Las networks se enfrentan a su año más pesimista en un momento en el que Netflix apuesta, con más fuerza que nunca, por el contenido original.
Esta semana se está celebrando en Las Vegas el Consumer Electronic Show (CES) y Netflix ha dicho que su apuesta por el contenido propio y original será la bandera de su programación en este año que entra. Con los éxitos de House of Cards, Daredevil o Narcos como respaldo, tiene sentido que la plataforma onlinepiense que es ahí, y no en la compra de derechos, donde mejor puede afianzar una marca que crece por el globo a cada mes que rasgamos del calendario. Es así cómo Netflix y 2016 llegan con la pretensión de dictar sentencia sobre la forma tradicional de entender la televisión. De forma definitiva, quiero decir.
Hay que entender que 2015 ha sido una probeta. Netflix, Amazon Instant Video y Hulu, las tres plataformas de video on demand más importantes del panorama norteamericano, han testado a sus audiencias con decenas de series originales y el resultado tiene visos de establecer un nuevo paradigma en la televisión estadounidense.
Hace unos meses comentaba cómo las networks, que son las cadenas norteamericanas que emiten en abierto (NBC, ABC, FOX, CBS y The CW), estaban renovando series con audiencias pésimas. FOX, por ejemplo, se escudaba en los resultados a posteriori —dicen que sus espectadores ven los programas más adelante, porque los graban en sus DVRs (grabadores/discos duros)— para justificar el hecho de que no iba a prestar más atención a las audiencias en directo; Porque, ¿quién ve televisión en directo? Los jóvenes, por lo menos, ya no.
Datos de Nielsen de los últimos trimestres confirmaban en diciembre ese cambio en la forma de ver la televisión, pero las networks han hecho poco al respecto hasta ahora. Primero, porque todavía tienen enormes audiencias sobre las que sustentarse, aunque estén fuera del rango que gusta a los anunciantes, el de 18 a 49 años. Segundo, porque prefieren apostar por sus propias plataformas de visionado online antes que en plataformas externas como Netflix o Hulu. Y tercero, y más importante, porque las networks están ligadas a los proveedores de cable.
Los proveedores de cable son las compañías que dan teléfono, internet y televisión a casi todos los hogares del país. Si un espectador quiere ver un episodio que se perdió el día anterior en una de las plataformas online de lasnetworks, entonces tiene que verificar que está suscrito a un proveedor de cable. Si no, debe esperar una semana —o más, dependiendo de la cadena— para acceder a ese contenido. La única cadena que ofrece una alternativa es CBS, que tiene una plataforma llamada CBS All Access en la que ofrece parte de su programación al día siguiente de que los programas se hayan emitido en directo —se parece a Atresplayer, para que os hagáis una idea.
Esta problemática difiere bastante de lo que hacen Netflix o Amazon, que no sólo dan acceso instantáneo a sus series a través de internet (y no de cable), sino que además las sueltan de golpe en sus plataformas. Esto es algo que las networks no van a valorar por el simple hecho de que no se pueden permitir abandonar la emisión serializada semanal, pero vierte un poco de luz sobre la coyuntura: los espectadores, sobre todo los más jóvenes, quieren ver sus series en el tiempo que ellos elijan y las networks no les dejan.
Ese contexto explica el éxito de Netflix y justifica sus ambiciones de cara al 2016, en el que van a estrenar 31 temporadas de series originales —incluidas las series que vuelven con nuevos capítulos. También el de Amazon o el de Hulu, que todavía están al rebufo de Netflix pero con los mismos objetivos en mente.
Lo que es evidente es que las networks necesitan cambiar sus perspectivas de cara al futuro. Apple TV, por ejemplo, quiere adaptarse a ese futuro con una plataforma de apps similar a la de los sistemas operativos que ofrecen en ordenadores y móviles, pero si las cadenas de televisión siguen amarradas a los proveedores de cable es difícil que el futuro pueda abrirse de verdad para todos. Lo que está claro es que quien antes esté disponible para los que demandan esta forma de ver televisión, mejor se va a posicionar de cara a atraer a las audiencias del 2016. Y por ahora sólo hay un ganador absoluto. Sí, se llama Netflix y lo tienes en casa.
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