Aparte del que hubo sobre el escenario, en esta edición de los Óscar hubo otros fallos garrafales, pero en la red carpet. Precisamente el rojo, junto con el negro y los destellos que van del blanco al plateado pasando por el dorado fueron los tonos elegidos por las estrellas y/o sus estilistas para brillar en la 89 edición de los Óscar ¿Quiénes acertaron y quiénes erraron?
Brie Larsson, como sacada del famoso cuadro de John Singer Sargent. Hemos visto este Oscar de la Renta tantísimas veces antes -me recuerda al Versace de Lady Gaga en los Golden Globes del año pasado- que, aunque elegante, resulta aburrido.
Salma Hayek decidió rebosar de un Alexander McQueen de dudoso gusto. Para tener a su disposición todo el catálogo de Kering (el conglomerado del lujo que preside su marido y que aglutina a Gucci, Balenciaga y Saint Laurent entre otras), la mexicana erró en su elección.
Janelle Monáe prefirió no haber de elegir y ponerse TODO lo que le vino a la mente: golondrinas, tules, lentejuelas y hasta un cinturón de terciopelo. Nada encaja en este Elie Saab que es puritito horror vacui.
A un Dior y a toda una Charlize Theron les exijo mucho más sobre la alfombra roja… Si a ella, que es una diosa de proporciones áureas, le añade kilos, ¿qué no haría este vestido con las carnes de una mortal cualquiera?
Andrew Garfield, querido, mola que arriesgues, pero… ¿Qué significan esos ‘sobrepuños’ -por llamarlos de alguna manera- de tu esmoquin?
En otro, una soberana chorrada. En Ryan Gosling, benditas chorreras.
Michelle Williams recurrió a una de las últimas creaciones de Louis Vuitton y resulta que…
…llega Emma Roberts con un Armani Privé vintage que es clavadito.
Retro, en cambio, el Gucci de Dakota Johnson. Con un capirote, está fantástica para procesionar en la Semana Santa de Málaga (si se lo pide a Antonio, la lleva).
Por si su Atelier Versace no resultara complicado -y hasta forzado, con esos tules amarrados donde a Donatella le vino en gana-, Halle Berry decidió soltarse el pelo en los Óscar 2017. Rizó el rizo.
Si Desigual hiciera vestidos de gala, serían parecidos al Armani Privé repleto de mandalas que lució Nicole Kidman.
Raf Simons, recién llegado a Calvin Klein, firma el vestido de Naomie Harris. Es una mezcla entre un mandil, una capa y un sujetador que, pese a todo, funciona. Las sandalias asimétricas, en cambio, chirrían.
Aunque no es mi preferido, el Givenchy de Emma Stone envejecerá la mar de bien: cuando una sabe que va a recibir una estatuilla, vestirse a lo Hollywood clásico es la mejor opción.
A Ruth Negga le aconsejaron lucir este Valentino rojo y resulta que…
…aterriza Ginnifer Goodwin diez minutos después con un Zuhair Murad calcado.
Holi, perdedoras, parece decir Viola Davis, a.k.a. Diosa, mientras luce un Armani rojo tomate que solo ella puede permitirse. Bella, empoderada, talentosa, sensual, inteligente, comprometida, elegante, sofisticada, arrolladora… Viola juega en una liga superior a la del resto.
Demasiado veraniego, demasiado informal, demasiado impreciso… ¿Eso son tulipanes o escamas de serpiente? Scarlett Johansson, vestida de Alaïa, patina (y de qué manera) en los Óscar 2017.
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