¿No lo habéis visto aún? La marca Kenzo promociona con un vídeo la mar de movidito el lanzamiento de su último perfume, Kenzo World. La fragancia tiene nombre de parque temático para fashionistas y se presenta en un original formato: su frasco se asemeja a un ojo. De hecho, más que por la maison franco-nipona, el envase parece diseñado por el mismísimo Santiago Calatrava.
La pieza audiovisual tiene a las redes revolucionaditas perdidas. En Youtube, acumula casi tres millones de visionados. En Facebook, la ha compartido hasta quien solo usa Nenuco para acicalarse. Es como un cortometraje, como un vídeo-clip, como un fashion film… Vamos, es un anuncio largo.
Lo protagoniza la actriz Margaret Qualley y en su arranque, la pobre, parece que más que un baile lo que necesita es un Fortasec. Pero no, la muchacha danza libérrima y espasmódica por un lujoso entorno, tras escaparse de una no menos exclusiva cena que le resultaba, según parece, más tediosa que hacer cola en un banco.
A partir de ahí, casi cuatro minutos de brincos, muecas y mucha cabriola. No falta un lametón a una estatua, algunos rayos láser y hasta un salto mortal hacia adelante. Todo, coreografiado por Ryan Heffington, el mismo que inventó los pasos de las actuaciones de Sia. Todo, firmado -y filmado- por Spike Jonze, que ya puso a bailar raro a Christoper Walken al son de Fatboy Slim… Así que la novedad, qué queréis que os diga, es relativa.
Entonces, ¿por qué tanto revuelo y tanta algarabía? Porque es insólito anunciar una colonia así. Aunque si Kenzo se publicitase como Farala, Brummel o Chispas -a.k.a Mi Primera Colonia-, también fliparíamos. La casa ha usado la extrañeza como recurso, se ha gastado un porrón de billetes y ha conseguido que el vídeo se viralice. Bien hecho. Porque conecta mucho mejor con nosotros este relato histérico que escuchar susurros en francés o admirar a torneados marineros amanerados afrancesados. Mola más ver a Margaret emulando a una gimnasta olímpica que escuchar a Brad Pitt recitar versos inconexos o a Charlize Theron chaparse en oro de 24 quilates. Dicho lo cual, llamadme básico, pero yo, en particular, me quedo con lo clásico. Me convence más un primer plano del paquete de David Gandy que un anuncio en el que la tipa, más que ponerse unas gotitas en los pulsos, parece que se ha pimplado botella y media de perfume.
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