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La carrera de Joe Strummer en 10 canciones

En Música 20 diciembre, 2022

Sergio Ariza

Sergio Ariza

PERFIL

Si los Ramones le pusieron la velocidad y los Sex Pistols la anarquía, fueron los Clash y Joe Strummer los que le pusieron la letra y el corazón al punk, además de ser los primeros en entender que más que un estilo de música cerrado, el punk era una actitud y una ideología, en la que cabían muchas cosas, rock & roll, reggae, música disco, hip hop o folk.

Y es que el gran ídolo de Joe Strummer siempre fue Woody Guthrie, el tipo que dio voz a los más desfavorecidos durante la Depresión y cuya guitarra mataba fascistas, no en vano en sus primeros años fue conocido como Woody Mellor (su auténtico apellido) y en sus inicios estaba conectado con el folk y el blues, aunque siempre tuvo un amor desmedido por el rock & roll de los 50, Little Richard, Bo Diddley, Chuck Berry, Buddy Holly o Elvis.

Ahora que se cumplen 20 años de su temprana muerte, el 22 de diciembre, es un buen momento para hacer un recorrido por su increíble carrera a través de diez de sus canciones más significativas. No son las mejores (aunque podrían serlo) sino las que me sirven para hacer el trayecto que va desde que forma su primera banda The 101ers hasta los tiempos finales con los Mescaleros, haciendo principal hincapié en su glorioso paso por los Clash.

The 101ers – «Keys To Your Heart»

Joe Strummer formó los 101ers en mayo de 1974, junto a él estaban el guitarrista Clive Timperley, el bajista Dan Kelleher y el batería Richard Dudanski; hay dos teorías sobre el nombre elegido, una, que la banda escogió el nombre por la sala de tortura de la novela 1984 de George Orwell y, dos, que era el número del portal del edificio donde vivían. Sea como fuere estaban enrolados en la escena pub rock de la época, con grupos como Eddie and the Hot Rods o Dr. Feelgood, huían de la ostentación del rock progresivo y de la artificialidad del Glam y fueron el claro precedente del punk pero fueron barridos por el ímpetu y la juventud de este.

Strummer, entonces todavía Woody Mellor, acababa de componer su primera gran canción, un tema con un estribillo irresistible y un guiño al “Sister Ray” de la Velvet en el puente que se titulaba “Keys To Your Heart”, lo que la hacía irresistible era que en el estribillo el cantante repetía las palabras dos veces, logrando el efecto deseado: I found the keys (keys) Yeah the keys to your heart (heart) Yes I got them on a chain (chain)… Strummer estaba muy orgulloso de ella y pensaba que podía ser su pasaporte a la fama (siempre había soñado con ser una estrella del rock) pero entonces, el 3 de abril de 1976, en un concierto en el Nashville Room de Londres un grupo de críos malencarados abrió para ellos y en cuanto su cantante dijo que era el anticristo, Joe Strummer supo que eran agua pasada y que los 101ers estaban acabados. Eran los Sex Pistols y en tres meses sería el propio Strummer el que estaría ejerciendo de telonero suyo con la nueva banda en la que se había incorporado, The Clash. Pero ahí viajaremos en breve, ahora nos toca despedir a esta magnífica canción que fue publicada como sencillo en el mismo mes en el que debutaron los  Clash y volvió a ser editado en 1979 en plena ola de popularidad de la banda, para ese momento Strummer ya la habría recuperado y los Clash llegarían a interpretar en directo una canción que siempre tuvo las llaves (llaves) al corazón (corazón) de Joe Strummer.

