Caifanes fueron la mayor apuesta mexicana del llamado “Rock en tu idioma”, movimiento con el que varias disqueras y emisoras trataban de aglutinar el rock de la Hispanidad en la segunda mitad de los ochenta. El éxito de este proyecto ecuménico ha sido discutido: si bien sirvió para que el mexicano escuchara al argentino, e incluso a la inversa, o para que el brasileño se topara con ambos, al otro lado del Atlántico sus figuras máximas son relativamente desconocidas. Por eso creemos oportuno hacer una antología de Caifanes, la joya de la corona mexicana, el cordón de su sombrero de charro.
#1 Mátenme porque me muero
Cuando me muera y me tengan que enterrar
quiero que sea con una de tus fotografías
para que no me de miedo estar abajo,
para que no se me olvide cómo es tu cara.
El primer sencillo de Caifanes juega con la línea entre la vida y la muerte, que, como nos enseñó Juan Rulfo, suele ser delgada.
#2 Será por eso
En consonancia con su estética tardogótica, el vocalista y guitarra Saúl Hernández firma la tétrica historia de un perturbado que va averiguando poco a poco lo que le sucede (“Será por eso que me dan electroshocks…”). Aristóteles estaría orgulloso de semejante despliegue de lógica; nosotros nos conformamos con ese arpegio de teclado.
#3 Viento
Todavía atados a Robert Smith y The Cure, y no sólo en las pelambreras, “Viento” podría ser el gran hit de aquella banda que luego decidió hacer otra cosa.
#4 Perdí mi ojo de venado
Pieza misteriosa tanto en lo musical como en lo lírico. El venado cobra tintes de animal protector, pues la pérdida de su ojo exige una “limpia” al estilo santero.
Que el pensamiento totémico tiene una larga tradición en el rock lo prueba no sólo el aspecto de algunos de sus intérpretes, sino artistas del refinamiento de Caifanes o Franco Battiato (“L’era del cinghiale bianco”).
#5 Antes de que nos olviden
Una de esas baladas universales, con la virtud de que podría haber sido compuesta en cualquier sitio, pero que sin embargo no fue compuesta en cualquier sitio (“…nos evaporaremos en magueyes”).
#6 La célula que explota
Uno de los temas más radiados de Caifanes. Entre sus virtudes destaca el haber conseguido introducir una banda de mariachis en una canción de rock sin que suenen ni fuera de contexto, ni exageradamente hispánicos, como venía sucediendo hasta entonces (véase por ejemplo “Alone Again Or” de Love).
#7 Los dioses ocultos
Que no les engañe el introito atmosférico: se trata de una de las canciones más heavies del primer Caifanes, y un presagio del segundo.
#8 Nubes
Este latin rock dipeado en salsa certifica la defunción de aquel Caifanes de góticos paliduchos: el futuro es mestizo.
#9 Piedra
Un giro hacia un sonido más atmosférico, digno del mejor Café Tacvba. La versatilidad estilística de estas dos bandas nos sugiere que la multiplicidad de identidades es natural en el roquero mexicano… sobre todo si una de esas identidades es anglosajona.
#10 No dejes que…
Dice la leyenda que esta canción puede, como la espectral Llorona (de la que hablaremos más adelante), aparecerse en cualquier rincón de México, desde un guajolotero (autobús abigarrado) hasta el proverbial puesto de tacos. Esperamos poder comprobarlo un día, con o sin fantasma.
#11 Estás dormida
Esta canción emana toda la ternura que merece una amiguita durmiente. Entre sus glorias se cuenta una de las más concisas declaraciones de nostalgia: Otra vida, donde yo.
#12 Miedo
Como una película de miedo: tras un riff primario y machacón, digno de un huateque adolescente, emergen acordes que nos sugieren graves realidades.
#13 Aquí no es así
Es esta una canción modélica del último Caifanes: guitarrero, fiestero, pachanguero… y aun así, hermético.
#14 La llorona
La última toma del último disco, como el primer éxito de la banda, adapta y revisa un tema indígena: en este caso, la leyenda de la madre que ahogó a sus hijos, cuyo fantasma, se cuenta, merodea por las proximidades del agua, entre ríos y lágrimas. Cuando Caifanes se separen al año siguiente, más de un mexicano se echará a llorar con ella.
#15 (bonus) Jaguares – Nunca te doblarás
Jaguares, el proyecto de Saúl Hernández tras la disolución de Caifanes, no está a la altura de su predecesor (¿a alguien le sorprendía que la predecible fórmula sea aplicable una vez más?).
Escogemos, a modo de bonus track, uno donde el propio Saúl, afectado entonces por la bronquitis, nos sugiere que existe algo mejor que los Jaguares, algo tan libre como el león.
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