Ni hipsters, ni perroflautas, ni modernos, niyuppies, la nueva tribu urbana de este siglo es más lista de lo que creía y tiene un potencial que no sé donde puede acabar.
Desde finales del verano pasado los chicos de Mashable nos andan contando el nacimiento de una nueva tribu urbana de la que se han hecho eco todos los medios, habidos y por haber, en el mundo de la comunicación. Estamos hablando de los yuccies (pronunciado “yaki”)
Los hipsters se han transformado en yuccies con un aditamento de los yuppies y quién sabe qué cosas más se habrán agitado en tan interesante cóctel. ¡Y yo que pensaba que eran los modernos, spornosexuales o los perroflautas los que estaban transformando el mundo hipster! En principio, no le di ninguna importancia y no hice ninguna intención para satisfacer mi curiosidad, pero últimamente, los comentarios en conversaciones de bareto y lecturas sosegadas muestran un perfil de los yuccies que me resulta atractivo y hasta provocador.
Estos Young Urban Creatives, son urbanos, como su nombre indica, cosmopolitas, profesionales de la creatividad (ilustradores, diseñadores 3D, fotografía y edición de video, diseño de banners, etc.) y emprendedores que, de alguna manera, rechazan una vida laboral segura en una multinacional en pos de una libertad absoluta que les mueve a adoptar nuevos valores en sus interesantes vidas.
Tienen la necesidad de crear sus proyectos y sus trabajos, son reconocidos socialmente y cómo no, quieren ganar el dinero suficiente para permitirse aquellas cosas que valoran hasta el extremo. No tienen jefes y sus clientes lo son todo para sus empresas, De vacaciones ni hablamos, porque hacen lo que les gusta y están siempre en ese estado vacacional en cualquier parte del mundo, ya que cualquier momento es bueno para viajar e inspirarse.
No escuchan la radio, sino que son fans de Spotify o música en streaming, al igual que no compran revistas, sino que todo lo pillan vía internet con una rapidez absoluta.
Les gusta la cerveza artesanal y le interesan los temas políticos mundiales. No son millonarios pero sus finanzas gozan de muy buena salud. Van a la moda y no les gusta la ropa vintage. Tienen mascotas y les interesa la defensa animal. Les encantan vivir experiencias y especialmente conocer nuevos restaurantes investigando en cada tipo de gastronomía.
Usan más Instagram que twitter, aunque dominan todas las redes sociales. Hacen deporte, pero no son runners, aunque corran. Gestionan sus cuentas on-line y jamás piden un préstamo.
Para los yuccies, familia, trabajo y ocio no son compartimentos estancos sino que se retroalimentan, entre todos, para conseguir una mejor calidad de vida y crecimiento personal y profesional envidiable.
Estos tíos son listos de verdad y lo tienen bien montado. De mayor quiero ser como ellos, aunque se me haya pasado el arroz.
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