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Cultura

“El sector cultural debe repartir tortas a partes iguales”: una charla con Toni Cantó

En Entrevistas, Hermosos y malditas, Cultura jueves, 23 de junio de 2016

Jesús García Cívico

Jesús García Cívico

PERFIL

¿Qué política cultural?, ¿qué educación?, ¿puede una política liberal seguir dándole carrete a la Iglesia?, le pregunto. Pregunto: ¿No son ustedes un poco insensibles?”. ¿Es natural la relación de la izquierda con la cultura? ¿Por qué insiste? (me lo pregunto). Así fue mi encuentro con el diputado de Ciudadanos.

Antes de nada, le haré la pregunta que a muchos ciudadanos interesados por la cultura nos gustaría ver respondida claramente por un candidato: ¿en qué consiste la política cultural que quiere llevar a cabo Ciudadanos?

La cultura y el arte son bienes necesarios recogidos en la Constitución. Como dice Shakespeare por boca de Hamlet, es la manera que tenemos los individuos y la sociedad de vernos enfrentados a un espejo, conocernos mejor y, por lo tanto, ser más libres y más felices. Creo que es necesario tratar a la cultura no sólo como una necesidad humana y como una forma de completarnos mejor, sino también, como una industria. Es esa mi obligación como gestor. Se puede entender la cultura como una industria capaz de crear mucha riqueza, empleo y resultar un valor añadido muy importante para una de las principales entradas de dinero en este país que es el turismo.

Por ello hay que potenciar el turismo cultural. Es una gran posibilidad ligada a la lengua, tenemos la segunda lengua, tras el chino mandarín, más hablada del mundo. No creamos la riqueza que crea Inglaterra con el inglés, ni de lejos. Por lo tanto, hay un campo de crecimiento a partir de la industria de la cultura. Debemos tratarla mejor fiscalmente, por eso queremos que el IVA baje del 21% al 10%, si no tampoco podremos competir con las industrias culturales de nuestro entorno. La cultura es también imprescindible en la  de nuestros hijos, a mí me hubiera venido bien conocer ballet, por ejemplo, a veces es mejor saber bailar que saber saltar…

Toni Cantó

La suya es la profesión más respetable entre las de los candidatos: es usted actor. Para muchos es sospechosa, porque los actores fingen. Para mí es interesante, porque los actores cuando actúan sienten: se ponen en la piel de los demás. La última vez que le vi interpretaba usted Razas, la obra de David Mamet. ¿Cree que su naturaleza de actor aporta algo en alguno de esos dos sentidos anteriores?

Creo que la profesión de actor, el teatro y la política se parecen lo mismo que un huevo a una castaña… El teatro a través del artificio busca la verdad, mientras que en la política, continuamente, a través de artificios se intenta ocultar la verdad. Y esa no es la forma de practicar política que a mí me gusta. Yo soy muy claro y eso a veces me ha granjeado problemas, prefiero pisar charcos que no pisarlos, prefiero hablar que ser siempre políticamente correcto. Para no decir nada no estaría en política.

Dicho lo cual, pienso que ser actor podría tener alguna ventaja en la forma de comunicar. Creo que por la experiencia en gestión cultural o ser productor de mis propias funciones puede resultar una ventaja añadida. Yo he creado más empleo así que la mayoría de los diputados que hay en la Cámara del Congreso de los Diputados y eso, quieras o no, a la hora de saber lo que necesita este país para que las empresas funcionen mejor, para que los autónomos no estén tan apretados, o para crear empleo.

En relación con eso, le expondré claramente cuál es el principal reparo que tengo con la actual propuesta de Ciudadanos: me parece un partido insensible. Insensible en términos de derechos humanos, digo esto en primer lugar por la posición que ustedes adoptaron con la retirada de prestaciones sanitarias a inmigrantes mal llamados «sin papeles», gente cuya única falta es su situación administrativa. Luego está la cuestión de los toros y la violencia de género. ¿Es usted consciente de que transmiten una cierta insensibilidad contraria a los signos de los tiempos, incluso desde un punto de vista simbólico?

Probablemente tengamos un tipo de responsabilidad, pero es en el hecho de que ¡ninguna de esas tres cosas es cierta! Nosotros estamos por una sanidad universal, gratuita y pública. Lo único que dijimos en su momento es que no estábamos a favor del turismo sanitario. Pero eso es otra cosa. Quien quiera venir de otro país a operarse, pero no porque lo necesite tiene que pagarlo. No obstante, insisto: ningún emigrante, ninguna persona que necesite asistencia sanitaria se va a quedar sin ella. Se lo dice un hijo de cirujano y enfermera. Hay muchos profesionales sacrificados en este sector. Hoy en día si nuestra sanidad sigue siendo la joya de la Corona se debe a que a pesar de cómo han dilapidado nuestros recursos el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista (PSOE), nuestros profesionales sanitarios están haciendo un gran esfuerzo. Luego, niego la mayor: nosotros defendemos que la sanidad debe seguir siendo universal y gratuita, para todo el mundo, especialmente para que los más desfavorecidos no tengan ningún problema.

