Hagamos balance de este 2016 que termina, que las postrimerías del año son época proclive para analizar lo malo y lo bueno que los últimos 366 días nos han deparado. El examen de conciencia lo haremos en clave fashion, que afecta menos a la salud mental y entretiene más: sobre todo, porque hablaremos de lo mal que se han vestido las famosas a lo largo de estos doce meses. El critiqueo, al contrario que el tabaco, no mata… ¡Alimenta!
Lo peor de la moda de 2016 ha ocurrido dentro y fuera de las alfombras rojas que han jalonado la agenda de la gente popular de este país. Atrocidades estéticas las ha habido en entregas de premios -como los Goya o los Cosmo-, programas de TV -como el talent show de Sara Carbonero-, en cotarros -como el estreno de Kiki, el amor se hace o la presentación del festival de Málaga– y hasta en conciertos -como en el reencuentro de los muchachos de Operación Triunfo.
Servidor, al margen de los repasos mencionados, ha ido guardando, cual hormiguita hacendosa que espera el invierno, imágenes de famosas horteras en una carpetita del escritorio de su ordenador. Y el momento de abrirla y revelar sus tres mayores tesoros ha llegado.
En los Premios Elle Style Awards, Mónica Cruz optó por un Moschino incomprensible. Las transparencias generan un efecto siniestro, entre leproso y desollado. Las lentejuelas no consiguen animar el conjunto y, encima, le añaden volúmenes extraños en el busto, la cintura y las caderas. A pesar de todo, no es mérito suficiente para coronarse como la peor de 2016 y Mónica se ha de conformar con la medalla de bronce.
Tamara Falcó reapareció en los Prix Marie Claire con un engendro diseñado por ella misma. Estaba confeccionado con terciopelo rosa, pasamanería, lentejuelas y pedrería. Quien la tache de excesiva, que piense que, seguramente, sobre su mesa de costura también habría denim, tachuelas, flecos y hasta neopreno. La medalla de plata premia su esfuerzo. Para escarnio público, el que le brindó su madre. Isabel -le preguntó la prensa-, ¿dejarás que Tamara firme tu vestido para la boda con Vargas Llosa?. Y la Preysler dio la callada por respuesta.
Medalla de oro para Paula Echevarría con este look entre fallero y ochentero, con un poquito de neopunk y un mucho de mamarracho glam. Zuhair Murad firma semejante atentado. Paula Echevarría es a la moda, lo que su marido a la música: puro producto mainstream, sin apuesta artística que lo sustente.
Mónica, Tamara y Paula ocupan el podio, ¿revalidarán sus galardones cuando acabe 2017?
Nadie ha publicado ningún comentario aún. ¡Se tú la primera persona!