Aunque ella misma lo niega, no se puede dudar del talento que tiene la selectora Jennifer Touch. Sus motivaciones son honestas y su música se define precisamente por no ser fácilmente etiquetable, pues representa el auge de un sonido pasado, sin perder de vista el futuro. Aquí tenemos el big pleasure de entrevistarla y entender su forma de concebir la música.
Para empezar, me gustaría saber cómo te sientes en este momento y dónde estás pinchando estos días o semanas.
En este momento estoy bastante ocupada. Me siento como en una carrera loca, pero sin que me remuneren como corresponde por muchas de las cosas que hago. Estoy en una fase de inversión; las cosas están sucediendo, pero sigue habiendo bruma en el horizonte. También es un momento en el que me doy cuenta de quién es un idiota y quién un amigo. En realidad me encuentro en un momento bastante reconfortante.
¿Cómo y cuándo te adentraste en la música? ¿Y en la música electrónica?
Desde que era niña he concebido la música como un lugar maravilloso, más allá de toda realidad. Siempre he sentido una conexión profunda con los sonidos, especialmente con los sonidos de bandas Krautrock de la Alemania Oriental, como Karat. En la época de apogeo de esta singular banda, Alemania Oriental era un lugar muy reprimido y cerrado, y la forma en la que manejaban los instrumentos electrónicos era como una puerta a un mundo libre de ataduras.
¿Qué música te ha influido? ¿Hay alguna que te sorprenda?
Me encantan esos sonidos old school de sintetizadores utilizados por muchas bandas locas de post punk, wave o pop, como Nirvana o Iggy Pop, me influyeron mucho. Sobre todo, las bandas que más me han impactado han sido Depeche Mode, en sus primeros discos, y DAF, por la forma en la que transgredían las estructuras de los temas.
¿Hay algo en particular que busques en la música?
El amor y la absoluta soledad.
¿Cómo describirías tu sonido?
Mi música es como un viaje que va desde lo más reflexivo a lo más ingenuo. Es tan sintética y ficticia como real y sustancial. Puedes bailar o llorar o follar con ella.
¿Cómo decidiste pinchar música?
Solía hacer muchos directos, pero cada vez eran más las personas que me pedían que hiciera sets. En aquel momento hacía muchos podcasts, así que pensé que también podía hacer esto en un club. Me enseñaron dos personas encantadoras y luego comencé con un set B2B con el gran Peter, en una destilería de Leipzig. Pincho pistas raras, locas y duras en especial, de sellos como L.I.E.S. hasta el sonido old school de Detroit. Siempre cambio el set en cada actuación y me encanta traer sonidos inusuales y olvidados de nuevo. La gente ama las pistas bizarras para bailar. En realidad, no me veo como DJ. Simplemente voy a un club y pincho la música que me apasiona. Este es mi criterio: amar un tema para llegar a pincharlo.
¿Piensas que una de las principales características de tu enfoque como DJ es entretener y educar a la audiencia?
Veo el DJing más como un escaparate que como un entretenimiento. Es decir, como DJ, tienes la oportunidad de presentar música y crear sentimientos particulares en cada mezcla. Una pista que se pincha en un club debe ser bailable, pero si solo escogiera un tema por su factor de entretenimiento, terminaría como un extraño proveedor de servicios. A la gente le gusta recibir lecciones.
¿Qué hace en tu opinión que un artista sea grandioso, además del talento y la dedicación?
La empatía y el coraje.
¿Tienes alguna visión sobre la evolución de la música en el futuro?
Hacer música, en el futuro, debería ser algo más libre y respetado. Hoy en día, si haces música de una forma auténtica y honesta, sufrirás y necesitarás apoyo. Ojalá volviéramos a pensar en un mundo donde el arte se respetara y apoyara en sociedad, y no solo en algo que consumir sin pagar por ello. Cualquier arte es importante. Si no damos a los artistas un ambiente saludable para trabajar, estamos jodidos.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Voy a presentar algunos shows en directo, pero es algo de lo que no puedo hablar todavía…
Foto cabecera ©Nora Heinisch
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