Despejada esta duda, sobre la igualdad de género diré que no cambiamos para nada las políticas hechas hasta ahora. También niego la mayor en este punto: no hay ningún tipo de insensibilidad. Lo único que hemos hecho es proponer una ley distinta para que, además, otros que viven en un hogar, como las parejas homosexuales, los ancianos o los niños, o los hombres, los discapacitados puedan ser protegidos en caso de agresión. Y en cuanto a los animales, yo he llevado a cabo la Proposición no de Ley para una protección de animales más exigente, tanto para los domésticos como para aquellos de los que nos alimentamos. Se aprobó, pero luego el Partido Popular no la terminó de llevar a cabo. Creo que somos un partido bastante sensible con ese tema…

Toni Cantó

Le otorgaré algo: Ciudadanos parece querer ocupar un espacio poco transitado en la política española, el liberal político (no económico). Éste no propone una moral particular ni una idea concreta del bien, sino que se asegura que todas las formas de vivir puedan coexistir libremente en una sociedad plural. Pensadores y escritores como Savater, De Azúa, Boadella, militaron en Ciudadanos, sobre todo ante los excesos de las políticas culturales de los nacionalismos catalán y vasco, pero pronto se utilizó por parte del «nacionalismo español». Savater matizó: una cosa es ser español, otra ser españolista… Si Ciudadanos es un partido liberal ¿no debería evitar ese tipo de confusiones oportunistas?

Yo no me considero nacionalista español. Sí puedo verme en algunas cosas que tienen que ver con el liberalismo en lo que toca a garantizar libertades, opciones personales, derechos relativos a la orientación sexual, a la manera de vivir, y en hacer al mismo tiempo que nuestras administraciones tengan un tamaño más saludable y sostenible, en eso somos únicos en este país. No hay nadie que pelee ese dinero que se pierde en las diputaciones o en el senado, o en esas fundaciones donde tanto el PP como el PSOE o ahora Podemos, tienen colocados a los suyos. Pero, insisto, no me considero nacionalista español.

Toni Cantó

Comprendo su reparo hacia la identificación de la cultura con la izquierda política. Creo que la cultura es crítica con el poder y amiga de la libertad, por ello los actores están más con Clinton que con Trump. Cuando el comunismo ha estado en el poder, la cultura también ha sido crítica con él, pienso por ejemplo en Milan Kundera. En España, el problema para la libertad ha venido tradicionalmente del franquismo, y post-franquismo, del nacionalcatolicismo, de la Iglesia… en la izquierda se forjaron los principales movimientos y propuestas culturales de resistencia. Sería lógico que se produjera un movimiento de ampliación, y la cultura se pluralizara, por así decirlo. Pero, ¿es posible otra cultura despolitizada, cómo sería y de dónde tendría que salir?

Lo importante es que fuera igual de politizada en todos los ámbitos, o igual de crítica. Y creo que el sector cultural de nuestro país ha adolecido, sobre todo, de cierta parcialidad. Eso le ha pasado factura. En ningún país de nuestro entorno se cuestionan las ayudas públicas como en éste. No sólo hay ayudas culturales. Se dedica mucho más dinero a la industria del automóvil que a la industria cultural, por poner un ejemplo. La industria cultural, sin embargo, crea más empleo que la del automóvil teniendo menos ayudas. ¿Por qué? Eso se ha debido, a que el sector cultural de nuestro país es parcial. Eso lo he denunciado en otros lugares (y me ha valido algún que otro disgusto). Creo que el sector cultural no fue igual de crítico con el PSOE que con el PP. Y eso le ha costado. Hay medio país que siente que el sector cultural fue parcial y yo creo que eso es malo para el sector y para el poder, porque el sector cultural tiene que repartir tortas por partes iguales.

Me gusta que usted cite a Kundera, es un escritor al que yo admiro muchísimo. Por cierto, estaba entre los más leídos cuando yo me aficioné a sus libros. Hoy en día parece impensable que un escritor como él esté entre los más vendidos. ¡Cómo ha cambiado el panorama literario en nuestro país! De Kundera lo leí todo, y el tema de la relación entre el poder, el Estado comunista, y el individuo lo explicó muy bien. Él como muchos escritores de su generación mostraron los peligros del comunismo para el individuo y eso es bueno recordarlo a muchos que hoy ven con simpatía a gente que se declara leninista o cosas así, más propias del siglo XIX que del XXI. Son ideologías que no han funcionado en ningún lugar del mundo y son responsables incluso de muchísimas muertes. Él como muchos escritores de su generación mostraron los peligros del comunismo para el individuo y eso es buen recordarlo a muchos que hoy ven con simpatía a gente que se declara leninista o cosas así, más propias del siglo XIX que del XXI. Son ideologías que no han funcionado en ningún lugar del mundo y son responsables incluso de muchísimos muertes. Declararse comunista es un retraso brutal y me parece incomprensible.

