También hay motivos para la alegría, pero los Emmy, si acaso, confirman que estamos ante un año espectacular para la televisión estadounidense.
Con una burbuja televisiva tan hinchada, que los premios Emmy obvien algunas series de nivel alto es casi una obligación. En los últimos años, el número de nominadas se ha ido ampliando en algunas categorías para permitir la entrada de nuevas sensaciones y mantener a las grandes producciones en lista, pero sigue sin haber cabida para todas las grandes series de la temporada.
Las tres grandes academias de la televisión estadounidense que organizan (y votan) en los Emmy no ignoran los fenómenos de audiencia o de debate que copan los titulares de Entertainment Weekly o Vuture. El hecho de que una serie esté en el small talk del trabajo de forma tan habitual es ya de por sí un aliciente para que luego encabece las nominaciones de los Emmy. Miren a Empire o a Cómo defender a un asesino, esos dos culebrones de los que hemos hablado aquí y que han acabado colándose en la categoría de mejor actriz protagonista en una serie dramática. ¿Que por qué debería cabrearnos esto? Porque las entradas de Taraji P. “pasada de rosca” Henson (Cookie en Empire) y Viola “lágrimas de cocodrilo” Davis (Annalise Keating en Cómo defender a un asesino) han dejado fuera a Julianna Margulies (Alicia Florrick en The good wife). Y nuestra madre televisiva, perdonen, no se toca.
También hay motivos para la alegría. Tenía que llegar el año en el que, al fin, Jim Parsons (Sheldon Cooper en The Big Bang Theory) se quedara fuera de la categoría de mejor actor protagonista en una serie de comedia, aunque los sustitutos no hayan sido los más convincentes. Anthony Anderson (Andre en black-ish) es demasiado histérico y Will Forte (Phil Miller en The last man on Earth) nunca ha caído bien en su nueva serie, aunque es cierto que Forte viene del cine y el nombre siempre se nomina con más facilidad. Lily Tomlin (Frankie en Grace & Frankie) se ha colado en mejor actriz protagonista en una serie de comedia por veteranía, Adam Driver (Adam en Girls) es la única nominación de Girls porque va a ser uno de los actores sonados de la temporada (recuerden: Star Wars VII), Emma Thompson (Mrs. Lovett en Sweeney Todd – Live from Lincoln Center) le ha robado el sitio a Claire Foy (Anne Boleyn en Wolf Hall) porque todavía no tiene un Emmy como protagonista, y The Knick puede que no haya entrado en ninguna categoría importante, pero buena butaca que le han dejado a Steven Soderbergh (ya saben, ¡el cine!) con su nominación a mejor dirección en una serie dramática.
¿Y por qué debería cabrearnos esto? Habría que recapitular demasiado, pero hay varios nombres que se pierden en tal marea de decepciones: Abbi Jacobson e Ilana Glazer han sido, junto a Amy Schumer (que sí está nominada), las dos grandes reinas de la comedia televisiva este año con Broad City y no hay ni rastro de ellas; Constance Wu, por Fresh off the Boat, merecía ser considerada la actriz cómica revelación de la temporada; Halt & Catch Fire, con su impresionante elenco femenino, ha recibido el mayor ninguneo de todos; You’re the worst, Togetherness o Man seeking woman tampoco han visto recompensadas sus geniales primeras temporadas; y Thomas Middleditch (Richard Hendricks en Silicon Valley) ha sufrido el bullying de las estrellitas nominadas a mejor actor protagonista de comedia…inmerecidamente. Pero volvemos a lo de antes: no hay sitio para todos.
Porque incluso con esos nombres perdidos por el desagüe de los premios, siempre queda la sensación de que hay series buenísimas en la competición. Tres de las miniseries que lideran las nominaciones son producciones televisivas inmaculadas (The honourable woman, Wolf Hall y Olive Kitteridge), mientras que las categorías fuertes han sabido destacar los logros de las brillantes primeras temporadas de Better Call Saul -qué más quisiera Vince Gilligan haberle escrito esta a Breaking Bad en sus comienzos-, Unbreakeable Kimmy Schmidt y Transparent; la inesperada resurrección de Homeland; la confirmación de Silicon Valley como una de las grandes comedias de la televisión norteamericana y la despedida, por todo lo alto, de la mejor sitcom que yo jamás he visto: Parks & Recreation. También varios actores han visto su esfuerzo recompensado. Ben Mendelsohn (Danny en Bloodline) tenía que estar nominado y lo ha conseguido. Y lo mismo para Michael Kelly (Doug Stamper en House of cards), Lisa Kudrow (Valerie en The Comeback) y Tatiana Maslany (todo Dios en Orphan Black).
Ahora sí, veremos qué tal se portan los galardones el próximo 20 de septiembre, que esos sí que dan miedo de verdad. Mientras tanto, abracemos la burbuja, descartemos los enfados inútiles y disfrutemos de este torrente de buena televisión.
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