The Clash – «White Riot»

Tras la epifanía que tuvo con los Pistols, Strummer fue abordado por el empresario Bernard Rhodes, un antiguo socio de Malcolm McLaren, que estaba formando una banda para rivalizar con los Pistols. Su hombre principal era el guitarrista Mick Jones y también contaba con el bajista Paul Simonon, el guitarrista Keith Levene y el batería Terry Chimes, todos ellos tres o cuatro años más jóvenes que el cantante. Joe Strummer vio la oportunidad de su vida y no lo dudó, el  31 de mayo apareció por el local de la nueva banda y estos tocaron “Keys To Your Heart” en su honor, 24 horas después era el cantante oficial de la banda, poco después Simonon daría con el nombre, The Clash, y Strummer formaría una mítica pareja compositiva junto a Jones.

Sus palabras darían una ideología a un movimiento al que se le acababa la fuerza destructora de la anarquía, Strummer lo dejo claro antes de grabar su primer disco: Somos antifascistas, antiviolencia, antirracistas y procreativos. Por eso se formó un auténtico alboroto cuando la banda firmó por CBS en enero de 1977 por 100.000 libras esterlinas, un crítico de la época escribió que ese fue el día en el que el punk murió, pero cambió de opinión cuando los Clash publicaron su primer sencillo, “White Riot”. Una llamada a la acción después de que Strummer y Simonon se vieran envueltos en los disturbios raciales del carnaval de Notting Hill en 1976. Era una llamada a la juventud blanca a unirse a los jóvenes negros del centro de Londres que estaban luchando contra la pobreza y la mano dura de la policía pero hubo quien les acusó de racistas. Cuando el 30 de abril de 1978 los Clash finalizaron su concierto en el Festival Rock Contra El Racismo con una explosiva versión de “White Riot” quedó dicho todo.

The Clash – «Complete Control»

La mejor canción de lo que podríamos considerar su periodo punk más homogéneo, o sea, cuando todavía tocaban incendiarias canciones de tres acordes con guitarras desatadas con Strummer gruñendo vehementes soflamas. Esta canción fue su respuesta a su propia compañía discográfica que había decidido sacar “Remote Control” como segundo sencillo de la banda por delante de su propia elección, “Janie Jones”, Strummer no se corta un pelo y lanza un ataque a la yugular en contra no solo de su discográfica, sino de su mánager y el de los Pistols, y de cualquiera en la industria que se estuviera lucrando indecentemente a costa del punk: They said we’d be artistically free when we signed that bit of paper. They meant «Let’s make a lots of money and worry about it later».

También fue la primera canción en la que contaron con Topper Headon como batería, encontrando la formación definitiva de la banda, algo que se nota musicalmente, sonando mejor que nunca con un Jones desatado y un Strummer entre irónico y admirado gritando: You’re My Guitar Hero!. Un himno de autonomía con el que se decía adiós al punk más cerrado.

The Clash – «(White Man) In Hammersmith Palais»

La canción clave en la carrera de los Clash, la que dejaba claro que sus influencias iban mucho más allá del punk y los riffs. Musicalmente juegan con las expectativas de sus seguidores, la canción se abre con unos guitarrazos que hacen soñar con un “Complete Control” parte 2, pero rápidamente se cambia a un ritmo ska sobre el que Strummer comienza a cantar sobre su decepción con un concierto de música reggae al que fue en el Hammersmith Palais, esperando encontrarse con algún tipo de rebelión y encontrando, sin embargo, unos grupos que se movían como los Four Tops y buscaban agradar al público. Pero luego se mueve de lo particular a lo general y Strummer ataca la distribución de la riqueza en el Reino Unido, el lamentable estado del punk (The new groups are not concerned with what there is to be learned, they got burton suits, huh, you think it’s funny, turning rebellion into money) y finalmente el auge de la extrema derecha en el Reino Unido: If Adolf Hitler flew in today they’d send a limousine anyway.