Necesitamos una ciudadanía mejor, más culta, menos manipulable, sin embargo el discurso del miedo al emigrante, las banderitas, las religiones, el temor a la pérdida de bienestar económico o a la identidad (sea lo que sea eso) funciona demasiado bien. La cultura, en un sentido moderno, debería servir para liberarnos de los miedos atávicos e irracionales, de los prejuicios, del machismo, del racismo, etc. La Constitución obliga a los poderes públicos a facilitar el acceso la cultura, pero se ha renunciado pronto al vehículo más fácil: la televisión, de donde desaparecen la historia, la filosofía, el arte y la literatura. La obligación de transmitir cultura se cubre con documentales sobre animales que se comen a otros animales y programas de cocina.

Creo que lo que dice está bien, pero en nuestro país no funciona. Por desgracia, ninguno de los grandes partidos ha llevado una política cultural o educativa responsable. La educación se ha utilizado para darse palos unos a otros. Se ha hablado de religión y de lengua pero no de educación y por eso tenemos lo que tenemos: abandono escolar, universidades mal situadas en los rankings del mundo, por eso hay tanto trabajo por hacer. Eso es fundamental para nosotros y por eso pedimos un pacto de Estado para la educación, donde de una vez por todas consigamos que nuestros hijos tengan las herramientas para ser más libres y acceder a un buen puesto de trabajo y ser más felices.

Respecto a la televisión, defendemos que exista una televisión pública a nivel estatal y una televisión pública en aquellas comunidades donde exista una lengua co-oficial, pero con un tamaño sostenible. No estamos ni por el Canal 9 que hubo aquí ni por la actual Televisión Española con mucho cuadro medio y poco “currito” sucumbiendo a la tentación de usar las cadenas públicas como un difusor de su propio mensaje y como un medio de manipular a la gente, en lugar de ir a un sistema de prestigio y neutralidad culturalmente potente, como la televisión pública de Francia o la BBC en Inglaterra. Eso es lo que nosotros querríamos.

Toni Cantó

Ha mencionado la educación de los más pequeños, una herramienta idónea es precisamente la asignatura Educación para la ciudadanía. Desde un punto de vista liberal, por volver a una etiqueta que no les resulta incómoda, dar a conocer desde una edad temprana qué derechos y libertades nos asisten, qué valores consagran nuestro texto constitucional y cuáles son las mejores reglas para la convivencia democrática es muy asumible. 

Nosotros estamos a favor de la asignatura Educación para la ciudadanía y que se enseñe cuáles son nuestros derechos, cómo debemos respetarnos o que la igualdad y la libertad son normas que deben aprender. Ahora bien, cuidado, porque es fácil caer en el adoctrinamiento.

Pero ese no es un peligro real, la asignatura sólo muestra cuál es el derecho vigente…

Sí, sí, le doy la razón. Nosotros, de hecho, reivindicamos la Educación para la ciudadanía. No tenemos reparos. Está en nuestro programa.

Mucha presión ha venido de partidos conservadores afines a las posiciones de la Iglesia Católica. En un país plural y más desde su posición liberal, ¿no resulta extraño el papel que todavía desempeña una Iglesia que cuenta, además, con un sobre-presencia muy normalizada en los medios de comunicación? ¿Lleva el programa liberal de Ciudadanos alguna medida que replantee las relaciones entre la Iglesia Católica y el Estado?

Nosotros estamos por defender lo que la Constitución dice sobre ese punto. Somos un Estado aconfesional. Yo soy una persona que respeta las religiones de todo el mundo mientras no me intenten imponer nada a mí. No quiero que a mis hijos les den religión en los colegios. Creo que eso de la religión cabe en la educación que reciben en los hogares, debe quedar dentro de casa. También en la educación escolar, pero en la privada. No hay mucho más que decir. Es de sentido común…

Pero, entonces, ¿ustedes apuestan por una educación pública de calidad o por mantener el sistema de apoyos a colegios concertados, también a religiosos?

Es que yo creo que ahora mismo, para mantener el sistema de educación pública, los colegios concertados son necesarios. Sin ellos no se podría sacar adelante ni atender a todos los niños. De hecho, los que se están frotando las manos con el problema de los barracones de la escuela pública y con que nuestros hijos siguen sin estudiar en inglés, son los colegios privados.

Jesús García Cívico

Un aspecto personal de su candidatura me parece positivo. Me gusta su forma de insistir. Creo que la vida consiste, básicamente, en un acto de insistencia. Insistir, volver a caer, levantarse de nuevo de una serie de golpes. Yo le admiro a usted en ese punto. Resulta creíble cuando se disculpa y también cuando insiste. ¿Por qué insiste?

Porque soy cabezón. Soy un tipo muy cabezón, pero también sé que para que un mensaje cale hay que repetirlo. Creo en lo que digo. Hay que insistir porque vivimos en una sociedad en la que recibimos miles de mensajes por muchas partes distintas, hay veces que hay que insistir mucho para llegar. Creo que es el resultado de mi personalidad. Soy «currante» y me gusta perseguir lo que quiero.

Hermosos: programas culturales de la televisión… francesa.
Malditas: campañas electorales.

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