El Sitges-Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya llega a su 56ª edición con, ya se puede decir, récord de venta de entradas anticipadas: en las primeras 48 horas, casi 50.000. Si estás leyendo esto y tienes pensado ir al festival, pero aún no has adquirido tus entradas… bueno, Sitges es un pueblo precioso donde se pasea y se come de fábula: numerosas sesiones están agotadas ya, y muchas otras con un número muy limitado de localidades disponibles.
No está nada mal para un certamen que ofrece alrededor de 300 sesiones en total, que presenta nada menos que 230 largometrajes repartidos entre todas sus secciones, 110 cortometrajes, y algunos capítulos de 11 series de televisión. Obviamente, profundizar en lo que pueden dar de sí 230 películas es tarea imposible. La selección, pues, deviene imprescindible para poder, ni que sea mínimamente, orientarse en un festival donde los proyectores no están funcionando 24 horas seguidas, pero algunos días poco les falta. Estas 13 propuestas, escogidas en riguroso orden cronológico de aparición en la programación, deben interpretarse, pues, no como un objetivo final en sí mismas, sino como una puerta de entrada a una programación inmensa que abducirá Sitges entre el 5 y el 15 de octubre.
Sleep, de Jason Yu (República de Corea) – Sección Oficial Fantàstic Competición
Una de las películas más comentadas en la Semana de la Crítica de Cannes de este año, nos explica la odisea de una mujer desconcertada ante los hábitos de sueño de su pareja, un sonambulismo que pronto se vuelve bastante amenazador. El cine coreano, de gran presencia siempre -y desde hace muchos años- en Sitges, promete emociones fuertes en este thriller de terror claustrofóbico salpicado de un grotesco humor negro.
Last Straw, de Alan Scott Neal (USA) – Sección Panorama
Una joven camarera trabaja sola en el turno de noche en un restaurante ubicado en una carretera secundaria. Cualquier aficionado al género sabe anticipar que la cosa aquí se va a torcer, y mucho. Y es justo lo que ocurre cuando la chica es atacada por un grupo de asaltantes enmascarados.
Panorama es el lugar donde pueden degustarse estas propuestas mucho más cerradas en el fantástico y el terror, más puras si se me permite la expresión. Películas que suelen carecer de mayores ambiciones, que van directas al grano, que no suelen coquetear con otros géneros. De este tipo de películas se nutrió mayoritariamente Sitges en sus primeros años, por eso esta es una sección a la que hay que volver cada año sí o sí.
Wake Up, de RKSS (Canadá) – Sección Oficial Fantàstic Competición
Más allá del (imagino que) involuntario gag interno de proyectar en la misma edición del festival, incluso en el mismo día, una película que se llama “Sleep” y otra que se llama “Wake Up” (y, para culminar el chiste, también en el mismo día otra que se llama “Siesta”), siempre es bienvenida a Sitges -y a nuestras vidas- una película de François Simard, Anouk Whissell y Yoann-Karl Whissell, responsables de Turbo Kid y de Verano del 84.
El regreso a Sitges es este año por partida doble (más al respecto un poco más abajo), y en el caso que ahora nos ocupa estamos ante un survival en el que un grupo de activistas medioambientales asaltan de noche un centro comercial como protesta política sin saber que, ay ay ay ay, el guardia de seguridad es un psicópata sanguinario encantado de tenerlos de visita porque así puede ir cazándolos uno a uno.
No cabe ninguna duda de que, con ese argumento y con la referencia de sus directores, Wake Up promete ser uno de los títulos que más va a dar que hablar en este Sitges 2023.
There’s Something in the Barn, de Magnus Marten (Noruega) – Sección Oficial Fantàstic Competición
Una familia estadounidense se traslada a vivir a una casa remota en Noruega, el sueño de sus vidas hecho realidad. Lo que no esperan es encontrarse en el granero a un duende, ni que ese duende tenga unas reglas que deben ser cumplidas o de lo contrario…. Bueno, de lo contrario ya sabemos qué ocurre, todos hemos visto Gremlins. Humor con muy mala leche en una de las proyecciones donde la fiesta está más o menos garantizada.
Late Night with the Devil, de Colin Cairnes y Cameron Cairnes (Australia) – Sección Oficial Fantàstic Competición
Jack Delroy, presentador de un programa nocturno de entrevistas, ve como las audiencias se desploman y, desesperado, decide preparar un especial de Halloween que tendrá consecuencias muy pero que muy aterradoras para los telespectadores.
