El trío británico The Wave Pictures regresa de nuevo a nuestro país para presentar los temas del electrizante Great Big Flamingo Burning Room, su nuevo álbum.
Son como esos vecinos simpaticotes a los que uno nunca escatimaría una sonrisa. A base de visitarnos con tanta frecuencia, los británicos The Wave Pictures se han convertido en una de esas bandas tan habituales por aquí que casi consideramos de casa. Esa sobreexposición seguramente les ha garantizado una base de fans en nuestro país que resulta de lo más fiel, pero a su vez puede mermar la valoración real de su propuesta.
Tanta cercanía, tanta accesibilidad, tanto show amable, al final puede hacernos olvidar que su discografía, armada ya con siete referencias largas, nos ha deparado algunos de los momentos más descarnadamente jugosos del pop británico en los últimos siete años. Tampoco han escatimado entregas discográficas, con lo que su inclemente ritmo editor ha justificado que sus giras se sucedan a la velocidad de la luz.
Situados en esa línea sucesoria que enlaza con Jonathan Richman & The Modern Lovers, Violent Femmes y Hefner (y que les emparenta con Herman Dune y Stanley Brinks, con quienes han mantenido siempre una estrecha relación), al trío formado por David Tattersall, Franic Rozycki y Jonny Helm siempre se les recuerda por su extraordinario segundo álbum. Una cima que no han vuelto a superar, llamada Instant Coffee Baby (Moshi Moshi; 2008) y que sentó las bases para su particular forma de entender el pop: costumbrismo ácido e irónica aflicción sentimental servida en viñetas electroacústicas que guiñaban el ojo a la mejor tradición folk rock sin por ello hacerle ascos a unos solos de guitarra centelleantes y en absoluto proscritos desde su óptica independiente. Despachadas con sumo desparpajo y vivacidad, casi siempre ilustrando melodías refulgentes y tonificantes. Este fue uno de los primeros temas que cobró cierto eco en nuestro país, antes de convertirse en asiduos de nuestros escenarios, en un clip tan encantadoramente amateur como sus primeros conciertos, los que marcaron el flechazo con nuestro país. Tan frescos que era imposible no rendirse a sus pies.
Prácticamente a disco cada año (o cada dos años, en el peor de los casos), los de Leicestershire (afincados desde hace años en Londres) han ido afianzando su trayecto con álbumes sólidos, cada vez más graníticos en su sonido, pero algo menos pródigos en singles de verdadero impacto. If You Leave It Alone (Universal, 2009), Susan Rode The Cyclone (Acuarela, 2010), Beer in The Brakers (Moshi Moshi, 2011) o Long Black Cars (Moshi Moshi, 2012) han sido algunos de los trabajos que han ido presentando puntualmente en nuestro país, tanto en salas de mediano aforo como en festivales (Primavera Sound, Tanned Tin).
Ahora vuelven con Great Big Flamingo Burning Room (Moshi Moshi/PIAS), un nuevo álbum recién salido del horno, con el que presentan unas credenciales más electrificadas que nunca. Su gira pasa por Almendralejo el 17 (Salón de Teatres); Sevilla, el 18 de marzo (Malandar); por Madrid, el 19 (Joy Eslava); por Murcia, el 20 (Microsonidos); por Valencia, el 21 (Loco Club); por Barcelona, el 22 (Sidecar) y por Zaragoza, el 23 (La Lata de Bombillas), en una de esas giras tan suyas: apenas sin respiro y con todas las fechas copadas.
El álbum ha sido grabado en colaboración con el veterano Billy Childish, y se presenta con un primer sencillo que es este enérgico “Pea Green Coat”. Estupenda tarjeta de presentación para un grupo que siempre trata de que cada noche sobre el escenario sea única.
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