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Dharma Bum

Vaporwave, el legado Millenial de Daniel Lopatin

En Música, Dharma Bum jueves, 9 de abril de 2020

Aleix de Vargas-Machuca

Aleix de Vargas-Machuca

PERFIL

Entre la psicodelia y el electropop, el Chillwave originado a principios de siglo —aka pop hipnagógico y, de alguna manera, sucesor del ensoñador y distorsionado shoegazing— explotó en esta última década formando una variedad de singulares microgéneros, como el Vaporwave. Con un ritmo lento, amplio uso de sintetizadores, samplings y procesamiento, aquello que actualmente cae en esta categoría evoca distendidamente los años 80 y 90 a través de las atractivas emociones de “anemoia” y melancolía, permitiendo a los Millenials satisfacer su nostalgia por los tiempos en que la electrónica de computadoras explotó.

Siguiendo esta estética lo-fi, la irónica variante de Vaporwave invadió Internet como una forma musical de meme, manipulando pistas de audio a través de técnicas de corte y atornillado como si se tratara de una simple mezcla coloreada de imágenes de tendencia. A través de una visión satírica de la cultura pop y el capitalismo consumista, esta subcultura sigue descomponiéndose en todo tipo de áreas específicas.

A diferencia de su hermano directo Synthwave, caracterizado por un ritmo más rápido y poco distorsionado, y un estilo característico que simula un videojuego futurista y realista —marcado simultáneamente por la tenue escena de la desindustrialización de los años ochenta—,Vaporwave adopta una creatividad surrealista que tiene sus raíces en el auge económico de los años noventa a través de anuncios de televisión asiáticos, anime festivo, e imitando la música ambiental y pasiva de los grandes centros comerciales.

 

Vaporwave

Productores como Daniel Lopatin (Good Time y Uncut Gems), James Ferraro y Ramona Xavier, que emplearon cada uno varios seudónimos, son alabados como pioneros de la rama vaporwave.

Lopatin es un artista experimental conocido en sus inicios por la compilación de 2009 llamada Rift, que partiendo de la música espacial de los 70 y el new age de los 80, materializa su experiencia de la escena noise de Brooklyn, recontextualizando cualquier sonido sin ritmo definido como forma de música. Ese mismo año comenzó a subir viejos remixes de lo-fi bajo el nombre de Sunset Corp, con una reacción positiva de los usuarios quienes lo describían como a la vez calmante e inquietante. En 2010, y bajo un alias diferente, lanzó Eccojams de Chuck Person (en referencia al juego de Sega Ecco the Dolphin) únicamente en forma de cassettes, en los que mezclaba samplings de populares artistas de los 80 y 90 como Toto, Phil Collins y Michael Jackson en una composición de tinte retorcido y caótico.

vaporwave

En 2017 y bajo su actual nombre artístico Oneohtrix Point Never, Daniel Lopatin grabó la banda sonora de la frenética película de los hermanos Safdie, Good Time, seguida de su siguiente película de Netflix, Uncut Gems, en la que Adam Sandler interpreta al adicto al juego y propietario de una joyería, Howard Ratner, en el Distrito de los Diamantes de Manhattan. El tema “The Ballad Of Howie Bling” recuerda sin duda alguna a “Ballad” del álbum conceptual Spiral de Vangelis de 1977 , que explora en una línea similar a la de Lopatin la naturaleza del universo a través de la música electrónica.

Al año siguiente del lanzamiento de Eccojams y tras el rastro de Lopatin, James Ferraro empleó archivos MIDI imitando instrumentos y dio vida a Far Side Virtual. El álbum se concibió primero como una serie de politonos, que describió como una banda sonora de la vida moderna, comprometiéndose con temas como la hiperrealidad y la crítica hacia la cultura de consumo desechable presente en la vida cotidiana y reflejada en la serie de videojuegos Sims y el mundo virtual Second Life.

Como cita Ferraro: Si realmente quieres entender el Far Side, primero, escucha a Debussy, y segundo, entra en una tienda de yogures helados. Después, entra en una tienda de Apple y solo haz tonterías, pasa el rato allí. Después, ve a Starbucks y consigue una tarjeta de regalo. Tienen un libro allí sobre la historia de Starbucks, compra este libro y vete a casa. Si haces todas estas cosas entenderás lo que es el Far Side Virtual, porque la gente ya vive en él.

El género aún sin nombre finalmente tomó forma un mes después de la aportación de Ferraro, con el sonido algo más accesible traído por Ramona Xavier (alias Vektroid), bajo el seudónimo de Macintosh Plus en Floral Shoppe. Todos los nombres de las canciones fueron escritos en japonés, a pesar de que tanto el artista como los sampligs originales y el público objetivo eran occidentales. La portada del álbum replicaba la estética PC de principios de los 90 mezclada con colores suaves y un busto helenístico. Este se convertiría en el éxito más reconocido de vaporwave, seguido de Home‘s Resonance.

Inspirados por Floral Shoppe, los productores aficionados empezaron a crear su propia música derivada sampleando éxitos retro ralentizados y añadiendo efectos para crear una sensación inclusiva con portadas nostálgicas coloreadas. Un estallido siguió en la plataforma musical online Bandcamp, donde los fans podían descargar su material en formatos lossless de mayor calidad.

Sin un nombre de género definido, los artistas lidiaron por designar el estilo hasta que surgió el término Vaporwave, que se asemeja a la palabra “vaporware” y significa: un producto, típicamente hardware o software de ordenador, que se anuncia al público en general pero que nunca se fabrica realmente y que al final sirve para describir esta exaltación en torno al nuevo consumismo de la electrónica que nunca se hace realidad. Los artistas permanecieron, en su mayoría, anónimos debido al temor a los litigios por emplear extractos de otras canciones, enfocando a su vez la atención del oyente más en la música que en el propio artista, y el uso del idioma japonés para ensombrecer aún más las canciones se convirtió en una tendencia.

