En una conocidísima universidad turca han demostrado científicamente que tener barriguita te permite mejores relaciones sexuales que otros prototipos de gimnasio. ¡Por fin un reconocimiento social!
Ahora que me he propuesto recuperar la figura humana y parecerme físicamente a la mayoría de transeúntes que pasean por calles y plazas de nuestras ciudades leo en una revista, con cierta sorpresa, que la grasa abdominal aporta una serie de beneficios a nivel sexual.
No estoy acostumbrado a leer ni una sola noticia, consejo o editorial en relación al sobrepeso que no sacrifique, demonice, maltrate, ofenda o incluso desprecie a todos aquellos que, en relación a los estándares de masa corporal, los superan y, en ocasiones, con creces. Es cierto que, incluso los que no queremos subirnos a la báscula para no ver la realidad que nos es propia, estamos de acuerdo en los nulos beneficios que produce acumular reservas adiposas debajo de la piel, por encima de lo comúnmente aceptado y aconsejable.
La sonrisa que se me quedó cuando alguien, con ciencia, me aportó una información que se carga de un plumazo todo el trabajo corporal encaminado a generar una tableta de abdominales, que sea la admiración de aquell@s que la idolatran y me creen la ilusión de ser atractivo para cierta parte de la población.
¡Ahora me explico cómo es posible que las páginas web de sexo más visitadas en este país tengan mucho más que ver con Torbe que con Nacho Vidal! ¡Tener barriguilla mola!
Todo tiene que ver con una hormona llamada estradiol que permite que el orgasmo masculino se retrase en cada una de las relaciones. O sea, que en función del tiempo y del número de relaciones anuales que se mantengan en un año, alguien con barriguita puede tener muchas más horas de sexo que un adonis ciclado de abdomen firme y marcado.
En fin, estos turcos de la Universidad de Erciyes en Kayseri han tenido una gran idea realizando este estudio y han conseguido sacar una sonrisa a todos los gordetes del mundo. Por mi parte han conseguido admiración y agradecimiento por constatar una realidad que yo intuía desde siempre y que, por razones evidentes, no iba a proclamar a los siete vientos ¡Que gracia!
Me imagino que, para el resto del mundo, esta noticia quedará para publicar en la página de chistes de diarios y semanales, que pretenden divertir a los usuarios.
Desde luego, yo voy a seguir con mi idea y a recuperar la figura humana, aunque tengo que reconocer que me han creado alguna duda y he tardado algún día en resolverla. Quizá cuando estos turcos se despierten del sueño pueda participar en alguno de sus estudios más innovadores.
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