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Cine y Series

Sácame a bailar, Harrison

En Música, On connaît la chanson, Cine y Series miércoles, 20 de mayo de 2015

Joan Pons

Joan Pons

PERFIL

Sam Cooke: uno de esos cantantes que podría convencerte para que dejaras tus estudios cantando cuatro versos certeros sobre la irracionalidad como en Wonderful world. Corazón vs cabeza: 1-0.

Diría que fue Graham Parker, y se non è vero, è ben trovato, el que aseguraba que Sam Cooke podría haberse puesto a cantar los números por orden del listín telefónico y nos hubiera emocionado igual. En la voz de este hombre cabía toda la condición humana. Abría la boca y nos fundía.

Sam Cooke

Aquella señora propietaria de un motel que en 1964 lo fulminó a escopetazos por pasearse por los pasillos de su negocio con el torso descubierto, acabó con uno de los más grandes vocalistas que ha dado la música popular. El tránsito de la canción popular pre-50’s hasta rock’n’roll y el del rock’n’roll hasta el soul de los 60 no se entendería sin él. ¡Qué dicción! ¡Qué fraseo! ¡Qué mojo! ¡Qué todo!

Harrison Ford en "Único testigo"

Cuando aquel Harrison Ford con el que todas querían casarse y todos queríamos salir a echar una cerveza (el de Único TestigoPeter Weir, 1985) saca a Kelly McGillis a bailar en el granero, todo cobra sentido. No se trata sólo de una hermosa escenita romántica: es el momento en el que él  (gracias a la letra de este tema) le demuestra a ella que comprende que apenas haya bebido del árbol de la ciencia en su confinamiento amish. Y ella, le demuestra a él que sus creencias tampoco son tan inflexibles: pertinentemente seducida, puede dejarse llevar incluso por la música “moderna” que suena por la radio. Cada uno, cede a su manera. Y sí, aunque suene cursi, el mundo puede ser maravilloso.

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