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Nadie podía con Shangay Lili

En Vidas salvajes, Lifestyle miércoles, 8 de junio de 2016

Miguel Caamaño

Miguel Caamaño

PERFIL

El activista Shanghay Lili dejó tras de sí una estela de reivindicación constante de los derechos de los homosexuales. Un cáncer le arrebató su energizante y, por momentos, salvaje vida.

Cercanos en el tiempo al Día del Orgullo Gay en la cada vez, afortunadamente, más abierta Madrid y con la recién inaugurada Plaza Pedro Zerolo, la labor llevada a cabo por este reciente activista y feminista está más que nunca de actualidad. Nos abandonó hace poco más de un mes pero el Madrid gamberro y nocturno post-movida le debe mucho.

De hecho, fue la persona que puso en boga los llamados Shangay Tea Dance, trasladando el concepto de fiestas temáticas que se estilaba en países anglosajones, haciendo que muchos de sus asistentes se sintiesen libres como nunca. Pero no todo era fiesta, su plataforma gratuita Shangay Express puso de relieve todo aquello que pudiera interesar a un colectivo que cada vez se hacía más visible.

De hecho, este malagueño jamás huyó de su sexualidad y la expuso sin tapujos, lo cual ayudó a muchos de aquellos que no se atrevían (todavía) a salir del armario. El activismo tenía un nombre y no era ni mucho menos marginal; muy al contrario, Eduardo (su nombre real) había creado un personaje lleno de carisma y autenticidad y lo exponía en programas de máxima audiencia. Incluso coqueteó con las primeras entregas de esa telerrealidad que ahora ya no tienen ni pizca de gracia.

Era un devoto especialista de los géneros literarios e incluso llegó a aparecer en una película de mucha repercusión (Boca a boca, 1995). Diez años después lo intentó por su lado con Santa Miguel de Molina con una crítica corrosiva hacia el establishment gay más conservador y apático y ello le granjeó no pocas enemistades. De hecho, salió destarifado de la que hoy es Shangay, una publicación de referencia en este universo cada vez más presente y aceptado en nuestra sociedad. Y si ello es así se debe en gran parte a esta Drag Queen polifacética.

Las tablas del teatro tampoco se le resistieron e inició una serie de monólogos llenos de acidez en los que volvía a cargar contra ese aburguesamiento gay del que reiteradamente huía. Aunque su lado más loco y proselitista le hizo presentarse con su canción “Hipersupermegadiva” al Festival de Eurovisión. En esta canción, de claros tintes autobiográficos, hablaba de un niño homosexual que quería ser una diva para así enfrentarse a todo tipo de presiones familiares y del entorno en el que se crió. No pestañeaba a la hora de cargar con el gobierno conservador del Partido Popular con irrupciones espontáneas incluidas en mítines de Rajoy… Así era Shangay Lili…nadie le pudo detener, sólo ese maldito cáncer que acabó con su vida. Queda su legado y ese orgullo gay en lo alto por siempre.

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