A medida que más gente descubría el estilo, el Vaporwave pasó de una pequeña curiosidad a un amplio fenómeno de Internet, dada la plasticidad de este subgénero que permitía mezclar la expresión artística tanto visual como auditiva, sincronizándola en una dimensión virtual. Las primeras imágenes de ordenador e Internet se mezclan con arte distorsionado, renderizado 3D primitivo y el a veces abusivo uso de esculturas helenísticas rodeadas de una paleta de colores claros de luces de neón y videoconsolas de primera generación.

La categorización continuaría y explotaría en una profusa variedad de subgéneros bajo el paraguas del vaporwave:

  • Future Funk: el más festivo, que consiste en rápidas canciones disco y pop de los 80 y principios de los 90 mezcladas con anime. Muy ligado al City Pop japonés, que por su parte se define como música pop suave de finales de los 70 y 80 inspirada en la música pop americana, RnB, Funk, y Soft Rock dentro de la positividad y optimismo del crecimiento económico del país.
  • Utopía Virtual: enraizada en el concepto de Ferraro de una banda sonora de vida virtual, con los primeros gráficos 3D que son tan nítidos y claramente irreales.
  • Mallsoft: basado en el muzak pero escuchado desde una perspectiva de eco profundo, distante y distorsionado, la hipnotizante música de fondo parece salida de un mundo onírico hiperconsumista, con visuales de centros comerciales retro vacíos, con forma de renderizados 3D y fotografías de archivo de la vida real.
  • Vaportrap: con raíces en el hip-hop y trap, conocido sobre todo por Blank Banshee.
  • Late Night Lo-Fi: samples de música pop y jazz de los 80, ralentizadas con audio de baja calidad que imita a programas grabados en un viejo televisor CRT en formato 4:3 y con replicación del teletexto. Una variante más positiva, con un tempo más rico en sonido y una estética vibrante es el VHS Pop.

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4 comentarios

  • jmo707

    jmo707 10 abril, 2020 2:52 pm

    Fui un consumidor ingenuo de la vaporwave y todo lo que visualmente se le asociaba, empezando allá por 2009 con el dúo que Lopatin hizo con Joel Ford (“Games”) Al día de hoy conservo la aplicación Nightwave Plaza en el celular, que me lo recuerda, pero nunca me había tomado el trabajo de investigar el género ni sus variantes. Muy buen artículo =´)

    • Aleix de Vargas-Machuca

      Aleix de Vargas-Machuca 1 noviembre, 2022 4:29 pm

      Cierto, el álbum “Games that we can play”, ese blending típico del vapor wave con los menús de videojuego retro. En el último par de años ha renacido también el Ambient Jungle (también conocido como Intelligent DnB), que curiosamente abunda en los videojuegos de finales de los 90. Sonidos futurísticos de lo que muchos describen como el “futuro que podría haber sido”, mezclando esta melancolía con el hecho de que a día de hoy siga sonando futurista. Me alegro de que te haya gustado el artículo, un saludo!

  • Maxi

    Maxi 9 octubre, 2022 1:38 pm

    Excelente articulo, muy detallado y especializado para quienes realmente saben del genero y el nicho, que no es mi caso pero de esto se aprende. “Calmante e inquietante” es una buena definición ya que al escuchar esta mezcla de sonidos entre new wave, synthpop más los descritos en el articulo, tienen como una tenue calma pero en el fondo te dejan un sabor un tanto apocalíptico, una puerta a la distopía, a todo lo que la era industrial y tecnológica trae consigo; lo bueno y lo malo, el progreso como humano y la destrucción de nosotros mismos en el mismo camino. Transita también en lo refinado y lo banal, digno de una sociedad como la película Gattaca. Ya que el genero usa los kanjis japoneses, una palabra que quizás defina a esta movida es “Yugen”: «Un sentido profundo y misterioso de la belleza del universo… y la triste belleza del sufrimiento humano».
    Por otro lado, cuando vi en la portada a Arnold Schwarzenegger en un comercial japonés pensé que la nota se centraba en aquel fenómeno de los noventa de las celebrities americanas, precursoras de lo que hoy son los influencers quizás, en la cual eran convocadas por las principales marcas niponas para realizar comerciales de todo tipo por una gran cantidad de dinero.
    Lo curioso de aquella movida era que estos mismos actores, cantantes y “famosos” rechazan cualquier marca, e incluso las mismas que los contrataban para el mercado de Oriente, para no dar la imagen de que eran un producto. Es decir, intentaban trasmitir que era ricos y famosos, que no se vendían y que no eran comerciables cuando en realidad don dinero los compraba igual, pero del otro lado del mundo a escondidas de la sociedad occidental que ignoraba totalmente eso porque no había Internet ni nada parecido para no ser acusados de materialistas.

    • Aleix de Vargas-Machuca

      Aleix de Vargas-Machuca 1 noviembre, 2022 4:41 pm

      Interesante reflexión, sin duda se acompaña el género de un retrogusto apocalíptico, más evidente en el synthwave. Es curioso tu comentario respecto a los actores “famosos” de occidente que inundaron durante un tiempo los cómicos comerciales japoneses. Daría para otro artículo audiovisual, porque ejemplos hay tantos, desde Schwarzenegger (que sin duda es el que más daba la nota) pasando por Stallone y Willis, hasta Tommy Lee Jones. Iconos occidentales en el oriente y su papel en la publicidad. Me alegro de que te haya parecido el artículo interesante. Un saludo!