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Brian Wilson, los tesoros ocultos

En Música 22 junio, 2022

Sergio Ariza

Sergio Ariza

PERFIL

Supongo que, a estas alturas, nadie pone en duda que Brian Wilson está muy arriba en el panteón de los grandes compositores pop del siglo XX. Lo que también parece claro es que su carrera está marcada por sus problemas mentales, unos problemas que se agravaron tras la caótica grabación y cancelación de Smile, un disco que no vio la luz en su día y que marcó el momento en el que la leyenda nos cuenta que la mente del mayor de los Wilson hizo crack.

Algo de ello hay en todo eso pero no quita para que la brillante mente musical que nos había dejado cuatro o cinco de las mejores canciones de toda la historia al frente de los Beach Boys (por ejemplo, “Good Vibrations”, “God Only Knows”, “Don’t Worry Baby”, “Wouldn’t It Be Nice” o “Heroes & Villains”) dejase de componer grandes canciones. Así que, ahora que el inestable genio cumple 80 años, quiero resaltar diez grandes canciones con su firma que se compusieron después del tumultuoso periodo de Smile.

Evidentemente no están a la altura de lo que había grabado antes, pero aquí hay muchas evidencias de que a Brian Wilson todavía le quedaban unas pocas melodías (y armonías) inolvidables en una mente tan genial y extraña que haría pasar a la de Charlie Kaufman por la de un hombre corriente, y eso que se han quedado fuera cosas tan interesantes como “Wild Honey”, “Friends”, “Love And Mercy”, “Add Some Music to Your Day” y cualquier cosa de ese disco tan extraño y bonito que es The Beach Boys Love You, como “I Wanna Pick You Up” o “The Night Was So Young”.

«‘Til I Die» (1971)

Quizás la única canción post 1967 que puede mirar cara a cara a los grandes tesoros del primer periodo del artista. Una canción tan bella como depresiva con un Brian Wilson que no solo escribe la música, arregla la canción y orquesta las brillantes armonías, sino que, en un caso extraño, también se encarga de la letra, dejándonos ver el interior de lo que pasaba por su cabeza en ese momento: Soy un corcho en el océano, flotando sobre el mar furioso ¿Cómo de profundo es el océano? Perdí mi camino. Wilson, en uno de sus momentos más bajos en lo personal, entrega una canción gigantesca que aparecía en la mítica segunda cara de Surf’s Up, un disco que se cerraba con tres maravillas con su firma, “A Day In The Life Of A Tree”, “Til I Die” y la canción titular, repescada de las abortadas sesiones de Smile. Cantada a tres voces por su hermano Carl, su primo Mike Love y el propio Brian es devastadora, quizás la última muestra de su genio absoluto, una pieza que, como no, sufrió las críticas del imbécil de Love que la encontraba deprimente, como con cualquier cosa que no fuera sobre chicas y coches… Soy una hoja en un día ventoso (…) Todas esas cosas seré hasta que muera. Brian Wilson nos deja ver el interior de una mente torturada.

«This Whole World» (1970)

Una de las características más increíbles de Brian Wilson es que muchas de sus canciones parecen tremendamente fáciles y sencillas y, sin embargo, es un compositor muy sofisticado, con canciones con múltiples cambios y armonías. Esta es un perfecto ejemplo, en menos de dos minutos de duración Brian Wilson ofrece una canción que siempre va cambiando de dirección y que, aun así, suena tremendamente directa. Publicada en 1970 en Sunflower, el disco que supuso su reconciliación con la crítica, This Whole World supuso la confirmación de que Brian Wilson todavía podía escribir melodías tan brillantes y efervescentes como en su periodo dorado. A pesar de estar compuesta, arreglada y producida por él mismo, le cedió la voz principal a su hermano Carl, posiblemente su favorito a la hora de regalarle melodías inolvidables.

«Do It Again» (1968)

Lo más cerca que estuvieron los Beach Boys de sus grandes clásicos surferos del principio, antes de que Brian se metiera en una espiral de sofisticación en la segunda cara de The Beach Boys Today. Compuesta por Wilson, música, y Mike Love, letra, en casa de este último, esto es a lo que quería que sonaran los Beach Boys siempre Love, a esto se refería con lo de cíñete a la fórmula cuando escucho Pet Sounds. Aun así, la fórmula encontró otra canción ganadora en la que Brian Wilson volvía a soltar uno de esos falsetes maravillosos como los que hacía al principio de su carrera. Publicada como sencillo fue uno de sus últimos grandes éxitos, colándose entre los 20 primeros en EEUU y subiendo a lo más alto de las listas británicas.

«Darlin’» (1967)

A pesar de haber sufrido el derrumbe de Smile, en 1967 Brian Wilson se puso a producir a un nuevo grupo llamado Redwood (con el tiempo el mundo los conocería como Three Dog Night) y les compuso una canción llamada “Thinkin’ Bout You Baby”. Pero cuando Mike Love la escuchó, vio mucho potencial y le pidió que la guardara para el grupo, en ese momento Brian Wilson seguía siendo el proveedor de casi todo el material de la banda. Así que con una nueva letra, cortesía de Love, y un nuevo arreglo, los Beach Boys grabaron “Darlin’”, una de las mejores canciones de Wild Honey, un disco que pasó desapercibido entre tanto efluvio psicodélico, pero que no estaba nada mal, con un ojo puesto en el soul, el R&B y la Motown. Brian volvió a decidir que fuera su hermano Carl el que la cantara. Tiempo después un grupo francés tomaría el nombre de la canción, pero después de que un medio británico les describiera como punk tonto (“Daft Punk”) se cambiaron a ese nombre e iniciaron una nueva vida en la que también se acordarían de Wilson en su canción “Teachers”.

