Cuando varios artículos de los que caen en tus manos, hablan del mismo tema, el pegging en este caso, me congratula no estar leyendo sobre tendencias sino sobre realidades incipientes que, en breve, se pueden normalizar a nivel general.
La historia se basa en un equilibrio de polaridades, es decir, los polos femeninos y masculinos tienden a equilibrarse en el interior de los seres humanos y esto provoca una serie de actuaciones, comportamientos, hechos y situaciones que, quizá, en un principio pueden verse como un ataque a identidades establecidas, pero que en la realidad pueden incrementar nuestra satisfacción personal y relacional.
El concepto del que estoy hablando es el pegging ( también llamado BOB o bend over boyfriend) y que se trata de cambiar los roles en la pareja, siendo él penetrado por su chica mientras utiliza un strap-on o arnés con dildo incorporado. Una parte de la excitación que provoca esta práctica, cada vez más extendida, es el hecho de ceder el rol tradicional de género en la pareja hetero. No es el hombre el que da, sino que se permite recibir y la mujer experimenta el placer de administrar placer a su pareja en toda su intensidad, llevando ella las riendas de la situación.
Desde siempre es sabido que la estimulación del ano, debido a la cantidad de terminaciones nerviosas presentes en esa zona, es muy placentera en sí misma. Si además permitimos el juego, la penetración y la aventura de la búsqueda del llamado punto P puede acercar la sexualidad masculina a los niveles de disfrute y satisfacción de la feminidad, cosa que me satisface profundamente y nunca mejor dicho.
Que cada vez existan más hombres heteros que se preguntan acerca de la estimulación anal y que tengan parejas que disfrutan penetrando y viendo disfrutar como nunca lo habían hecho, me provoca una satisfacción enorme y una alegría que me emociona.
Desgraciadamente, algunas mentes confunden la condición sexual con el disfrute y se arman unos líos increíbles, pero lo cierto es que por disfrutar del sexo anal con tu pareja no te van a quemar en la hoguera, al contrario, disfrutar de este tipo de prácticas va a darte un plus en la vida, la cual, aparte de más satisfactoria, abrirá tu mente hacia espacios de creatividad, tolerancia y respeto hacia todos los seres humanos que te rodean.
La gran libertad de la que disponemos y las ganas de explorar sin ningún tipo de presión nos permite hacer aquello que nos resulta más atractivo y satisfactorio, y la respuesta a aquello que me gusta o no me gusta siempre la tenemos nosotros. Encontrar el equilibrio entre mi parte masculina y la femenina hará que mi vida se enriquezca de matices y sutilezas que conseguirán, a menudo, una gran sonrisa en mi cara.
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