Localizaciones argentinas, cineastas de Hong Kong y bubblegum pop estadounidense de los 60. Un cocktail inopinado que roza el éxtasis en Happy Together, la cima de The Turtles y… ¿la cima de Wong Kar-Wai?
Es casi anatema, pero, por supuesto que había one hit wonders en los 60. Ahora todo está muy mitificado, muy revisado y muy re-contextualizado porque cualquier grupo sixties del que sólo conociéramos su canción más famosa, resulta que te escuchas sus discos enteros y han pillado solerilla. Todas las canciones parecen buenas: las populares, los hits menos radiados y hasta las canciones de relleno suenan resultonas. O sea, que The Turtles no son únicamente Happy Together, aunque esta composición es con diferencia el tema con el que se les bajó la virgen. Un rayo de sol pop que, durante tres minutos, libera las endorfinas de cualquiera que lo escuche. Lo que no curen unos papapapa bien puestos…
No serían The Byrds ni The Beach Boys, aunque lo intentaran, pero The Turtles tampoco eran un paripé pop como The Monkees (por otro lado, muy divertidos y disfrutables). Y se alzaron hasta la universalidad con Happy together, claro. La canción puede sonar en un gimnasio de Rumanía, en un anuncio australiano, en una frecuencia de radio nostálgica canadiense o… en una película de cine de autor de Hong Kong que tiene lugar en Argentina. Won Kar-Wai, de hecho, tituló su mejor película (junto a Deseando amar), o al menos su obra menos esteticista y más estética, así (y fue el premio a mejor director en Cannes 1997). Cuando sonaba la canción al final del film, no sabías si en las historias de “tú y yo contra el mundo” o “ni contigo ni sin ti” todo momento de felicidad en la pareja está siempre amenazado por nubarrones o si en todo bajón sentimental, en realidad, siempre hay lugar para una sonrisa. Happy together de The Turtles, pues, se doblaba en la película como un junco. ¿O era la versión de Danny Chung?
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