«Break Away» (1969)

Otra gran canción de Brian Wilson a la que puso letra el hombre que puede que creara muchos de sus traumas, su padre Murry Wilson, que no quiso que apareciera su nombre y utilizó un seudónimo, Reggie Dunbar. Cuando le preguntaron a Brian por este hecho respondió No sé por qué lo hizo. Estaba loco. Estaba chiflado, ese era su nombre ficticio. Y ahora imaginen como debía ser Murry para que su hijo, el mismísimo Brian Wilson, le describa como chiflado

«A Day in the Life of a Tree» (1971)

Una de las canciones más conmovedoras del cancionero de Brian Wilson que compuso la música y le dio la idea sobre el medio ambiente y la polución a Jack Rieley, el mánager de la banda, para que este escribiera la letra. Rieley fue mucho más allá de todo eso y escribió una letra que tenía dos significados distintos, por un lado era una canción ecologista sobre lo mal que trataba la gente a la Tierra pero, por otro, era mucho más personal y podía verse como una canción sobre el propio Brian: Un día estaba lleno de vida, mi savia era rica y yo era fuerte, de semilla a árbol crecí tan alto a través del viento y la lluvia no podía caer. Pero ahora mis ramas sufren y mis hojas no ofrecen poesía a los hombres de la canción. Todo ello remarcado por el doloroso y sombrío sonido de un órgano de tubos que crea una atmósfera casi de funeral, como si fuera la prima hermana del “After The Gold Rush” de Neil Young, un fan declarado de esta canción. Nunca se ha dicho, pero a mí siempre me ha parecido que “A Day In The Life Of A Tree” es una especie de antecedente de la maravillosa “Motion Picture Soundtrack” del Kid A de Radiohead.

«All I Wanna Do» (1970)

Una de las canciones más bellas y extrañas de la banda, llena de ‘reverb’ y con un Mike Love muy inspirado como cantante principal. Esta canción de Sunflower se adelantaba al dream pop y al chillwave de principios del siglo XXI con una inquietante melodía en clave menor cortesía de Brian Wilson y un sonido ‘lo-fi’ que iba perfecta con su halo melancólico. La canción que les hubiera gustado escribir a Animal Collective y a tantas bandas más.

«Marcella» (1972)

Rescatada del disco Carl And The Passions, Marcella es una canción que va sobre una masajista con la que se obsesionó Brian Wilson, principalmente porque, según Nick Kent, le dejaba hablar de cualquier cosa, a pesar de saber que, casi, todo lo que salía de su boca eran locuras de mierda. El caso es que Jack Rieley consiguió que Brian se pusiera a trabajar con la canción cuando le dijo que iba a escribir una letra sobre la famosa masajista. No ganará ningún premio por su letra, pero la melodía vuelve a ser fantástica y la música es mucho más animada de los que solían ser los Beach Boys, con el propio Brian admitiendo que, en parte, estaba intentando emular a los Rolling Stones.

«Busy Doin’ Nothin’» (1967)

Una pequeña maravilla de Friends en la que Brian Wilson se mete en terrenos de bossa nova con éxito absoluto. Escrita, arreglada, producida e interpretada por él mismo, con una pequeña ayuda de su mujer, Marylin Wilson, que canta una parte con él, y varios habituales de la Wrecking Crew, es asombroso como este tema que casi podría pasar por easy listening suene tan suave y, a la vez, tan melancólico y depresivo, dejando ver el dolor que sentía en ese momento el creador de Pet Sounds. Seguro que Joao Gilberto y Jobim darían su visto bueno.

«Sail On, Sailor» (1973)

Compuesta principalmente por Brian Wilson y su compañero creativo en Smile, Van Dyke Parks, aunque con un poco de ayuda de Tandyn Almer, Ray Kennedy y Jack Rieley en la letra, esta canción apareció en Holland, publicado en 1973, y supuso el momento más glorioso de Blondie Chaplin como miembro de la banda, al hacerse cargo de la voz principal. Eso sí, para ese momento el estado de salud de Brian Wilson no podía ser más delicado, con el cantante pidiendo a Van Parks, durante la grabación, que le convenciera de que no estaba loco.

No lo consiguió y Brian Wilson se pasaría casi dos años recluido en su casa, engordando en pijama, mientras por las noches se escapaba a casa de su vecino Danny Hutton para esnifar cocaína y pasar el rato con Alice Cooper, Iggy Pop o John Lennon. Luego llegaría el timador Eugene Landy y muchas cosas más.

Nadie puede dudar de los problemas mentales que le afectaron a lo largo de toda su vida, pero qué duda cabe que la música ha sido su mejor terapia, hasta en sus periodos más convulsos.

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