The Clash -«London Calling»

London Calling, el tercer disco de la banda, se iba a llamar el Nuevo Testamento y algo de eso hay, con este disco los de Strummer y Jones hacían borrón y cuenta nueva ante cómo podía sonar o no un grupo punk, llegando a la conclusión de que allí cabía de todo, reggae, ska, soul, pop o rock, lo que hizo que innumerables bandas de todas partes del mundo se librasen de sus inhibiciones y volasen libres, haciendo de este uno de los discos más importantes de la historia. Podría haber utilizado muchas de sus canciones, porque es el momento más significativo de los Clash y Strummer pero he decidido quedarme con el más icónico, esa llamada a las armas que es el tema titular, una brutal combinación de riffs con ritmo reggae con el que Strummer pronunciaba el definitivo discurso sobre el estado de la nación (y el punk) a finales de los 70. (Por cierto, el hecho de que no haya escogido nada del maravilloso segundo disco de la banda, Give ‘Em Enoogh Rope, se debe exclusivamente a falta de espacio, porque sigo pensando que es uno de los discos más infravalorados de la historia…)

The Clash – «Washington Bullets»

Los Clash se encontraron en 1980 con una pregunta muy difícil ¿Cómo se supera una obra maestra de la magnitud de London Calling? E intentaron responderla dando un triple salto mortal, metiendo todo lo que se les ocurriera y entregar un disco triple en el que ampliaban la paleta hasta el máximo, incorporando la nueva obsesión por el hip hop de Mick Jones o demostrando que eran el único grupo punk/rock que no veía con malos ojos la música disco. Sandinista! Es un gran disco pero hasta el mayor fan no puede negar que peca de autoindulgente y podría haberse beneficiado de unas buenas tijeras, eso sí, sigue siendo uno de los discos más divertidos en los que perderte e ir descubriendo nuevas cosas. Una de mis canciones favoritas del mismo es este “Washington Bullets” en el que aparece el título del disco y que Strummer aprovecha para atacar las aspiraciones imperialistas de EEUU, sin olvidar criticar también a China por su papel en el Tibet o a la Unión Soviética por la invasión de Afganistán. Todo ello sobre un ritmo reggae y una marimba propia del calipso que demostraba que los Clash ya no tenían límites musicalmente.

The Clash – «Rock the Casbah»

Cuando el punk parecía muerto y enterrado, y los colorines de la Nueva Ola y los Nuevos Románticos dominaban las ondas, mientras Reagan hacía su revolución conservadora, los Clash conseguían el mayor éxito de su carrera con Combat Rock, el último disco de la formación fundamental, antes de que Strummer decidiera expulsar a Mick Jones por sus comportamientos de estrella. El caso es que en aquel disco que se coló en el Top Ten de las listas de medio mundo, EEUU incluido, estaban dos canciones imparables, el “Should I Stay Or Should I Go” que cantaba Jones y este “Rock The Casbah” con la que Strummer se llevaría uno de los mayores disgustos de toda su vida tiempo después, cuando los cazas americanos la pusieran a toda mecha (cual Apocalypse Now) mientras bombardeaban Bagdad en la primera Guerra del Golfo.

La canción fue su único Top Ten en las listas de sencillos americanas impulsada por su ritmo disco funk, cortesía del batería Topper Headon. Claro que fue Strummer el que le dio el filo definitivo con su letra, una especie de fábula sobre un rey oriental que prohíbe escuchar música rock occidental. Cuando el pueblo le desafía y celebra conciertos en templos y plazas (la casbah) éste decide ordenar a los aviones de su ejército que bombardeen a los manifestantes, aunque al final estos también desafían al rey y se unen a la protesta poniendo música rock desde sus cabinas. Los hechos de la canción parece que están basados en dos cosas, las protestas de su mánager por la duración de sus canciones y las prohibiciones del régimen iraní del Ayatolá Jomeini. Nunca en su vida Joe Strummer se le pasó por la cabeza que una bomba con el nombre de la canción que él había escrito acabaría cayendo sobre población civil…

 

Joe Strummer & The Latino Rockabilly War – «Trash City»

