El pianista y escritor James Rohdes ofrecerá un concierto el próximo 26 de noviembre en la Sala iturbi del Palau de la Música de Valencia, con la enorme expectación que provoca su biografía.
A la cualidad de fenómeno literario, a partir del gran éxito de su obra Instrumental. Memorias de música, medicina y locura se suma su originalidad interpretativa, ya que no solo toca y contextualiza las piezas musicales sino que se dirige al público, entre ellas, para narrar la historia de su vida y el papel fundamental que la música ha jugado en la superación de las terribles experiencias por las que ha pasado.
Rhodes aporta fascinantes anécdotas en sus conciertos, en su estilo stand-up originando una experiencia inmersiva que ha atraído a un nuevo público, tanto a sus actuaciones como a la música clásica en sí.
Dinamitar las reglas, desde todos los ángulos de lo acostumbrado, es parte de la asombrosa personalidad de Rhodes, cuyo próximo libro Toca el piano se pone a la venta en España a partir del 16 de noviembre. En vaqueros y camiseta, renegando del engolamiento que rodea la más clásica ceremonia concertística, interpretará obras de Bach, Chopin, Rachmaninov, Schubert o Beethoven. El recital se convertirá en un espectáculo inaudito, surgido de la intimidad, cuyo objetivo será acompañar la música con la emoción y sus consecuencias en el intérprete.
James Rhodes no ha seguido una formación musical tradicional, la música se convirtió en terapia como describe el título de su álbum de debut Razor Blades Little Pills and Big Pianos, para superar el sufrimiento vivido durante su infancia y juventud. Terapia y tabla de salvación para sobrevivir a las secuelas psicológicas de los abusos que padeció, gracias a los compositores que admira hasta el punto de tatuarse su nombre.
Por fortuna, de su encuentro con el agente del pianista ruso Grigori Sokolov, en 2004, surgió la oportunidad de cursar estudios con el prestigioso Edoardo Strabbioli en Verona y más tarde, a pesar de recaídas en su estado de salud, ya pudo contar con su propio representante, que en 2008 le animó a grabar su primer CD. A partir de ahí, conjuró sus fantasmas y creó una personalísima aproximación al repertorio clásico.
En 2009, James Rhodes se convirtió en una estrella emergente capaz de atraer seguidores como Stephen Fry o Benedict Cumberbatch. Interpretó su repertorio en escenarios inusuales como el 100 Club, el Tabernacle o Proud Galleries, siendo el primer músico en actuar en el histórico Roundhouse de Londres, en su reapertura, al tiempo que su álbum llegaba al número 1 en iTunes.
La estrella de Rhodes ha brillado cada vez con más fuerza, ese mismo año apareció en su primer documental para la BBC y lanzó su segundo álbum Will all Freudians please stand aside, que también encabezó las listas de iTunes. En 2010, fue el primer pianista de música clásica en firmar con Warner (Bullets & Lullabies) y actuar en el Latitude Festival. Y solo tres años después de su debut tenía su propia serie de televisión James Rhodes: Piano Man.
Las giras y actuaciones del pianista le han llevado desde el Barbican Centre al Festival de Melbourne, al International Beethoven Festival de Chicago, Hong Kong, Viena y Royal Albert Hall. En 2013, se presentó el aclamado documental para televisión Notes From the Inside, seguido en 2015 por la serie Don’t Stop the Music, ambos para Channel 4. En este último, el intérprete muestra el poder de la música para cambiar la vida y se lamenta del estado de la educación musical en el Reino Unido, solicitando una “amnistía instrumental”, una colecta de instrumentos en desuso, a lo largo del país, que consiguió proporcionar equipamiento para las escuelas por valor de más de un millón de libras.
Por tanto, la publicación de su brutalmente íntimo libro de memorias, Instrumental, le halló convertido en un personaje tremendamente popular, adalid de la educación musical y su poder de transformación, siendo una obra tan cruda que estuvo a punto de no ser publicada. En 2016, encumbrada a best seller en España, atrajo al autor a los festivales Sonar y Veranos de la Villa.
A la figura de James Rhodes, que supera a nivel cultural y mediático al tradicional pianista clásico, le espera una entusiasta acogida en el Palau de la Música de Valencia, espoleada por una emocionante rueda de prensa de presentación, mini-concierto incluido, que nos dejó expectantes hasta el 26 de noviembre.
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