Para aquellos que no hayan tenido todavía la oportunidad de visitar Serbia, acudir al festival EXIT es sin duda apuntarse a lo grande, además, este año el festival tuvo una de las ediciones más impresionantes de su historia.
De entre los festivales destacados en Europa, el EXIT es sin duda una parada que no puedes dejar de lado. Serbia no forma parte actualmente de la UE, aunque para aquellos que sí vengan de un país miembro no es necesario ningún tipo de visado especial y una vez allí, aparte del cambio de divisa, te sentirás muy bien acogido. En nuestro caso, viniendo de España, nos sorprendió gratamente la cantidad de locales que hablaban español o mostraban gran interés por nuestra cultura e idioma. Se puede llegar a Novi Sad, segunda ciudad más grande de Serbia que acoge cada año el festival de verano EXIT y sus más de 200.000 visitantes, mediante un transfer desde diferentes aeropuertos, aunque nosotros elegimos el camino más corto desde el aeropuerto de Belgrado — un transfer de 1 hora directo en taxi cuesta alrededor de 50€ (siempre y cuando se haya reservado de antemano).
Teniendo lugar durante uno de los fines de semana más concurridos del año, ya no nos cabe la menor duda de que elegir el EXIT es una excelente decisión. El clima fue suave para las fechas y algo más frío de lo esperado, pero también hay que tener en cuenta que se trata de un festival nocturno, que abre sus puertas a las 18:00 y que se mantiene activo hasta las 8:00-9:00 de la mañana. ¡Pero cuidado! Porque a las 3:00 de la mañana cierran las puertas de entrada, de modo que aquel que salga no puede volver a entrar, aunque también hay que prestar atención a los tipos de pase, dado que algnos están limitados a una sola entrada al día.
La ubicación del festival es totalmente excepcional, extendiéndose a lo largo de la fortaleza de Petrovaradin, la mayor fortificación de Europa en el siglo XVII, en la ciudad de Novi Sad. No solo hablamos de bellas vistas al Danubio y la oportunidad de vivir esta experiencia en la fortaleza, sino que se presenta una ventaja adicional de la que pocos festivales pueden presumir, hablamos de la acústica única del monumento. El festival incorpora 40 zonas diferentes dentro de la fortificación, entre ellos 16 escenarios totalmente independientes y centrados en subgéneros de música muy específicos como el Drum & Bass (X-Bass Pit), Psy-Trance (Gaia Trance Xperiment), Reggae (Wenti Wadada Positive Vibrations), Metal y Punk (Explosive), música latina (Aqua Viva Latino) o tradicional de los Balcanes (Pachamama) entre otros.
¿Y cómo logran convivir tantos escenarios estando tan pegados los unos a los otros? La respuesta está en la arquitectura de la fortaleza, donde los diferentes pasillos y recovecos a diferentes niveles de altura permiten que cada estadio se encuentre cercado por muros que aíslan parte del sonido del resto del recinto, pero que también amplifican el del particular escenario. Si, en cambio, lo tuyo es estar conectados, pero cada uno a la suya, no te puedes perder el escenario dedicado a la Silent Party. Y si esto fuese poco, existe la opción de apuntarse a una fiesta after-party a las 7 de la mañana. Este año nos quedamos entre otros con el DJ de Techno estadounidense Maceo Plex y la DJ de Drum & Bass Harriet Jaxxon.
Hay que recalcar que dado el reducido espacio en el festival no se permite acampar en el mismo, lo que permite a su vez adentrarse mejor en la ciudad y conocer más a fondo la cultura serbia. Hay diversas opciones de alojamiento, desde hostels gestionado por la organización de EXIT hasta hoteles y apartamentos por toda la ciudad. Nosotros recomendamos el Hotel Centar en el que nos alojamos nosotros entre otros festivaleros, dada su privilegiada ubicación frente al casco antiguo y a 10 minutos andando de la fortaleza. Novi Sad, que en el año 2019 ya fue nombrada Capital Europea de la Juventud, fue este mismo año nombrada a su vez Capital Europea de la Cultura. Aparte de la fortaleza Petrovaradin, la ciudad bañada por el Danubio maravilla a sus visitantes con el Museo de la Voivodina, la Iglesia del Nombre de María y el Teatro Nacional de Serbia y una mezcla arquitectónica de lo viejo con lo nuevo, edificios que no llegan a recuperarse de los años junto a paradas de autobús de alto diseño.
Los habitantes de la ciudad son muy familiares y no dudarán en recomendarte locales o darte algún consejo práctico, en caso de que la comunicación lo permita. Como opción de comida típica serbia no te puedes perder el restaurante Sokace, donde os recomendamos el Karađorđeva šnicla, un rollo de ternera rellena de crema kajmak, y los pasteles de carne, ¡pero no dudes en preguntar! Eso sí, cuenta de antemano con un par de horas de tu tiempo y haz un reserva de ser posible, el servicio toma su tiempo y para ellos la estancia media por comensal es de… ¡3 horas! Otro restaurante excelente y nuestro favorito personal es Fish & Zeleniš, centrado en comida mediterránea.
Dentro del festival, numerosos puestos de comida que ofrecían variedades locales de carne a la parrilla, así como otros tipos de comida como pizza o palomitas de maíz, estaban distribuidos por toda la amplia fortaleza. También había opciones vegetarianas disponibles, aunque se echó en falta un sistema de reciclaje en el festival y se habría agradecido a su vez un mayor cuidado del medioambiental, preocupación que se genera nada más cruzar el puente a través del Danubio.
Esta edición del festival EXIT contó con cabezas de cartel como Iggy Azalea, Calvin Harris, Ofenbach, Jax Jones y Afrojack entre otros, aunque la gran sorpresa fue tener lo oportunidad de escuchar en persona a Konstrakta, la representante serbia de Eurovisión 2022, que contó en su repertorio con la canción In corpore sano.
El festival aportó mensajes de paz y unión durante todo el evento, mientras que se notó la ausencia del cada vez más presente apoyo al colectivo LGBTQ+, que se entiende dentro de un contexto de normativa política del país bastante conservadora.
Asegúrate de llevar tu propia máscara para el polvo, o de comprar un pañuelo con el logo de EXIT al cruzar el puente Varadin que conecta la ciudad con la fortaleza, ya que el festival puede llegar ser tan polvoriento como seas capaz de imaginar, pero no te vas a arrepentir porque vale la pena.
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