Miguel B. Núñez, dibujante de cómic y ex miembro de Humbert Humbert, publica Heavy1986, un cómic sobre adolescentes de barrio y, claro, metal.
Si se repasan superficialmente las épocas musicales de nuestro país, indefectiblemente las más estudiadas, homenajeadas, reivindicadas y recreadas son, en primer lugar, la inevitable Movida y, en un segundo plano (suponemos que por la historia de una dominación hipster), el indie español de los años noventa, representante de la ruptura con una tradición musical, un establishment dirigido desde los 40 Principales que muchos hoy añoran.
Esta realidad poco discutible es sólo uno de los motivos por los que resulta destacable Heavy 1986, el último tebeo de Miguel B. Nuñez. El autor, con una larga trayectoria que incluye obras como Los Caballos o El Fuego, ha querido homenajear en cierto modo el ambiente de su adolescencia, un extrarradio madrileño de mediados de los ochenta lleno de chavales enfrentados a una realidad poco halagüeña, que se refugian en la música como identidad, vía de escape y símbolo de rebeldía. Una época de litronas en el parque, de noches en la mítica sala Canciller, de cintas cassette y bares viejunos. Una época, también, de atentados de ETA, de Guerra Fría, OTAN sí/no y de familias poco y mal preparadas para enfrentarse a una sociedad en pleno cambio.
A lo largo de las páginas de Heavy 1986 desfilan Barón Rojo, Leño, Judas Priest, Metallica o Twisted Sister. Hay melenas, parches y muñequeras de pinchos. Se puede ver a la legua el cariño de alguien que ha vivido todo aquello de una manera intensa y muy cercana. Pero, más allá de nostalgias, hay una historia tan atemporal como universal sobre los sinsabores de crecer, sobre amores y amistades, pasiones viscerales como sólo se viven durante esa época y la pérdida de la inocencia a bofetadas que suele conllevar crecer en un barrio de clase trabajadora.
El autor ha conseguido una obra que, desde luego, disfrutarán treintañeros y cuarentones que fueron jevis de chavales o lo siguen siendo. Lo cual no quita que Heavy 1986 sea una estupenda novela gráfica altamente disfrutable por jóvenes, comiqueros o cualquiera que considere la música como algo importante en su vida.
El propio Miguel B. Núñez mantiene una doble vertiente como dibujante y músico. Destaca, sobre todo, su periplo junto al también dibujante Paco Alcázar al frente de Humbert Humbert. El dúo construyó durante nueve años una interesantísima carrera cimentada en un sonido punk electrónico, dejando tres buenos discos y un puñado de abrasadores directos. Núñez ha participado en otros proyectos musicales dispares, desde poner banda sonora a su cómic Los Caballos bajo el seudónimo de Rancho Escondido a formar parte de la banda que acompaña en directo a Linda Mirada.
Pese a que el autor de Heavy 1986 se autodefine como ecléctico en lo musical, le hemos engatusado para que aclare, en exclusiva para ElHype, si tiene sentido ser Heavy 2016.
5 razones por las que seguir escuchando Heavy en 2016 por Miguel B. Núñez
#1 Personalmente, la primera razón que debo escoger es que aún sigue siendo la música que más consigue ponerme de buen humor. Es escuchar el The Number of the Beast de Iron Maiden o The Ultimate Sin de Ozzy Osbourne y sentir que la sangre fluye más rápida por mis venas.
#2 Aquí mismo tenemos bandas nuevas geniales a las que merece la pena seguir si eres fan del heavy metal, como Oker, Guadaña, Crisix, Angelus Apatrida, Leather Heart o Lizzies entre otras mil.
#3 No ha perdido ni un ápice de su tirón. Millones de jóvenes en el mundo siguen sintiéndose identificados con esa gran familia metalera. Está pasando en países donde nunca antes había entrado el rock, incluso en algunos donde está prohibido tocarlo y hasta llevar el pelo largo. Ha demostrado que no solo se trataba de rebeldía juvenil. Debajo de esa superficie, por la que fue y sigue siendo tantas veces criticado, hay algo más profundo.
#4 Décadas después de su origen y con no demasiados apoyos de la crítica especializada, incluso siendo visto todavía como un género menor artísticamente hablando, y después del auge del grunge, indie rock y demás, el heavy sigue abriéndose paso e incluso vive uno de sus mejores momentos de popularidad. Sin necesidad de que nadie lo venda como una moda más, porque se vende a sí mismo gracias a su propia comunidad y al amor que existe entre las bandas y sus fans.
#5 Y porque la mano cornuda sigue siendo un saludo poderoso entre hermanos y hermanas del rock. ¿Cuántos géneros musicales han conseguido algo así? No es moco de pavo, colegas.
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