El norteamericano Calvin Johnson, emblema del rock indie de su país desde hace tres décadas, actuó en la sala Magazine de Valencia, tras pasar por Madrid o Donostia. Alicante, Córdoba o Sevilla también le esperan.
Hablar de Calvin Johnson o de K Records es hacerlo de una de las piedras filosofales de la independencia norteamericana. Sin ellos, no se entendería el caldo de cultivo que posibilitó la eclosión de un buen puñado de bandas que, como Nirvana, Sonic Youth o Dinosaur Jr, lograron a principios de los 90 captar la atención de los sellos multinacionales, en la creencia de que lo alternativo podía constituir su nueva gallina de los huevos de oro. Evidentemente, el trabajo de Johnson se desarrolló siempre en unos cauces mucho más subterráneos, pero sin su esfuerzo (y el de otros sellos como Dischord, SST, Twin Tone o Sub Pop), hubiera sido muy difícil que aquel conglomerado de escenas más o menos locales, en plena ebullición desde mediados de los 80, deparase tan ejemplar fertilidad.
Fundó el sello K Records a principios de los 80, convirtiendo su emblema (ese escudo de trazo infantil con una K en el centro) en sinónimo de credibilidad y rabiosa soberanía creativa, tan huérfana de servidumbres comerciales como medios materiales. Establecida como una de las disqueras emblemáticas del noroeste (Olympia, en el estado de Washington), a través suyo despachó no solo los trabajos de numerosos proyectos de la zona, sino también los de la mayoría de aquellos en los que él estuvo involucrado: Beat Happening, Dub Narcotic Sound System, The Halo Benders o The Hive Dwellers, con quienes ha facturado su último álbum (Hewn From Wilderness) hace un par de años. Destaca de entre todos ellos el memorable You Turn Me On (este ya bajo el paraguas de Sub Pop, en 1992): una de las cumbres del rock emocionantemente deshuesado de los años 90. Un álbum de tosca factura (marca de la casa) y repleto de canciones perdurables, de las que resisten el embate de modas y décadas.
Llegó a Valencia dentro de su amplia gira hispana (pueden consultarse aquí todas las fechas), y lo hizo con la única compañía de su guitarra, con la que puede abordar cualquier pasaje de su amplísima carrera. Una de las citas ineludibles del mes. No en vano, hablamos de toda una institución, que se presenta con la coartada del manejo de la distancia corta, tal y como mandan los (sus) cánones.
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