beer gardens: como el más clásico el Bohemian Hall, en Astoria; el Berry Park o el Spritzenhaus, en Williamsburg; o el Standard Biergarten, en el hotel Standard del High Line.
#5 El plan seriéfilo.
Friends nunca se rodó en Nueva York, el Central Perk, aquel café por el que todos empezamos a soñar con cafeterías con sofá y grandes tazas, tampoco era real. Hasta ahora. Para celebrar el 20 aniversario de la serie, desde el 17 septiembre hasta el 18 de octubre, Eight O’Clock Coffee y Warner Bros. han montado un Central Perk pop up en el Soho, con el sofá y los muebles originales, con Gunther algún día de sorpresa por allí, merchandising, memorabilia y un escenario para shows improvisados que compitan con el Smelly Cat de Phoebe. Y a este nuevo capítulo lo llamaremos: The One Where We All Drink Coffee.
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