Estar dormido por las mañanas y no ser persona hasta pasadas unas horas después de levantarte no quiere decir que seas ni vago ni perezoso, solo que tu genética actúa de manera diferente.
Es una pena que mi ignorancia me haya hecho malas pasadas en esta vida y haya tenido que soportar ciertos comentarios que, en estos momentos, tendrían una respuesta mucho más apropiada.
La cuestión es muy simple. Generalmente, he ido a dormir a altas horas de la madrugada con la sensación de ser más eficiente a medida que el sol va desapareciendo y es a partir de medianoche, cuando encuentro el sabor de las cosas con más facilidad que cuando empieza a clarear.
He encontrado una sociedad que está montada para personas que se despiertan temprano. En absoluto han tenido en cuenta a personas nocturnas como yo. Al colegio se va por la mañana temprano y tienes que estar feliz como una rosa, las empresas comienzan a trabajar muy temprano y no hay excusa para estar dormido hasta media mañana. Se juzga a los niños que andan medio dormidos las primeras horas de clase y cuando llega la tarde están súper despiertos, son eficientes y eficaces y es entonces cuando puedes tener conversaciones apasionantes con ellos.
Hace unos cuantos años Joseph Takahashi descubrió el gen CLOCK (Circadian Locomotor Output Cycles Kaput) que, entre otras cosas, regula el ritmo circadiano del ser humano. Esto quiere decir que es el gen CLOCK el que regula la hora en que te despiertas y las horas en las que estas más activo y concentrado. Por lo tanto, ahora resulta que no soy ni un vago ni un maleante, ni un perezoso sino que mi gen clock segrega melatonina a un ritmo diferente a los matutinos. ¡Vaya tela! La de cosas que he tenido que aguantar.
Existen búhos y alondras, gente vespertina y gente matutina, personas eficientes por la mañana temprano y que por la tarde disminuyen su rendimiento y personas que son eficientes por la tarde-noche y a medida que aumenta la oscuridad son todavía más lúcidos. Unos segregan melatonina a primeras horas del sueño y otras en las últimas horas.
Además, y esto ya me he preocupado de buscarlo, las personas más inteligentes acostumbran a preferir la vida nocturna, momento en el que su creatividad alcanza su cénit. Es una investigación de la Semmelweis University.
Espero que esta información sea accesible a todos y que nos ayude a conocernos mejor, sin tener que herirnos por nuestros comportamientos, y podamos considerar las diferencias que se producen entre los búhos y las alondras para crear modelos educativos más justos y una sociedad adaptada a cómo somos, en lugar de ajustarnos, algunos, a una sociedad diseñada para unos pocos.
Ahora entiendo el motivo por el que iba a clase por la tarde ¡y era feliz!… y muchas cosas más.
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