No tiene relación alguna puesto que la película transcurre en el año 1977, pero es imposible con este argumento no pensar en todo el asunto de Ghostwatch, el mockumentary que la BBC programó el 31 de octubre de 1992 y que desató una oleada de histeria en toda Gran Bretaña. Prometo contarlo dentro de poco en un artículo propio porque es una historia tan increíble y fascinante que, sin duda, merece su propio tiempo aquí. De momento quedémonos con que esta película, protagonizada por David Dastmalchian, una de las presencias más turbadoras del cine fantástico actual, encara el género de terror desde una perspectiva realmente curiosa que puede interpretarse como una severa crítica a la influencia que el medio televisivo ejerce sobre sus audiencias.
We Are Zombies, de RKSS (Canadá, Francia) – Midnight X-Treme
Ya avisé que el trío Simard-Whissell-Whisell regresaba este año a Sitges nada menos que con dos películas. Los organizadores del festival han decidió que esta vaya a Midnight X-Treme, que es la sección más radical del certamen, en la que se vierten -a priori- más litros de sangre. Esta decisión ya avanza seguramente mucho de lo que nos vamos a encontrar en esta película de RKSS, siglas de Roadkill Superstars.
Una visión peculiar del universo zombie, en la que los muertos vivientes son seres pacíficos y oprimidos, que no evita que los RKSS den rienda suelta a toda su pasión por el gore ochentero más desenfadado y desprejuiciado.
The Raid, de Gareth Evans (Indonesia, Francia, USA) – Sitges Clàssics
Poco más de 10 años han transcurrido desde que en 2011 esta película provocara un verdadero terremoto en Sitges, y vuelve al festival este año con una flamante copia en 4K que se proyectará, además, en el incomparable marco del Auditori Meliá.
Ciertamente, una explosión de violencia y acción extrema como nunca antes (y, quizás, después) se ha mostrado en una pantalla, un continuo devenir de hostias como panes que llevó a su protagonista, Iko Uwais, a convertirse en una action star, y a su director, Gareth Evans, a irrumpir casi de la nada en el panorama del actioner moderno.
Ultraviolenta, explícita como pocas, salvaje en lo que muestra pero también en la forma (cámara al hombro de movimientos velocísimos), The Raid concentra en sus algo más de 100 minutos la que probablemente es la mayor y más brutal acumulación de peleas y muertes en combate personal que recuerde el fan de Sitges. Una obra maestra imprescindible que ha redefinido el concepto de violencia en el cine, no en vano películas tan admirables como las protagonizadas por John Wick beben de su influencia y, de hecho, expanden aún más su incuestionable legado. De visión necesaria si ya se conoce, pero totalmente obligada si aún no se ha disfrutado antes.
Acide, de Just Philippot (Francia, Bélgica) – Sección Oficial Fantàstic Competición
Just Philippot parece empeñado en indagar en lo que podríamos denominar eco-terror y, siguiendo el rastro de su anterior La nube, en la que unos saltamontes alimentados con sangre la lían parda, regresa con una propuesta en la que una lluvia ácida asola toda Francia. Para los amantes de un terror que, si bien hunde sus raíces en clásicos como Los pájaros donde la naturaleza muestra su cara más siniestra, también explora con vehemencia la denuncia social de cariz medioambiental, lo que libera en el espectador una extraña incomodidad: uno no se pregunta viendo Pesadilla en Elm Street hasta qué punto lo que ve podría ocurrir en la vida real. Con este tipo de películas, sí.
Cuando acecha la maldad, de Demian Rugna (Argentina, USA) – Sección Oficial Fantàstic Competición
Relato de posesiones demoníacas que, al parecer, ha causado estragos en los pocos festivales en los que se ha proyectado. Lo menos que se ha dicho de ella es que provoca tanto miedo que la gente no sabe dónde esconderse, y se la ha llegado a comparar, en términos de atmósfera y de narrativa, con el cine de John Carpenter y más concretamente con nada menos que El príncipe de las tinieblas. Son referencias que a cualquier habitual de Sitges le deberían más que sobrar para asistir a la proyección de esta cinta, desde luego.
Vermines, de Sébastien Vanicek (Francia) – Sección Oficial Fantàstic Competición
Kaleb, amante de los animales exóticos, llega un día a su casa con una misteriosa araña que se le escapa, lo que provoca el caos en el barrio. La zona es confinada y los vecinos se encuentran atrapados teniendo que sobrevivir a una plaga de arañas letalmente venenosas y muy, muy escurridizas.
