La jefa de este maravilloso tinglado que es elhype.com me decía muy amablemente que mis artículos abrían puertas. Lo que realmente resulta curioso es la intercomunicación fortuita que puede llegar a establecerse entre los posts de cada semana. Dejábamos a la Comunidad Soul afligida por la muerte de Sam Cooke… y a su viuda Bárbara intentando negar la evidencia de una muerte en pleno adulterio. Sin embargo, le secó las lágrimas y se casó con ella, poco después, el alumno más aventajado del “Tío Sam”: Bobby Womack, quien lamentablemente nos abandonó esta pasada semana mientras dormía y mientras esperábamos con paciencia e ilusión su primera actuación en España.
“Janis me llamó por teléfono una noche, estaba realmente borracha y me comentaba que pensaba en el suicidio. Me asustó de verdad, aunque ése era el tipo de cosas que decía cuando se emborrachaba para llamar tu atención. Pero entonces iba en serio, a la mañana siguiente la encontraron muerta”, recordaba un compungido Bobby echando la vista atrás al recordar a “La Perla”, una de las muchas personalidades con las que compartió estudio y cariño. Otros fueron Wilson Pickett, Sly Stone, Marvin Gaye o Jackie Wilson… con quienes aprendió, pero a los que también aportó su sabiduría musical inagotable.
Este señor de voz rasgada nunca fue lo suficientemente valorado por el público mayoritario. Aunque le daba igual mientras pudiera estar dibujando en su lienzo musical ese Soul, con texturas Gospel, country o Funk. “The Poet” recaló en el mítico estudio Muscle Shoals de Alabama…y fue entonces cuando la magia desbordó su tarro de lleno de esencias.
Los alaridos que profería venían de una forma de interpretar tan personal como sentida. Muchos han sido quienes ha profesado su admiración a este artista que trazó un camino perfecto con diferentes salidas, incluso hacia el country o su primerizo Gospel. De hecho, su público de aquella primera época se escandalizó al verle encima del escenario junto a la procaz Millie Jackson, quien ahuyentaba a estas audiencias con su vocabulario malsonante.
Quien sí le brindó un homenaje en vida respetuoso con su obra fue el fornido vocalista Calvin Richardson, quien revisó la parte más sudorosa de Bobby en un trabajo altamente recomendable. O Tarantino, abriendo y cerrando su ineludible Jackie Brown con Across the 110th Street, y con nada menos que Pam Grier enfundada en un maravilloso traje de azafata de vuelo.
El asesinato de su hermano Harry a manos de su esposa (la de Harry) le sumió en una profunda depresión y en una drogodependencia que le pasaría de una u otra forma factura, pero que nunca ocultó. Desintoxicado, estuvo de pleitos legales con un sello discográfico que quiso aprovecharse de él y de su arte, para luego volcar sus esfuerzos en ayudar a su amigo “Sly” Stone, a quien también se le había ido la mano con las drogas y el sexo. En 1985 llegó uno de sus álbumes conceptuales más luminosos (So many Rivers), aunque los zotes de la MTV no quisieron programar sus vídeos si no aparecía en compañía de alguno de sus amigos de los Rolling Stones. Curioso, el mismo grupo que esta misma semana pasada actuó en España con más de 70 energizantes años.
El turno para Bobby, también heptagenario, era el próximo 24 de julio en La mar de músicas, por primera vez en nuestro país. Algo que lamentablemente no ha podido darse por el maldito destino, ese destino del casi último superviviente de un género que muchos otros quieren malear y adulterar. Bobby no, Bobby se echó a dormir aquel viernes pensando en que ni siquiera el acechante Alzheimer podría frenarle en esos conciertos que preparaba con la misma ilusión con la que cantaba con The Valentinos hace muchos muchos años. Bobby, It’s all over now? No, siempre nos quedará su música.
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