Como salidas de un anuncio de lejía, se plantaron sobre la alfombra roja muchas de las celebrities invitadas a la gala del MET de este año.
Manus x Machina: La moda en la era de la tecnología. ¡Zas! Semejante leitmotiv ha tenido la gala anual del MET, con la que se ha dado por inaugurada una muestra homónima en el Fashion Institute del museo. El cotarro, auspiciado por Vogue y su mandamás Anna Wintour, ha dejado una alfombra roja memorable… porque no se borra fácilmente de la memoria algo así.
Beyoncé llegó en plan futura -pero por Radio Futura– y juró tener veneno en la piel, estar hecha de plástico fino, tener un tacto divino y que quien la tocara se quedaría con él.
Amy Schumer anunció que deja su carrera como actriz y que se pasa al mundo del embutido, al que le ve mucho futuro. Hay chorizos con recubrimientos más holgados.
Según la oscarizada Alicia Vikander, en el futuro todos nos ataviaremos como si fuéramos patinadoras y nuestro estilista fuera un niño de cinco años.
Carlota Casiraghi llegó disfrazada de atardecer, porque cada día que termina preludia un bonito futuro, imagino que pensó.
Demi Lovato, segura de que en unos años todos nos vestiremos como Lydia Lozano y Mayte Zaldívar.
Jared Leto, de remate de tarta nupcial, porque lo moderno ahora es casarse.
Irina Shayk consultó con Aramis Fuster qué se llevará en el futuro. La pitonisa no supo qué aconsejarle pero dejó que la modelo hurgara en su armario… y he aquí el resultado.
Nicole Kidman optó por preguntarle a Rappel sobre la moda del próximo siglo… y le pasó lo mismo, acabó pidiéndole prestado un conjuntito.
En el futuro, Santiago Calatrava será diseñador de moda y firmará vestidos como el de Kate Hudson.
El Zac Posen de Claire Danes brillaba en la oscuridad… pero de día era una horterada sin gracia, más propia de Miss Kazajistán.
Elaborado con materiales reciclados, el vestido de Emma Watson se desmontaba y sus componentes se podían reutilizar por separado. Como relato, impecable. Adecuado para el evento, también. Bonito… lo que se dice bonito… menos.
Según Madonna, en el futuro las seguiremos pasando canutas. Por eso, ella fue de dominatrix.
Para no quedarse sin cobertura, que el MET se peta esa noche, Lupita Nyong’o llevó un repetidor escondido en el moño. Para techy, ella.
Temiendo pasar desapercibida, Lady Gaga se calzó unos zancos, se cardó el pelo y se hizo una chaqueta con la placa base de un Pentium viejo que tenía por casa.
Taylor Swift, más adecuada para protagonizar lo nuevo de X-Men que para acudir a una fiesta en la que se supone que la moda es la protagonista.
Harta de ejercer de icono de la moda, Sarah Jessica Parker optó por disfrazarse de ¿Qué-se-habría-puesto-Mozart-si-le-hubieran-invitado-a-la-gala-del-MET?
Kim y Kayne, acabando con las reservas mundiales de lentejuelas en un solo atuendo.
Y para rematar la alfombra roja, Katy Perry, siempre acompañada de la señora rubia de las medias fantasía, que iba explicando a los presentes de qué demonios se había vestido la estrella del pop.
Ingenuos, ¿creíais que lo del año pasado era insuperable? ¡Ja!
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