47 Festival de Sitges: 300 películas, 13 secciones, 9 días

Hay que remontarse a 1973 para encontrar a aquellos cuatro amigos que decidían encerrarse en la villa de uno de ellos y comer hasta morir. Era La gran comilona, de Marco Ferreri, película que parece haberse instalado como referente (¿involuntario?) de este Sitges: Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya que, desde hace ya bastantes años, se construye esencialmente como un gran festín cinéfago, una apoteosis de la degustación cinematográfica. 308 películas, 38 de las cuales en la sección oficial a competición, 13 secciones, y sólo 9 días (si no contamos el último domingo, reservado a las tradicionales y masivas maratones). De media, la edición 47 de Sitges acogerá unas 34 proyecciones diarias entre Auditori, Retiro, Prado y Brigadoon. No creo que muchos festivales del mundo, no ya fantásticos sino de cualquier clase, puedan exhibir este músculo.

Escribir sobre lo más destacado de esta fiesta pantagruélica es obligadamente un ejercicio de concreción en su estado más extremo. Imposible destacar todo lo que debería ser destacado, imposible no dejar fuera de la selección nombres, películas, que muy probablemente darán que hablar. Con esta excusa (peregrina, sí), intentaré resumir en unas pocas líneas qué puede dar de sí la edición 2014 de este que ha sido definido por sus responsables, con bastante acierto en mi opinión, como “festival de festivales”.

Ángel Sala, el director del festival, lo ha dejado claro esta mañana en la rueda de prensa de presentación de Sitges 2014: el humor es un ingrediente en el género fantástico que va a estar muy presente, que cada vez lo está más en un tipo de películas donde en realidad encaja muy bien. Ya no es solo lo más obvio, como la esperpéntica continuación de Dead snow que se podrá ver en Sitges, Dead snow 2: Red vs. Dead, es que también se manifiesta en producciones mucho más oscuras como The double, aunque sea un humor negro filtrado con cuentagotas, o en descarrilamientos excesivos como Filth, que es la última adaptación del universo de Irvine Welsh, el autor de Trainspotting. Aquí cabría destacar dos películas de argumento prácticamente idéntico, Life after Beth (en Panorama) y Burying the ex(Clausura). En ambas nos encontraremos con unas chicas que se resisten a abandonar a sus parejas incluso después de muertas, aunque de las dos la segunda es la que ha despertado más expectación porque viene firmada por Joe Dante. (Pausa. De rodillas. En pie. Fin de la reverencia). Así pues, humor habrá de todas las clases y para todos los gustos, pero yo me la juego aquí y ahora pronosticando que What we do in the shadows será una de las sensaciones (cómicas) de este festival. Ahí queda eso.

Joe Dante (con gafas) en el rodaje de Burying the ex.

Lo bueno que tiene manejar un volumen de películas tan elevado como el de Sitges es que, a poco que uno se recorra sus secciones todo lo que humanamente pueda, podrá hacerse una idea bastante aproximada de por dónde se mueve en la actualidad el cine fantástico. Si hace unos años la brutalidad era quizás el ingrediente predominante, a juzgar por la programación de 2014 esto ha cambiado. En la sección oficial a concurso, por ejemplo, encontramos piezas de una aspereza nada grandilocuente como The rover, o ya más directamente metidos en materia fantástica, algunos retornos al cine de terror más sugerente como son Oculus, The Babadook, Annabelle y The quiet ones. Que nadie se asuste: habrá sangre. Siempre hay sangre. Pero parece que el género está ahora más inclinado hacia la sugerencia que hacia lo grueso. Ya veremos.

Aunque no lo parezca, el malo no es el tipo de la izquierda sino el espejo.

Da igual el itinerario que uno se monte en Sitges: si se visita el Festival el tiempo suficiente, será imposible no tropezarse con una película asiática. La importancia de cinematografías (hasta hace poco) emergentes como las de Corea del Sur o Hong Kong, unidas a las ya clásicas china y japonesa, queda nítidamente definida cada año en la programación de Sitges. Este año, entre otras sorpresas, podremos descubrir lo último de Dante Lam (That demon within) o del director de la formidable Confessions, Tetsuya Nakashima (The world of Kanako). Y de nuevo de Asia vendrán algunas de las propuestas más vibrantes de acción como Firestorm o The target. En este capítulo resulta oportuno recordar que de Asia precisamente han venido en los últimos años propuestas de acción que en Sitges han convertido las proyecciones en colosales fiestas de tiroteos y peleas: los cimientos del Retiro aún tiemblan después de la proyección de The raid de hace 3 años, además con un sold outde los que hacen época (hasta los pasillos estaban ocupados).

Ah, ya me iba sin mencionar algo que indudablemente es foco de atención en cualquier festival de cine, sus ilustres visitantes. Roland Emmerich vendrá para recoger su premio especial, con lo que el festival salda una deuda con un director que siempre ha tenido una clara inclinación por el fantástico y que, aunque ampliamente cuestionado por la crítica, ha aportado al género piezas que en mi opinión merecen un respeto mayúsculo como Godzillao Stargate (y aprovecho para decirlo, porque si no lo digo reviento, que su Asalto al poderfue una de las 10 mejores películas estrenadas en España en 2013).

También recogerá premio Antonio Banderas, que no ha hecho mucho fantástico que digamos pero que presentará Autómata. Franco Nero, Joe Dante, Álex de la Iglesia, Hugo Silva, Ariadna Gil, Jaume Balagueró, y Kevin MacDonald también pasarán por Sitges. Y si repasamos los nombres que no vendrán en carne y hueso a Sitges pero sí vendrán encapsulados en DCP, entonces la cosa ya da vértigo: Robert Pattinson, Scarlett Johansson, Guy Pearce, David Cronenberg, Mia Wasikowska, Tom Hardy, Jean-Luc Godard, Jesse Eisenberg, Jared Harris, Saoirse Ronan, Ryan Reynolds, o Michael Shannon, entre muchos, muchos otros.

Esto es Sitges 2014. Del 3 al 12 de octubre, la única y auténtica capital mundial del cine fantástico.