Tras la brillante y reverenciada Cementery of Splendour (2015), Apichatpong Weerasethakul estrena en Cannes Memoria. Rodada en Colombia con un reparto que incluye a Tilda Swinton (también productora asociada), Daniel Giménez Cacho y un pequeño cameo de Jeanne Balibar, el tailandés traslada a la selva de otro continente su perpetua cavilación sobre la existencia, su nexo con el pasado y el futuro y los beneficios de escuchar lo que no es audible para cualquiera, aquí literalmente.
La primera película que el director de Tropical Malady rueda en inglés reta al espectador con sus largos planos fijos en los que la imagen parece congelada y que ya han marcado estilo (Beginning), pero no consigue crear una atmósfera de hipnótica abducción como en sus obras anteriores. Memoria parece el esqueleto de una película de Weerasethakul, es como lo que resultaría del juego del telegrama, si alguien crea un filme a través de lo que le contamos que es una película de Weerasethakul.
La protagonista es Jessica (Swinton), una botánica intrigada por un misterioso sonido que no deja de escuchar (y a nosotros se nos ofrece más de 50 veces) y, obsesionada, indaga y busca la manera de reproducirlo en un estudio. Nunca se cuestiona la índole patológica de esa audición, dando por sobreentendida su naturaleza sobrenatural, a pesar de que el propio director se basa en su problema de tinitus, que parece sublimar transformándolo en metáfora. En los 45 minutos finales, Jessica descubre un personaje en la selva que es un disco duro humano, acumulando todo lo que ve y oye con una memoria infinita.
La clamorosa recepción de que fue objeto Oliver Stone en su llegada a la sala Debussy, donde se estrenó JFK Revisited: Through the Looking Glass, se repitió al final de la proyección del documental. La secuela, que 30 años después completa su anterior filme de ficción protagonizado por Kevin Costner, gracias a los documentos desclasificados desde entonces, ahonda en la negación de la teoría oficial sobre el asesinato del presidente John Fitzgerald Kennedy.
Con una apabullante documentación, que muestra el falseamiento de la autopsia, la desaparición de impactos, balas mágicas, documentos desaparecidos en el informe Warren, declaraciones de testigos visuales, falsos cerebros en la morgue… Stone despliega su obsesión por la madre de todas las conspiraciones. Un año después del estreno de JFK, en 1992, el Congreso de los Estados Unidos desclasificó medio millón de documentos oficiales, en los que el director ha buceado para negar la mayor y dirigir un documental riguroso y apasionante.
Narrada por Whoopi Goldberg y Donald Sutherland, la monumental JFK Revisited se desequilibra lamentablemente por la mitomanía de Stone. Su mirada enfática hacia el líder, como mesías redentor y apóstol de la paz enturbia un trabajo de investigación y empeño admirable, al menos para el espectador avezado en Historia contemporánea.
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