El universo se expande. También el de Poe. El reciente cómic de Corben, las ilustraciones de Clarke y Lacombe o el fallido film de Coppola son tenebrosos ejemplos de ello. Hasta la ola de Interestelar (mejor tráiler del año) nos arrastra al oscuro viaje de Gordon Pym.
Es bien sabido que Borges reconoció en su Biblioteca personal que la literatura actual es inconcebible sin Poe. Dicho de otra forma, la influencia de Edgar Allan Poe (1809-1849) es, como la biblioteca del autor de El libro de arena, inabarcable, y como sucede en general con el universo, el universo de Poe también se expande. Se expande por el cine, el cómic, pintura, la música clásica, el rock…
La onda Poe
Sí, por empezar por la música, la onda Poe alcanza a Rachmaninov, a Ravel y Debussy (con Satie, tres músicos tipo Hype) a Lou Reed, a Philip Glass, a Dylan, a todos los góticos y a uno de los diez mejores grupos del pop-rock español: Radio Futura.
El personaje Poe
En la reciente, incalificable y disponible en video-club Stromboli, Twixt (Coppola, 2011), Poe es todo un personaje. Lo interpreta Ben Chaplin, la película parece la venganza póstuma y retorcida de su rival, albacea traidor y antologista Rufus Griswold y lo único que nos gusta de ella es la metáfora-Poe: culta, orgullosa y elegante lumbre allá en lo oscuro.
Tal es la hermosura de la lucecilla naranja que transporta.
La imagen Poe
Igual que la imagen de Füssli (Henry Fusili) impactó en el papel de Poe, la imagen Poe afectó a los lienzos de Gustave Doré, Édouard Manet y Odilon Redon pero también… ¡al cómic de Richard Corben! Preguntamos a Toni en la especializada Gotham Comics y nos enteramos que Richard Corben sacó este año con Dark Horse, Edgar Allan Poe´s Morella and The Murders in the Rue Morgue, adaptación, este último título, del relato que inauguró el género negro y detectivesco (mejor que policiaco) de la mano de Auguste Dupin, ilustre precedente del Holmes de Doyle.
El miedo y la melancolía Poe
Robert Louis Stevenson, Guy de Maupassant, H. P. Lovecraft, Ambrose Bierce, Arthur Machen, Wiiliam Hope Hodgson (La casa en el confín de la tierra, 1908) o, mucho más tarde, Clive Barker, son originalmente oscuros gracias a la imborrable vigencia de Poe.
El mar Poe
Poe invitó al mar profundo y oscuro a R. L. Stevenson, a Mark Twain y a Herman Melville. ¡Hablando de Melville!, en la librería valenciana Bartleby nos enseñaron la magnífica edición de cuentos de misterio de Poe en Zorro Rojo, versión ilustrada, siempre con la excelente traducción de Julio Cortázar, de la obra del artista irlandés Harry Clarke, Tales of mistery and imagination, una antología de los más altos relatos de Poe preparada por la editorial Harrap y publicada en Londres en 1919.
Parece tan actual como siempre.
Una ola siempre arrastrará otra ola
Quizás alguno de quienes nos adentramos pronto en el vicio de la literatura se sintió arrastrado, estas semanas, por la gigantesca ola que protagoniza el mejor momento de la fallida Interestelar (Nolan, 2014). Si se sintió como yo, debió verse transportado hacia el momento más alto de The Narrative of Arthur Gordon Pym.
Sí, quienes nos adentramos en el vicio literario de la mano de los dealers Doyle, Stevenson y Poe, recordamos, sobre todo, de la más extraña obra de este último, un barco (el Grampus) tocando las estrellas en la cresta de una ola.
Si mis conocimientos elementales de física no me dejan mal, esa ola sincronizada con el giro del planeta respecto a Gargantúa, no vendría empujada por el viento, sino por el efecto de los grandes astros sobre la marea.
¡Ah, los astros! Grandes astros que, como Poe, siguen provocando, por donde busquemos, el efecto de atracción de la marea: de la gran ola al desplome Usher.
También, y de repente, la oscuridad.
Efectivamente, sabrá el lector que anochece después de que atardece, cuando un astro, en particular el sol, por efecto de la rotación de la tierra atraviesa el plano del horizonte (pasando del hemisferio visible al no visible). Es de noche cuando tras el ocaso atardece y siempre antes de que salga el sol, cuando oscurece, con ocasión de la luna, las estrellas y todo eso o simplemente cuando se lee a Poe.
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