Si hablamos de películas de arañas es imposible (aún, ¡y eso que han pasado 33 años!) no hablar de la simpática Aracnofobia, pero ojo porque esta película promete una aproximación ni mucho menos tan familiar, sino más bien todo lo contrario: los franceses, cuando se ponen a hacer cine de terror, no suelen ir precisamente por los caminos del cine para todas las audiencias. Avisados quedáis.
The Toxic Avenger, de Macon Blair (USA) – Sección Oficial Fantàstic – Sesiones Especiales
Remake del inclasificable (como casi todo lo que ha producido Troma) film homónimo de 1984, imagino que con una factura bastante más conseguida y, supongo también, eliminando buena parte del gore descerebrado de aquella. Al menos es lo que se presupone de un reparto bastante repleto de actores de primer nivel como Kevin Bacon, Jane Levy, Elijah Wood, Jacob Tremblay o Peter Dinklage encarnando al mismísimo Vengador Tóxico. Por supuesto se espera de ella muchísimo en Sitges: la Troma es aquí una productora reverenciada por casi todos y, tenga el nivel de depravación que tenga (todos esperamos que mucha, y Dinklage ha afirmado que igual que en la original), el cariño que despierta el personaje en la audiencia del festival es incuestionable.
Por cierto: mucha atención a la transformación física de Elijah Wood. No digo más.
Dream Scenario, de Kristoffer Borgli (USA) – Clausura
Un profesor de vida absolutamente anónima ve como su vida da un giro de 180 grados cuando millones de personas comienzan a verle en sus sueños y, por consiguiente, se convierte en una celebridad.
En principio Ari Aster iba a dirigir el guion de Borgli con Adam Sandler de protagonista, pero a raíz del éxito de Sick of Myself, la anterior película del director noruego, Aster decidió convencer a la productora, la omnipresente A24, para dejar que el propio Borgli fuera quien dirigiera la película. Una de sus primeras decisiones fue prescindir de Sandler para contratar a Nicolas Cage, movimiento a priori bastante coherente con la filmografía del actor en los últimos años, en la que aparecen aquí y allá muchos títulos de argumentos peculiares como sin duda lo es este.
UFO Sweden, de Crazy Pictures (Suecia) – Sección Oficial Fantàstic – Sesiones Especiales
Crazy Pictures es el nombre con el que firma sus producciones un grupo de amigos compuesto por Olle Tholén, Rasmus Råsmark, Albin Pettersson, Victor Danell y Hannes Krantz. Ellos mismos se definen como “una banda de rock haciendo películas” en las que cada uno asume un rol distinto de acuerdo con sus preferencias que van desde la dirección hasta la producción pasando por la dirección de fotografía o el diseño de sonido. Danell, por ejemplo, es el que dirige, y Petterson el que produce. Su manera de entender el cine pasa por películas baratas, donde los cinco tengan el control de casi todos los aspectos de producción, pero a la vez que tengan una factura impecable y unos efectos visuales prácticos competentes.
Su primer largometraje, The Unthinkable, puede considerarse un porfolio de toda esta filosofía: por un lado, costó tan solo 1,6 millones de euros, cantidad con la que Michael Bay, por ejemplo, no tiene ni para el catering. Y por otro lado, sus efectos especiales son ciertamente impresionantes, y lo son más aún teniendo en cuenta el dinero que costó crearlos.
Yo añadiría sin embargo algo más, algo que me llamó poderosamente la atención viendo The Unthinkable y que, espero, vuelva a estar presente en UFO Sweden: Crazy Pictures ha entendido que los efectos especiales han de estar al servicio de algún tipo de emoción, de una historia con personajes cuyos problemas sean capaces de emocionar. De lo contrario la experiencia puede ser muy ruidosa pero finalmente deviene una sucesión de (cada vez más) aparatosas set pieces que no deja huella en el espectador.
The Unthinkable es una película inolvidable precisamente porque sus efectos potencian el drama personal de los protagonistas, porque no empañan la belleza de su conmovedor final, porque consigue que realmente nos preocupe la suerte de todos sus protagonistas.
Cine de género que apela a las emociones y a los sentimientos. La lección de Spielberg aprendida y trasladada a un cine fantástico del siglo XXI que, con demasiada frecuencia, si carece de algo es justamente de eso: de emoción.
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