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¿Tan aburridos estamos?

En Sin miedo, Juan, Lifestyle jueves, 16 de junio de 2016

Juan Solbes

Juan Solbes

PERFIL

Me han dicho esta semana que uno de los conceptos más buscados en google en España en el año 2015 ha sido qué hacer cuando estas aburrido. Me cuesta mucho creer este tipo de afirmaciones porque yo no siento que el aburrimiento sea un concepto instalado en esta sociedad, por lo menos desde mi manera de percibir el mundo, pero si realmente es así, tengo que empezar a preocuparme porque algún día me puede tocar a mí.

La creencia que tengo instalada, por lo que veo a mi alrededor, es que nos falta tiempo para hacer todo aquello que queremos y el estrés es algo que ha venido a nuestras vidas para permanecer en ellas, hasta que tomemos la decisión de cambiar nuestra manera de tomarnosla.

Lejos de esta banalidad, he intentado averiguar algo sobre el aburrimiento y quizá tiene más importancia de lo que parece y quien lo sufre necesita determinados tipos de ayuda para poder cambiar niveles de aburrimiento por niveles de atención.

El doctor John Eastwood, psicólogo de la Universidad de York, en Toronto (Canadá), y coautor del texto The unengaged mind, define el aburrimiento como la experiencia desagradable de querer involucrarse (sin conseguirlo) en una actividad que resulte satisfactoria. Para Eastwood, aburrirse siempre implica un fallo de la atención. Y la atención, dice en el libro, es lo que usted está empleando ahora para tapar toda la plétora de estímulos que le impiden concentrarse en la lectura.

Por lo tanto estaremos aburridos siempre y cuando tengamos dificultad para prestar atención a la información interior o exterior (emociones o estímulos ambientales) requerida para participar satisfactoriamente en una actividad. Quizá también puede ser una moda pasajera que estamos creando nosotros mismos cuando dividimos el mundo entre lo interesante y lo aburrido y que ese aburrimiento incesante sea como una plaga que hay que erradicar, ya que el peligro que corremos es que nos excluyan socialmente de cualquier entorno.

En mi opinión, sin ser ningún experto y por mi propia experiencia, el aburrimiento me ha invadido, en ocasiones, cuando los niveles de adrenalina, aventura, atrevimiento, emociones fuertes, etc., no son los deseados y el resto del mundo me parece soso. En otras ocasiones, porque me comporto como un receptor pasivo de estímulos, donde solo tengo que apretar un botón para que alguien me entretenga o pasear hasta el cine más cercano para pasar un buen rato, a pesar de que cuanto más me muevo en este tipo de arenas movedizas más me hundo en ellas.

Por lo tanto, y si el aburrimiento no es un problema que requiera una terapia específica, es posible que tomar las riendas de la vida de uno, con creatividad y valores acertados, motivación y metas alcanzables pueda disminuir los momentos de aburrimiento y si, por alguna razón aparece, déjate aburrir, en el fondo no es para tanto y puede ser el comienzo de algo maravilloso.

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