A riesgo de resultar tan reiterativos como el calorazo que nos asedia día tras día por estas fechas, seguimos asistiendo –con una mezcla de decepción y perplejidad– al paulatino olvido del house en nuestro imaginario colectivo e incluso en las listas de éxitos. A la degradación del género en los últimos tiempos, convertido muchas veces en rutinario muzak para garitos playeros con ínfulas o, peor aún, en el soma de los restos de lo que queda de la nación mascachapa, hay que sumar en los últimos tiempos la práctica invisibilidad del género a efectos comerciales: hace mucho tiempo que el r&b, el hip hop, el reggaeton, el electrolatino o hasta el trap copan la preferencias del público, en cuanto a ritmos bailables. Al margen de que esperar, por el otro flanco, que los inflexibles guardianes de la tradicional liturgia roquera le presten atención, es una batalla perdida desde hace décadas.
Apenas Daft Punk, Disclosure o (en menor medida) Junior Boys o M83 –sin olvidarnos de DJs como, glups, David Guetta o Calvin Harris– logran dar visibilidad hoy en día a la voluptuosidad hedonista que siempre ha caracterizado al house, muchas veces licuada en ese totum revolutum que es la llamada EDM. Y no dejan de ser excecpiones que confirman la regla.
Y es una lástima que así sea, sobre todo si tenemos en cuenta que se trata del estilo (dentro de la música de baile contemporánea) que más claramente denota ese cordón umbilical que le une a la tradición del soul y de la música disco más ardientes, en su caso plagado de clásicos imborrables a cargo de Joe Smooth, Frankie Knuckles, Fingers Inc, Larry Heard, Ralphi Rosario, Ten City, Lil Louis, Derrick May o Marshall Jefferson, en una tradición continuada en los últimos lustros por Deep Dish, Presence, Photek, Basement Jaxx, Isoleé, Losoul, Herbert, Róisín Murphy, Pantha du Prince, Azari & III y tantos otros, que la han ido modulando y adaptando a los tiempos.
Desde aquí, y a modo de menú degustación (esta lista podría ser ampliable a 30 o 40 temas más), proponemos cinco perlas que ilustran, sin fecha de consumo preferente, la evolución del house hasta nuestros días, y que funcionan todavía como magníficos reconstituyentes, rebosantes de sensualidad desbocada, para combatir los calores de cualquier verano como el que nos acecha. Disfrútenlos, si pueden. Y a ser posible, en buena compañía, notable volumen y mejor entorno.
#1 “It’s Alright” – Sterling Void (1987)
Clasicazo entre los clasicazos. Una de las grandes joyas del periodo dorado del género, entre 1986 y 1989. Meridiana muestra de house escuela Chicago, compuesta allí por por Sterling Void, en colaboración con Paris Brightledge y Marshall Jefferson. Es un canto a la hermandad universal (aunque las referencias a la dictadura de Afganistán y a la insurgencia para derrocar el régimen de Sudáfrica delatan su fecha) que los Pet Shop Boys adoptaron para popularizarla un par de años más tarde. Hercules & Love Affair harían lo propio en 2011.
#2 “Good Life” – Inner City (1988)
Kevin Saunderson, miembro de la santísima triada del primer sonido techno de Detroit, se alió con la portentosa vocalista de house Paris Grey, y juntos hicieron más por la popularización del género que decenas de cerebrales ingenieros de sonido juntos. De hecho, puede decirse que el álbum al que pertenece, aquella obra maestra llamada Big Fun (1988), es la mejor cópula posible –nunca superada– entre las tradiciones de Detroit y Chicago.
#3 “Tessio” – Luomo (2000)
Pieza central del brillante Vocalcity (2000), con la que el finlandés Vladislav Delay (cuyo nombre real es Sasu Ripatti) allanaba el camino por el que discurriría el house en la primera mitad del siglo XXI, sacudido por una visión aparentemente más cerebral y matemática, pero no exenta de la pasión desbordante que lo caracterizó en los mejores momentos de su cadena evolutiva.
#4 “One More Time” – Daft Punk (2000)
Pocos son más hábiles que esta pareja de franceses a la hora de reciclar motivos sonoros extraídos del arcón de los tiempos. Sin ir más lejos, hay que ver cómo triunfaron mundialmente en 2013 con aquel “Get Lucky” en el que la línea de guitarra de Nile Rodgers (Chic) era básicamente la misma que este había empleado más de treinta años antes en éxitos de Madonna como “Dress You Up” (1984). Este “One More Time”, presidido por la voz autotuneada de Romanthony, no era más (ni menos, no le restemos mérito) que una brillante pieza de house escuela francesa, y precisamente por ello, una de las últimas grandes conquistas comerciales del género en los últimos lustros.
# 5 “Banana Ripple” – Junior Boys (2011)
Los siempre exquisitamente detallistas Junior Boys se descolgaron para su cuarto álbum (It’s All True, 2011) con un single (que cerraba el minutaje de aquel trabajo) que replicaba con tino y pulso propio la arquitectura sonora de los mejores sencillos house de la historia: sobrepasando los cinco minutos, dosificando la intensidad de forma precisa y creciente y rematando la faena con unos coros y falsetes de infarto. Ritmo inapelable, exuberancia melódica y fogosidad para la pista de baile. Can you feel it?
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