Los grupos de papás del cole, los familiares, los de regalos de cumpleaños, los de despedidas de soltero, los que mandan memes de Twitter a cascoporro como si no tuviésemos suficientes razones para desinstalar Whatsapp, porque ya sabemos que es EL MAL, a alguien va y se le ocurre una nueva forma de desear que el teléfono dé una descarga cada vez que se utiliza la aplicación verde: las notificaciones comerciales.
Al parecer, el correo electrónico, los eventos e invitaciones de Facebook, los tweets patrocinados, los banners, los flyers, los anuncios en las marquesinas… no bastan, no. En algún momento, algún espabilao pensó que no recibimos suficientes impactos publicitarios y que era buena idea explotar las posibilidades comerciales de Whatsapp, y decidió hacer un grupo con todos sus contactos para anunciar las rebajas de su taller, la inauguración de la tienda de su hermana o la lectura de poemas de su club de lectura. Y, como todas las ideas terribles de la humanidad, se ha extendido como la peste utilizar esta red para anunciar cosas.
Es fácil justificar esta práctica:
#1 El mensaje llega seguro
Vamos a ver: ¡Es perfecto! Una notificación de Whatsapp es irresistible, todo el mundo correrá a ver quién y qué le escribe. Otra cosa es que le interese más o menos pero, leerlo, seguro.
#2 Es inmediato
Desde que uno piensa ¡Voy a crear un grupo para que vengan a las rebajas de mi tienda! hasta que cien personas reciben el mensaje pueden pasar menos de cinco minutos. Los cinco minutos que le quitan a tu vida del disgusto.
#3 Es fácil de usar, casi automático
Cualquier usuario sabe crear un grupo y enviar un mensaje. No tiene que aprender nada nuevo. ¿Por qué va a tener que aprender a crear un evento de Facebook, si igual no tiene página, o escribir un post, en el caso de que tenga blog, o a confeccionar un boletín electrónico, si tiene una base de datos con correos, o a maquetar un flyer o imagen que enviar por correo electrónico? ¿Eh, por qué tiene alguien que aprender a hacer algo, si ya sabe mandar mensajes a grupos? Pues eso: no hace falta aprender nada nuevo.
#4 Es GRATIS
No nos engañemos: Que la aplicación sea gratis tiene su tirón. Hay pocas formas de asegurar que un mensaje llega a tantas personas a coste cero. Pero cero de verdad, sin tener que pagar a nadie que te gestione redes sociales ni nada. Tú mismo con tu mecanismo, ¡y gratis!
#5 No se puede escapar
Puedes ignorarlo, hasta puedes bloquear a quien te ha metido en el grupo, pero después de que te haya llegado al móvil. A tu mano. Puedes escaquearte y decir que no has abierto el correo electrónico, que no usas Facebook, que te ha llegado como spam y, claro… pero no puedes escapar de un Whatsapp. Si puedes recibir un mensaje es porque te has tomado la molestia de descargarte la aplicación y la usas. Todos lo sabemos.
Hay muchas más razones que justifican que utilices Whatsapp para enviar tu mensaje comercial pero sólo hace falta una para que no lo hagas: los receptores van a considerar tu mensaje como una intromisión en su intimidad y les caerás mal. Puede que hasta te bloqueen. Es más, yo recomendaría que te bloquearan.
Afortunadamente, hasta ahora Whatsapp ha sido un oasis libre de publicidad, no lo estropees.
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