Sucede a veces: el cine repara injusticias de la Historia de la música. Canciones que pasaron incomprensiblemente desapercibidas para el gran público gozan de una segunda oportunidad (y hasta la aprovechan) gracias a su inclusión en la banda sonora de un film. Que le pregunten a Iggy Pop, si no.
Me hubiera gustado verlos por un agujerito, que dice el tópico. De 1976 a 1979, David Bowie e Iggy Pop compartieron piso en Schöneberg, Berlín. El plan de ambos era desintoxicarse de la cocaína, que en aquella época consumían como si fueran crispis (dicen las malas lenguas que Bowie en aquellos años se alimentaba exclusivamente de leche y… farlopa). Pero como los niños no podían estarse quietos, acabaron sacando unos cuantos discos juntos o por separado, realmente excepcionales.
El de Iggy de 1977, Lust for life, es especialmente sonado. El tema estrella de aquella grabación en la que Bowie tocaba los teclado, hacía coros, daba palmas y lo que se le pusiera por delante era la mítica The passenger; aunque la canción titular de aquel álbum también tenía tela: un himno espídico a la lujuria de vivir con música de David en plan delirio Motown y letra de Iggy en plan Walt Whitman del punk. La composición, a pesar de ser extraordinaria, no trascendió más allá del círculo de fans de la Iguana de Muskegon hasta 1996…
… porque ese año se le ocurre a Danny Boyle empezar Trainspotting al ritmo de esta tema de Iggy Pop. Y… ¡boom! La canción dormida despertó. Se adaptaba como un guante a las imágenes (Renton y Spud saliendo por patas de la policia) y al célebre texto del inicio del libro de de Irvine Welsh que adaptaba (ya sabéis: Choose Life. Choose a job. Choose a career. Choose a family. Choose a fucking big television…blablabla). Un ace en toda regla.
De repente, Trainspotting era un pelotazo con visos de convertitrse en un emblema generacional y Lust for life se ponía incluso de moda (menos que Born Slippy de Underworld de la misma BSO, pero más que Perfect day de Lou Reed, también estupendamente recuperada e integrada en la película). De hecho, el propio Iggy Pop incluso volvió a grabar un videoclip del tema aprovechando el viento de cola. Cosas veredes, amigo Sancho.
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