Tras un disco olvidable sin Mick Jones, Strummer puso fin a los Clash en 1986, lo primero que hizo fue poner un par de canciones a la banda sonora de Sid y Nancy del director Alex Cox, la relación fue tan buena que Strummer acabó apareciendo en un par de películas de Cox, así como en Mistery Train de Jim Jarmusch, también estuvo viviendo por España, produciendo a los 091 y de juerga con los Pogues, en 1988 se juntó con una banda llamada The Latino Rockabilly War y escribió una canción a una película tan olvidable que hasta su protagonista, Keanu Reeves, no la recuerda, eso sí, la canción estaba muy bien, Strummer se autoplagiaba, cogiendo la melodía del “Bankrobber” de los Clash para entregar la que algunos han llamado la última gran canción de los Clash. Pero, ni la canción, ni el disco que hizo con ellos, Earthquake Weather, a pesar de alguna que otra canción brillante como “Gangsterville”, hizo ningún ruido y Strummer abandonó la música profesional durante varios años.

Joe Strummer & The Mescaleros – «Johnny Appleseed»

Tras un parón de casi una década, Joe Strummer volvió a editar un disco en 1999 junto a su nueva banda, los Mescaleros, llamado Rock Art and the X-Ray Style, al que siguió un par de años después Global A Go-Go, que se abría con este “Johnny Appleseed”.

Todos los que conocían a Strummer sabían que la consciencia política del punk era más hijo de Woody Guthrie que de Johnny Ramone, así que es normal que suene tan en su salsa en este ecologista tema folk que haría sonreír al tipo cuya guitarra mataba fascistas, una canción cuya música compuso un viejo conocido que era miembro de los Mescaleros, el violinista Tymon Dogg, un ex de los 101ers que ya había colaborado con los Clash en Sandinista, donde incluso cantaba una canción propia, “Lose This Skin”, eso sí, lo mejor de la canción viene con las palabras de Strummer: If you’re after getting the honey, then you don’t go killing all the bees.

Joe Strummer & The Mescaleros – «Coma Girl»

La única canción de su carrera en solitario que podría sonar sin problema en un recopilatorio junto a lo mejor de los Clash, la dupla Strummer/Reggae siempre da buenos resultados y esta es una de sus mejores pruebas, una canción muy especial que parece ir sobre su hija Lola, que le acompañó en una pequeña gira por festivales y a la que no le gustaba ir por la vida como la hija de Joe Strummer. Por cierto para saber del amor que profesaba este tipo por la música y, por sus hijas, baste saber el nombre completo de las dos, Jazz Domino Holly Mellor y Lola Maybellene Mellor, Hail, Hail, Rock & Roll!

«Redemption Song» (con Johnny Cash)

Justo en el momento en el que estaba alcanzando nuevamente su mejor forma, Joe Strummer sufrió un ataque al corazón y murió en su casa de Somerset un 21 de diciembre de 2002. Había dejado grabado el mejor disco de su carrera en solitario, Streetcore, en el que aparecen la anterior canción, Coma Girl, y su versión del Redemption Song de Bob Marley. Eso sí, la más significativa fue la versión que hizo junto a Johnny Cash y que ninguno de los dos llegó a ver publicada.

Trazando una línea recta en la historia de la música popular entre un granjero estadounidense que cantaba sobre presidiarios, el hijo de un embajador inglés que nació en Ankara y nos habló de disturbios blancos desde Londres y el hijo mestizo de un inglés blanco que le abandonó y una jamaicana negra, estirpe de esclavos, que cantó sobre levantarse y plantar cara por los derechos de los más desfavorecidos, está esta increíble canción que sirvió casi como testamento de los tres, Johnny Cash, Joe Strummer y Bob Marley. El último la escribió poco antes de sucumbir de cáncer mientras que los dos primeros la cantaron juntos poco antes de fallecer sin poder verla editarse. Country, rock & roll, punk o reggae, llámalo como quieras, pero solo importa de verdad si estás en el lado bueno junto a Johnny, Joe y Bob cantando canciones de redención y libertad. Sus voces y guitarras siguen matando fascistas después de muertos.

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